Samu Omorodion y el 'marcaje' de su madre: "No se me va a ir la cabeza, soy la misma persona que cuando estaba en el Nervión"

Samu Omorodion (20 años), ya convertido en Samu Aghehowa en honor a su madre ("si no fuese por ella no sé qué sería de mí"), siempre ha tenido mucha fe. La conservó a principios de agosto, cuando tuvo que volver pitando de Londres tras su frustrado fichaje por el Chelsea, y la potencia ahora, recompensado por De la Fuente con una llamada para la Absoluta que se ha labrado con 16 goles en 17 partidos esta temporada: "Sabía que Dios tenía algo preparado para mí". El delantero del Oporto se confiesa durante su charla con Relevo en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas y no oculta ni los nervios por verse con los 'mayores': "No os quiero engañar...".

Bajo el amparo de Álvaro Morata, que acostumbra a ejercer de padre con los más jóvenes ("me ha dicho que no tengo que demostrar nada"), Samu ha sentido el cosquilleo que da el pasar de jugar a la PlayStation con sus amigos de la Sub-21 a compartir mesa con el capitán de la Selección. Él no olvida sus orígenes y ni los mensajes de sus amigos ni los 12 tantos que suma con los 'Dragões' le han hecho crecerse un poco: "Por estar aquí no se me va a ir la cabeza".

Bueno… Espero que os acostumbréis (risas). Pero sé que es complicado.

Qué va. No tenía ni idea de que lo iba a hacer. Sé que también fue por su madre y me alegro mucho.

Si no fuese por ella... no sé qué sería de mí. Ha hecho todo lo que puede hacer una madre por un hijo, por mí y por mi hermana. Le estaré eternamente agradecido. Si se da la posibilidad de debutar, la camiseta irá para ella para que la enmarque en casa.

Sí, me pide que por favor no cambie. Ella sabe que no voy a variar mi manera de ser pese a todo lo que me está ocurriendo. Siempre tendré los pies en el suelo.

No. Ellos lo que me dicen es: 'Cabrón, que estás en la Absoluta'. Y yo les digo: 'Sí, bueno'…. Por estar en la Absoluta no me voy a creer una persona que no soy. Siempre mantendré los pies en el suelo. Soy la misma persona que cuando estaba en el Nervión. Por estar donde estoy no se me va a ir la cabeza.

Tampoco lo sabía mucho… Pensaba como Casadó: que saldrían a decir los nombres uno por uno. No me lo esperaba y me puse muy contento.

Lo estaba un poco, no te voy a mentir. El primer día que llegué estaba nervioso... pero al final tengo que ser yo en el campo y no ponerme presión. No vengo aquí a demostrar nada; vengo a hacer mi trabajo y a ayudar al equipo.

Es un buen personaje (risas). Estamos en la misma mesa del comedor y la verdad es que me ayuda mucho. Me parece un grandísimo capitán. Estoy orgulloso de poder compartir vestuario con él.

Sobre todo que esté tranquilo, que haga lo que sé, que es lo que me ha traído hasta aquí, y que no tengo que demostrar nada.

Echo un poco de menos a los compañeros de la Sub-21, pero a su vez estoy muy contento del paso que he dado. Espero seguir sumando experiencias y poder aprender de los mejores.

Si te digo la verdad, no. Pero sí que sabía que este año iba a ser muy importante para mí. Se lo decía a muchos amigos, que este año iba a ser el mío. De momento está siéndolo, gracias a Dios.

Sí, lo tenía claro: sabía que Dios tenía algo preparado para mí. Estaba muy tranquilo. Es verdad que fue un palo duro, pero me lo tomé con naturalidad. Son cosas que pasan en el fútbol y me sirvió para aprender.

Sólo que, si no me iba a sentir importante, preferiría salir. Ese fue mi mensaje. Tampoco quiero hablar mucho del tema.

A los periodistas lo que os gusta es el salseo y que se saque la polémica. Estoy acostumbrado. Para vosotros lo más importante fue lo que dije después del partido y no lo que hice dentro del campo.

Tan pronto no, pero es verdad que he caído de pie y muy rápido. He encajado bien en el equipo. Estoy muy contento por cómo me tratan allí los aficionados. En el club también son muy cariñosos conmigo; les estoy agradecido por cómo se están portando.

No ha cambiado nada, he hecho goles toda mi vida. La temporada pasada muchas ocasiones se me fueron al limbo, pero no ha cambiado nada, de verdad. Sigo trabajando dentro y fuera del terreno de juego para ser mejor futbolista. Este año, por suerte, me están saliendo muy bien las cosas.

Sí, eso no va a cambiar. Mi familia y mi entorno me dicen que un error no me puede marcar tanto, pero, aunque intenten ayudarme desde fuera, es muy complicado que eso cambie en mí.

Los de mis seres queridos, que son los que siempre han estado ahí para ayudarme. Esos me hacen mucha ilusión. De compañeros... Me felicitaron Álex Baena y otros tantos. Les estoy muy agradecido por el detalle.