DEPORTIVO ALAVÉS

La llamada de Samu Omorodion a su madre tras fichar por el Atlético de Madrid: "Mamá, dentro de poco vas a dejar de trabajar"

El futbolista, cedido esta temporada en el Alavés, repasa en Relevo sus orígenes humildes. "Mi objetivo era brindarle una vida mejor a mi madre".

Isabel Pacheco
Salvador Fenoll

Isabel Pacheco y Salvador Fenoll

Un día antes de estampar su firma en el contrato que le uniría al Atlético de Madrid hasta 2028, Samu Omorodion (19 años) cogió el teléfono para llamar a Edith. 'Mamá, dentro de poco vas a tener que dejar de trabajar', le explicaba el atacante. 'Que, ¿qué?', gritaba ella desde el otro lado. '¡Que sí mamá! Estoy muy cerca de firmar por el Atlético de Madrid".

El diálogo que acaban de leer reproducen la conversación exacta que Samu Omorodion y su madre, Edith, mantuvieron uno de los últimos días de agosto. Con la sonrisa de quien sabe que todos los esfuerzos que ha hecho su progenitora han merecido la pena,  Samu cuenta a Relevo en las gradas de Mendizorroza cómo el destino de los suyos cambió para siempre después de su brillante actuación con la camiseta del Granada en el Cívitas Metropolitano.

"Cuando le dije lo del fichaje del Atleti mi madre estaba en el trabajo. Se puso a chillar porque no se lo creía. Fue un momento muy especial", recuerda el delantero que esta temporada juega cedido en el Deportivo Alavés. "Te voy a ser sincero. A mi madre no le dijimos nada de lo del Atleti hasta un día antes de que se hiciera oficial. Cuando ya estaba todo hecho", confiesa entre risas.

"Mi madre trabajaba de lo que fuera para darnos una vida mejor a mí y a mi hermana"

Samu Omorodion Futbolista del Alavés

De origen nigeriano, Samu, que nació en Melilla, no para de repetir una palabra durante nuestro encuentro: "agradecido". Así se siente un adolescente consciente de que todo lo que está viviendo hoy es gracias al sacrificio incansable de su madre. "Ha pasado mucho. Cuando sale de Nigeria en busca de una vida mejor para mí y para mi hermana, mi madre se recorrió todo el continente hasta llegar a Melilla. Se tuvo que buscar la vida al igual que otros muchos inmigrantes. El camino hasta llegar a Melilla fue duro y por eso le estoy muy agradecido".

Samu Omorodion junto a su madre, Edith, el día de su presentación con el Alavés.  Deportivo Alavés
Samu Omorodion junto a su madre, Edith, el día de su presentación con el Alavés. Deportivo Alavés

De Melilla, la familia se trasladó a Sevilla cuando Samu tenía 8 años. Creciendo en el humilde barrio de la Macarena, Edith trabajaba sin descanso para poder sacar adelante a los suyos. "La gente no se imagina todo lo que ha hecho por nosotros. Horas de mucho trabajo, mucho sacrificio... Trabajaba en lo que fuera para darnos una vida mejor a mí y a mi hermana. Ha tenido muchos trabajos. Iba a casa de ancianos para ayudarles en su día a día".

La emoción después de su actuación en el Metropolitano

Creciendo y madurando futbolísticamente en la Asociación Deportiva Nervión, en los viajes en autobús para ir a entrenar, Samu no sólo soñaba con ser futbolista profesional para jugar en un gran club. El pequeño, lo que verdaderamente anhelaba, era llegar a la élite para que su madre, por fin, pudiera dejar de trabajar.

"Tenía claro cuál era mi objetivo. Quería que mi madre tuviese una vida más tranquila. Que descansase estos años que le quedan para que pudiera vivir mucho mejor. Gracias a Dios lo conseguí", dice a la vez que reconoce que, pese a haber cumplido su gran propósito, su madre "no puede estarse quieta".

"Cuando metí el gol en el Metreopolitano mi hermana me mandó un vídeo de mi madre tirada en el suelo"

Samu Omorodion Futbolista del Alavés

"No le gustaba mucho que estuviera todo el día jugando al fútbol en la calle", reconoce. Edith, que prefería que Samu estuviera más enfocado en los estudios, no puede contener ahora la emoción cada vez que su hijo se viste de corto. "El día que debuto con el Granada ante el Atlético de Madrid mi madre estaba viendo el partido en casa. Después del partido mi hermana me mandó un vídeo de mi madre tirada en el suelo cuando metí el gol. No se lo creía. Estaba muy feliz y dándole las gracias a Dios porque estaba cumpliendo mi sueño después de todo el sacrificio que habíamos hecho". 

Porque aunque Samu esté ahora en el foco y muchos grandes clubes de Europa y sobre todo de la Premier League sigan preguntando por su situación de cara a la próxima temporada,- hablaremos de su irrupción en la élite en la segunda parte de la entrevista que saldrá en los próximos días- el joven futbolista no olvida lo mal que lo pasó en sus inicios.

“Me decían que no tenía calidad para jugar en un filial”

"Con 15 años y cuando estaba jugando en el Nervión veía que jugaba bien. Hacía buenas temporadas, pero no tenía la recompensa que yo quería y que no era otra que dar un paso adelante en mi carrera. Lo pasé bastante mal. Muchas canteras venían a verme. Me decían que tenía potencial, pero que no tenía la calidad para jugar en un filial. Que te digan eso fue una cosa muy dura. Mi madre, junto con mis amigos, me ayudó mucho. Me decía que yo valía para esto, que siguiese trabajando, que tarde o temprano iba a llegar esa recompensa".

Militó en los Benjamines del Sevilla antes de su llegada a la AD Nervión. Su salida del club hispalense fue algo que dolió especialmente a Edith. "He pasado momentos muy difíciles, sobre todo cuando era pequeño y jugaba en la cantera del Sevilla. Cuando te dicen que no cuentan contigo… Mi madre lo pasó muy mal. Nosotros estábamos acostumbrados a jugar en una cantera y salir de ese ámbito fue complicado para mí y para ella. Lo pasamos mal. No me planteé dejar el fútbol, ni mucho menos. Había que seguir trabajando y como siempre he dicho, ya no solo por mí, sino por mi madre que había sufrido mucho. Como he dicho antes, tenía claro mi objetivo que era brindarle una vida mejor".

Yendo a visitarle una vez al mes a Vitoria, "mi hermana lo tiene más complicado por el tema de los estudios", Samu tiene claro que nunca perderá esa humildad que le inculcó Edith desde bien temprano. "Sé de donde vengo y eso va a venir conmigo siempre", dice. Su camino al éxito no se explica sin el esfuerzo inagotable de una madre que lo apostó todo para que su hijo pudiese cumplir su gran sueño. "Samu no decía 'quiero jugar en este club o en este otro'. Él lo que decía es que quería quitar a su madre de limpiar escalera", le alaban sus allegados.