REAL MADRID

El error de Fede Valverde con los estudios que todavía no se perdona: "Ahora le inculco a mis hijos que eso no está bien"

El centrocampista uruguayo repasó sus inicios y su adaptación al Real Madrid en 'Universo Valdano': "Unas palabras de mi mujer me sirvieron para hacer clic".

Fede Valverde, en un momento de su entrevista en 'Universo Valdano'. /CAPTURA MOVISTAR PLUS+
Fede Valverde, en un momento de su entrevista en 'Universo Valdano'. CAPTURA MOVISTAR PLUS+
Manuel Amor

Manuel Amor

Fede Valverde (26 años) se abrió en canal en su extensa entrevista en Universo Valdano, el programa de Jorge Valdano en Movistar Plus+. En el capítulo, que se emitirá en televisión este lunes a las 21:00, el centrocampista del Real Madrid repasa sus inicios humildes, la infancia en Montevideo, su semana a prueba con el Arsenal de Wenger con 16 años, la difícil adaptación al Castilla… y su aspecto más personal. El internacional destaca la importancia en su carrera de Mina Bonino, su pareja, y la influencia de entrenadores como Lopetegui, al que califica de "salvador": "Fue la persona que me dio el sí. Le debo mucho".

En la charla (de alrededor de una hora de duración), el '8' blanco se refiere en numerosas ocasiones al carácter de su padre y a cómo le moldearon sus exigencias: "Me inculcó que luchar se lleva en la sangre. A día de hoy, todavía me exprime: me dice que patee al arco, que dispare, que siga creciendo… Siempre me regaña por cómo debo tratar a mis hijos y por qué tengo que darles y qué no". De hecho, confiesa que a Julio no le hizo ni pizca ni gracia que un entrenador empezase a llamar a su hijo 'Pajarito' en categorías inferiores: "Se enojó un montón. Tenías que ver cómo estaba… '¿Pajarito? Mi hijo no es un pajarito'. Mi madre tuvo que tranquilizarle: 'Julio, tranquilo, que es algo para bromear, son niños, no pasa nada. Le llaman así porque vuela'. Entonces mi padre ya lo vio mejor".

A Fede siempre le impulsó el apoyo de sus padres, sus "hinchas más fieles", y sus tres hermanos mayores. Uno jugó en Danubio. Los otros dos, con empleos alejados de la pelota, también le sirvieron como "ejemplos": "Trabajaron de repartidores y uno en una ferretería. Les veía currar las 24 horas. Era jodido". Los esfuerzos en casa se convirtieron en una constante para que Valverde pudiese evolucionar en la cantera de Peñarol, el equipo de la familia: "Los que más sufrían eran mis padres: intentaron darme unos zapatos para jugar, que tuviera lo mejor para estar bien, pagar un taxi para que fuese a entrenarme sin mojarme… Les estoy muy muy agradecido".

Si de algo se arrepiente el madridista, eso sí, es de haber abandonado pronto los estudios: "Lamentablemente, los dejé por el fútbol. Terminé la Primaria y no la Secundaria. Hablamos en casa y creímos que, si yo me quería dedicar al fútbol, debía apostar por ello. Obviamente, eso no está bien. Ahora trato de meter en la cabeza de mis hijos que la prioridad son los libros y que se olviden de lo demás". Luego empezaron a llegar las recompensas deportivas… con algún palo de por medio: "A la primera convocatoria de la sub-15 uruguaya fueron muchos compañeros… y yo no. Supuso uno de los golpes, junto a perderme el Mundial de Rusia, más importantes de mi carrera. Sentí vergüenza al llegar a casa por no haber conseguido lo que mis padres, mis hermanos y mis amigos querían escuchar. Creía que le estaba fallando a la gente que más me quería".

Luego se repuso, se sumó a la dinámica de la selección gracias a que sobresalió en un amistoso entre la Celeste y Peñarol y empezó a asomar como uno de los grandes proyectos de la base del club. Era, eso sí, un mediapunta muy diferente al centrocampista total en el que se ha reconvertido ahora: "Odiaba correr y entrenarme. Pensaba que tenía las cualidades de Maradona. Sentía que… ¿para qué, si yo podía jugar para adelante y era bueno? Me costó entenderlo. Tuve un entrenador, el Chueco Perdomo, en sexta división, que me quitó por no defender. Entonces empecé a correr más, a colaborar… No estaba ayudando a mis compañeros". Su crecimiento en Peñarol coincidió con la invitación del Arsenal de acudir una semana a Londres a ejercitarse a prueba con la primera plantilla.

"¿El Arsenal? Dije: 'Ya está. Este es mi club'. El Dibu me ayudó en todo junto a Bellerín, Alexis y Cazorla"

Fede Valverde, en 'Universo Valdano' Jugador del Real Madrid

"Tenía 16 años. Dije: 'Ya está. Este es mi club. Aquí voy a crecer'. En Uruguay se miraba mucho la Premier. Me imaginaba un futuro ahí. Disfruté y me ejercité con jugadores espectaculares. No sé si se acordará de mí, pero el Dibu fue uno de los que más me ayudó en todo junto a Bellerín, Alexis y Cazorla. Yo no sabía inglés y me tenían que explicar todos los trabajos". Finalmente, los gunners no se atrevieron a firmarle… y apareció el Real Madrid.

"Recuerdo perfectamente el momento: era un Sudamericano Sub-17 en Paraguay y mi madre llamó a la habitación del hotel para que bajase, que había dos personas que querían hablar conmigo". Aunque los ojos se le iluminan al refrescar aquello, tiene dudas con que el paso al Castilla fuese el acertado: "Yo ya estaba compitiendo con gente grande en la liga uruguaya. Sentía que estaba preparado para un escalón más". La cesión en el Deportivo terminó de madurarle: "Crecí como persona porque, por ejemplo, empecé a vivir solo. Tenía a mis padres a 10 minutos por si acaso (risas), pero necesitaba mi espacio y acostumbrarme. Aunque hubo muchos problemas en el vestuario y los aficionados no estaban contentos por el descenso, a nivel personal me sirvió de mucho". Lopetegui lo reclutó después para el Madrid y ahí comenzó a escribir una historia que va ya por dos Champions, tres Ligas o una Copa.

El miedo

Ante el comentario de Valdano de, pese a haber recibido el argentino buenas referencias de su figura, no ver en los primeros partidos de Valverde las cualidades que se le presumían ("no chutabas, no te atrevías"), el Halcón reconoció que su timidez le pasó factura en sus primeros meses en el Madrid. "Existe ese miedo a fallar, que la gente tenga comentarios malos hacia uno, escuchar los pitidos… Con 10 años corría con la pelota sin miedo. Con el paso del tiempo vas cargando con esa presión", expone. A su vez, asevera que su pareja resultó clave para que consiguiese superar sus temores y olvidarse del público.

"Me dijo: 'Si estás en el Madrid es por algo. Ya está. No te escondas. No tengas más ese miedo y empieza a disfrutar como cuando eras un niño'. A uno no le gusta escuchar esas cosas, pero tenía razón. Fue un clic. Empecé a encontrar un psicólogo, un coaching deportivo… Entre todos me hicieron abrir la cabeza y madurar. Yo nunca había creído en esas figuras". Ahora se ha convertido en un box to box indispensable para Ancelotti y se ha metido en el bolsillo al Bernabéu por su potencia y generosidad: "Amo defender, aunque no lo sepa hacer muy bien, y amo atacar. Mi satisfacción es escuchar a un compañero que me diga 'Bien, Fede' por cubrirle la espalda o por dar un pase de gol. Ese es mi orgullo".

A pesar de reconocer sus ganas de retirarse en Peñarol, Valverde espera que le queden "tantos años como a Modric" para agrandar su leyenda en Chamartín. Y cree que el mal momento que atraviesa ahora el equipo es sólo una circunstancia pasajera: "La derrota en el Clásico te genera mucha impotencia, pero hay que reconocer cuando uno fue inferior al rival. El Barça lo hizo muy bien. Un partido no califica el año. Tenemos rebeldía y orgullo para cambiar la situación y salir adelante". Palabra de Pajarito.