Dmitrovic, Brasanac, crecer entre "alguna bomba" y derbis "distintos": "Cuando vi a tres del Betis en el Pizjuán sin policías alrededor…"
Los serbios del Lega charlan con Relevo en la previa del Serbia-España: "Nos retamos en muchos Estrella Roja-Partizan; esos partidos no tienen comparación".
Aprieta el sol en los campos de entrenamiento de Butarque y un apretón de manos basta para desabrochar la coraza de Marko Dmitrovic (32 años), portero del Leganés y ex de Sevilla, Eibar o Alcorcón. Darko Brasanac (32), perseguido por la fama de bonachón de sus etapas en Osasuna o Betis, corrobora su reputación en el primer saludo. Son los dos serbios más representativos de LaLiga y esta noche (20:45, La 1) seguirán sin el corazón partido el Serbia-España que abre fuego en la Nations League: "Le deseamos lo mejor a los dos y queremos mucho a España, pero iremos con Serbia, sin duda. Es nuestro país".
Su charla con Relevo, que les junta antes de que Borja Jiménez les ponga las pilas, les sirve para abrirse en canal, rememorar recuerdos de infancia y desempolvar viejas anécdotas que nunca habían salido a la luz: uno se formó en Estrella Roja y otro en el enemigo Partizán, pero rompieron una regla no escrita para ser "compañeros de habitación" en las categorías inferiores de la selección y el destino ha vuelto a juntarles en el sur de Madrid después de casi dos décadas. Dmitrovic apela a su abuela para recuperar alguna vieja foto que corrobore que la amistad viene de lejos: "Tiene que estar, seguro". Entretanto, ambos disfrutan de un inicio de Liga inmaculado y el terremoto Haller y prometen que vivirán "con intensidad" el duelo internacional, a pesar de que Marko aparcase la selección en 2022 y Darko no reciba una llamada desde 2016.
"Siempre tengo ahí alguna duda de por qué no me convocan, no sé… He jugado casi 200 partidos en Primera, con el Leganés hicimos semis de Copa, en el Alavés peleamos por Europa y en Osasuna entramos en Conference. En mi puesto ha habido gente muy buena, pero me queda ese pensamiento de por qué no entro", dice Brasanac en tono reflexivo. Dmitrovic se echó a un lado tras el Mundial de Catar: "Sentí que ya había hecho todo lo que podía. Hay porteros que aprietan desde abajo; el puesto quedó bien cubierto". En cualquier caso, el apego a su joven nación queda claro desde las primeras respuestas: "Para nosotros es lo máximo".
La infancia
Dmitrovic y Brasanac nacieron en el año 92. Con siete, siendo unos críos, vivieron uno de los episodios más cruentos de la historia: el bombardeo de la OTAN sobre Yugoslavia que acabó con la vida de 1.500 civiles y sembró el terror en Belgrado. "Yo nací en Subotica, al norte", recuerda Marko, "y no lo sentí tanto". Brasanac le interrumpe: "En mi pueblo del sur sí veíamos, digamos, bombas y con siete años eres más consciente. Era mi primer curso en el colegio y se paró todo, no fuimos a clase. Estuvimos metidos en casa con las sirenas". Sus palabras sirven a Dmitrovic para hacer memoria y rescatar alguno de esos pasajes que cuesta olvidar: "En mi ciudad bombardearon un canal de radio y televisión con una antena grande. Con siete años ya nos dábamos cuenta de la agresión que vivimos, pero aun así me acuerdo de pasar esos tiempos como todos los niños, tranquilos y jugando al balón fuera de casa".
A ninguno se le dio mal lo del fútbol. El portero, hijo de trabajadores de fábricas de motores, tuvo que amenazar a sus padres para que le dejasen emigrar a la capital y fichar por Estrella Roja: "No querían que me marchase con 15 años". El corazón le pesó, quizá, demasiado: "También tuve la opción de ir a Partizán, pero yo era de pequeño de Estrella Roja y tiré por esa opción. Aunque no me gusta decirlo… debo ser sincero: en ese momento la cantera de Partizán era mejor. Un niño de 15 años no conoce a qué se enfrenta, me podían las ganas de vestir la camiseta del equipo de mis sueños". Brasanac firmó antes con Partizán: "Con 12 fui a una concentración de 10 días, les gusté y con 13 me marché. Mis padres creía que era temprano y que había que aguantar un poco más, pero lo tenía claro: soy aficionado de Partizán y quería jugar en mi equipo".
Dar pronto el paso les ayudó a madurar y moldeó su carácter. "Creces antes que tus colegas, de repente no tienes ayuda de los padres ni de nadie", reconoce Dmitrovic, que recibe el apoyo de su compañero: "Sí, sí, sí, eso es. Al final se hace duro, pero es la mejor manera de aprender lo que es la vida de verdad". Nacidos en la misma fecha y militando en las canteras de los grandes, los dos se vieron las caras en infinidad de derbis.
"¡Siempre le he ganado!", bromea Brasanac. En realidad no es una coña. "Nos pintaban la cara con el juvenil y con el filial. No había color", se encoge Dmitrovic. Aunque batallaron sobre el campo y sintieron como nadie la rivalidad Estrella Roja-Partizan, la casualidad les hizo "hermanos" al llegar a la selección. "El otro día lo hablamos: no lo recordamos exactamente, pero estamos casi seguros de que éramos compañeros de habitación. Creo que éramos los únicos que se juntaban. Siempre dormían juntos dos de Estrella Roja, dos de Partizan… y muy pocas veces o casi ninguna se mezclaban. Pero somos personas y caracteres muy parecidos y conectamos desde el primer día", refresca el meta.
Luego coincidieron en España y, curiosamente, experimentaron otro partido de los grandes… cada uno desde un lado: Brasanac jugó en el Betis en la temporada 16-17 y Dmitrovic pasó por el Sevilla entre 2021 y este verano. Darko, que ganó cinco Ligas con Partizán y aguantó más en Primera serbia, explica como nadie la diferencia entre la rivalidad de Sevilla y lo que supone un derbi en Belgrado. "No hay nada que ver. He disputado partidos muy importantes para ganar campeonatos en Serbia y nada más llegar a España, creo que después de menos de un mes, jugué un Sevilla-Betis en el Sánchez-Pizjuán. Y es bonito, pero no tiene nada que ver", relata.
"Después de menos de un mes en España jugué un Sevilla-Betis en el Sánchez-Pizjuán. Y es bonito, pero no tiene nada que ver"
Jugador del Leganés"No digo que sea mejor o peor, digo que es diferente. Cuando vi, yo qué sé, tres camisetas del Betis en mitad de 1.000 del Sevilla sin policías alrededor, pensé… Bueno, esto derbi es, pero digamos que es un buen derbi". Dmitrovic sabe de lo que habla: "En Serbia no siempre estás superseguro. Pasan cosas que no deberían pasar: cohetes, peleas…".
En cualquier caso, ambos experimentan desde hace casi una década un fútbol más controlado y ahora pelean por sumar un nuevo éxito con el Lega, Darko con el rol de pieza clave ("quiero seguir en esta línea y siendo importante; el ascenso fue increíble") y Marko obligado a ganarse un puesto en la alineación: "Acabo de llegar, llevo poco tiempo. Juan (Soriano) lo está haciendo muy bien. Yo soy uno más. Cada día doy todo lo que puedo y lo que depende de mí para estar disponible. Lo que más deseo es que el equipo sume los puntos y se acerque al objetivo de la permanencia".
Desde Madrid y con cierta distancia con una selección en horas bajas, ambos animarán hoy a Serbia. El patriotismo queda reflejado en anécdotas inverosímiles como la de Brasanac, que se casó en medio de su primera convocatoria con la absoluta: "Decidimos hacer la boda en el parón de septiembre. No pensaba que me fuesen a llamar, pero empecé muy bien. Jugué 90 minutos en Belgrado contra Armenia, cogí el coche, llegué a mi pueblo a las cinco de la mañana y a las ocho nos levantamos para casarnos. A las seis de la mañana del día siguiente tenía que estar en Belgrado para volar a París y jugar contra Francia. La noche de bodas ni la olí".
Los dos descartan un infierno serbio en el Pequeño Maracaná ("no, no, no, de infierno nada; Partizan en baloncesto sí es infierno") y ponen en valor lo "acogedor" de un país con aroma a España en el "carácter": "Somos más reservados, pero hospitalarios y con buen corazón". El mejor ejemplo es Dmitrovic, de aspecto áspero y alma sensible: "Por dentro soy un trozo de pan que no pega a nadie, o eso dicen". Ellos ya conocen lo que les espera a partir de las 20:45 a los Lamine, Nico y compañía... y auguran que, sin un ambiente de Champions, tampoco será suave.