A Luis Suárez no le invitaron "ni a cenar" por su Balón de Oro: "Mi padre hubiera dicho: 'Ya era hora'"
Neno, único hijo del mítico Luisito Suárez, asegura a Relevo que el 'jefe' bendeciría el éxito de Rodri "aunque a él le gustaban los jugadores más profundos".
No tengo la menor duda de que un día cualquiera de la semana pasada, como todos los años, habría marcado el 0039335**** —teléfono italiano— para recordarle a Luisito Suárez, como si él no lo supiera o supiese, que a la semana siguiente se iba a entregar el Balón de Oro, el mismo trofeo, pero de mayores dimensiones, que él conquistó en 1960 convirtiéndose en el único futbolista masculino español en ganarlo... hasta ahora que lo ha cazado al vuelo Rodri.
Parece que le estoy escuchando. Me lo decía todos los años por estas fechas. "Y pon Kikito que me birlaron —verbo muy suyo ese de birlar— otro en 1964, cuando dupliqué como poco los éxitos individuales y colectivos de Dennis Law, entre otras cosas porque él no ganó nada, pero se lo dieron a Law porque jugaba en el Manchester United y parecía que dárselo otra vez a un españolito de La Coruña no hubiera estado bien visto. Esto de los premios individuales, ya en mis tiempos, era muy polémico... Había muchos intereses creados, aunque no tantos como ahora".
Se quejaba siempre Luisito, fallecido en julio del año pasado, de que los periodistas españoles solo nos acordábamos de él cuando llegaba la fecha de entrega del Balón de Oro. "No es tu caso, que me llamas para todo y no me dejas tranquilo, pero los demás no me llaman por mi cumpleaños, pero sí para el dichoso Balón de Oro. Tengo una ganas de que lo gane otro español para no ser el único. Me alegré mucho de lo de Alexia... además era del Barcelona".
Luisito se alborotaba cuando llegaba el Balón de Oro
Desde Madrid, donde vive Luis Suárez Junior, Neno, como le llamaba su padre desde que nació, no se vio ajeno en la tarde del lunes a las informaciones sobre la entrega del premio y todas las peripecias ocurridas a lo largo de la jornada. Atiende la llamada de Relevo y confirma que su padre se inquietaba siempre que se acercaban las fechas del Balón de Oro. "Se revolucionaba un poco. Le llamaba tanta gente que se ponía un poco nervioso. Parece mentira que hayan tenido que pasar 64 años para que otro español lo haya ganado. Menos mal que en los últimos años llegaron los de Alexia y Aitana y todos nos alegramos. Este trofeo estaba en deuda con el fútbol español".
Neno todavía anda liado en guardar y revisar todas las cosas que su padre tenía en la casa de Milán. Me confiesa que todavía queda alguna caja por abrir, pero lo más importante está guardado y ordenado, que de eso se han encargado las nietas. "¿Qué hubiera dicho mi padre al enterarse de lo de Rodri? Pues hubiera dicho: 'Menos mal, ya era hora, por fin'. Él era el primero que estaba deseando que lo ganara un español. Cuando no se lo dieron a Xavi o Iniesta el año del Mundial se molestó bastante. Además, él era muy de ellos... Le recordaban un poco a sí mismo cuando jugaba. Aunque decía que él daba los pases más largos y metía más goles".
Reconoce que él siempre había visto el fútbol a través de los ojos de su padre. "Lo que decía él para mí era la ley, yo le escuchaba hablar... y aprendía. Es una pena que no haya podido ver a su heredero, pero creo que de una vez por todas se ha hecho justicia con el fútbol español. Él siempre decía que, durante todo el tiempo que había pasado desde el suyo, habíamos tenido jugadores que se lo habían merecido, sobre todo en esos años de las dos Eurocopas y el Mundial. Rodri seguro que hubiera sido bendecido por él, porque es un futbolista que tiene el juego en la cabeza, aunque a él siempre le gustaron más los que jugaban más en profundidad y llegaban al área. Siempre decía que los centrocampistas tenían que marcar goles. Se desesperaba cuando los equipos tocaban y tocaban sin avanzar. Todos pensábamos que iba a ganar Vinicius... ¿Qué ha pasado? Hombre, mejor que sea un español, ¿no? Mi padre hubiera dado el visto bueno, seguro".
Un oro que debieron ser dos; una plata y dos bronces
El Balón de Oro vino al mundo en 1956 y con dos años de vida ya vio como Luis Suárez formaba parte del pelotón de los mejores. En 1958, con 23 años, el gallego quedó decimocuarto en la votación en un trofeo ganado por Kopa, que ese año ya era jugador del Real Madrid. Preguntado por France Football, cuando ganó el premio, qué les dijo a sus padres la primera vez que se vio ya entre los mejores futbolistas europeos, Luis contestó que les prometió que al año siguiente mejoraría su posición en el ranking. Cumplió. Lo hizo, en 1959 ya fue cuarto con 22 puntos, tras Di Stéfano (80 puntos), Kopa (42) y Charles (24).
En 1960 su elección sorprendió a los expertos e incluso a la propia organización. Todos pensaban que el trofeo sería por cuarto año consecutivo para un jugador del Real Madrid (1957, 58 y 59) por haber ganado la quinta Copa de Europa de tacada y en la final haber ganado con un rotundo 7-3 a los alemanes del Eintracht de Francfort. Además, en las semifinales, los blancos habían eliminado al Barça de Luis Suárez y después en verano habían conquistado la Copa Intercontinental con otro contundente 5-1 al Peñarol de Montevideo. Sin embargo, los méritos del futbolista coruñés se fraguaron en la segunda parte del año, en el comienzo de la temporada 60-61. Por aquel entonces el trofeo reconocía las virtudes de los futbolistas en el año natural, no por temporadas como ahora. Real Madrid y Barcelona se volvieron a enfrentar en la Copa de Europa y los azulgranas por primera vez en la historia de la competición fueron capaces de eliminar a los blancos en octavos de final.
Luis Suárez fue la estrella rutilante de aquella eliminatoria. En el Bernabéu (2-2) marcó los dos tantos de su equipo, uno de falta y otro de penalti. Aquel fue el primer partido de la Copa de Europa que el Real Madrid dejó de ganar en casa después de 16 victorias. En la vuelta en el Camp Nou, Suárez dirigió la orquesta azulgrana que con goles de Vergés y Evaristo consiguió la hazaña antes reseñada de ser el primer equipo en dejar fuera de la competición al pentacampeón. Según los organizadores, esta situacióne influyó notablemente en los jurados de France Football. En esos dos encuentros y en los dos de cuartos de final contra el Wolverhampton, el mejor equipo inglés de la época, Luis terminó de sumar adeptos y votos para terminar superando a Puskas, su rival más directo. El magiar del Real Madrid venía avalado por haber sido el máximo goleador de la Liga con 26 goles y haber marcado tres en las semifinales de la Copa de Europa 59-60 —precisamente contra el Barça— y cuatro en la final de Hampden Park (Glasgow).
Puskas fue votado en primera posición por cinco miembros del jurado y Luis Suárez por cuatro. Sin embargo, al gallego le votaron 16 de los 19 periodistas con derecho a voto y al húngaro, solo 11. De ahí que el azulgrana tuviera una puntuación más global y sumara los 54 puntos por los 37 del blanco. Uwe Seeler fue tercero con 33 puntos y Di Stéfano, cuarto con 32.
La era predominante de Luis Suárez no se acabó en ese Balón de 1960. Al año siguiente, ya como jugador del Inter de Milan, volvió a estar en la pelea hasta el último momento. De hecho, quedó segundo a seis puntos del ganador, el jugador de la Juventus, Omar Sivori (46). Al español le dieron el pleno de los cinco puntos, cuatro miembros del jurado y al italoargentino, cinco. En 1962, Luis Suárez volvió a aparecer entre los finalistas en el puesto 15 con tres puntos y en 1963 fue octavo con cuatro.
Después de estos dos años de transición y fuera del podio, la figura del "arquitecto", como le llamaban en Italia, volvió a emerger y entró en las primeras plazas de la clasificación y en la competencia directa por ganar su segundo Balón de Oro en 1964. Este es el trofeo que él cree que le birla la organización. Quedó segundo detrás del escocés del Manchester United, Dennis Law. Suárez esa temporada había ganado la Copa de Europa y la Intercontinental con el Inter y la Eurocopa de naciones con España, y su contrincante directo, nada de nada. Nadie entendió que no recibiera su segundo reconocimiento y mucho menos por la diferencia de puntos entre ellos, 61 para el escocés, 43 para el español. "Debían estar un poco hartos de mí cara. Para mí fue una de mis mejores temporadas, tenía 29 años y estaba en mi plenitud futbolística. Era el organizador del juego de mi equipo y de la Selección.. El jefe de la banda", comentaba repetidamente Luis Suárez cuando recordaba lo sucedido ese año.
Lo que él consideraba una injusticia le motivó aun más para luchar por un trofeo al que ya había comenzado a tener cariño: "Aunque cuando me lo dieron a mí no me invitaron ni a cenar. Me dieron el trofeo sobre el césped del Camp Nou antes de un partido, yo se lo di al masajista Ángel Mur, que me lo guardó en el vestuario y después del encuentro me lo llevé a casa. Tal cual. Y ahora hay que ver la que se organiza: fiesta, espectáculo, aviones privados para arriba, para abajo", comentaba.
En 1965 consiguió su cuarta presencia en el podio de honor en cinco años. El portugués del Benfica, Eusebio, ganó el oro por delante de su compañero del Inter, Facchetti y Luis quedó tercero en la clasificación. Fue su última comparecencia entre los finalistas del trofeo.
Hasta 64 años después no ha tenido un heredero español masculino... Lo que no sé, él que no se callaba nunca, es qué hubiera soltado por su boquita por todo lo sucedido en torno a la elección y entrega del trofeo. Mejor no escribirlo.