Borja Jiménez, el míster revelación del nuevo 'jefe' de Segunda: "Si no eres un líder este mundo te acaba echando"
El abulense, con dos ascensos en su currículum y una veintena de partidos en la categoría, visitó Relevo antes de asaltar este viernes Cornellà con el Leganés y dormir líder de Segunda.
Borja Jiménez es el entrenador de moda en LaLiga Hypermotion. Su Leganés asaltó este viernes Cornellà, venció al Espanyol (0-1) y durmió líder. Además, es el equipo menos goleado de la categoría. La ilusión flota por los aires con este joven técnico abulense que ya se ha ganado sin ambages a la parroquia pepinera.
Su mezcla de voracidad y humildad (y por supuesto las 8 victorias) han levantado a un deprimido Butarque en los últimos tiempos. Un entrenador maduro -con sólo 38 años- que echa raíces en el sur de Madrid después de pasar un "dolor muy grande" por quedarse a las puertas del ascenso con el Deportivo. Dos horas de conversación en su visita a Relevo desvelan a una persona versátil, como es su fútbol, y esbozan a un enamorado de este juego, capaz de 'ver' en su infancia los partidos codificados de Canal Plus y de crearse su propia Liga de chapas. Ya saben, "los garbanzos son balones y las porterías, cajas de zapatos".
Te has echado muy rápido al bolsillo a la afición pese a que tu fichaje generó poca ilusión por tu inexperiencia (Borja escucha la opinión de tres seguidores que – en solo unos meses- han pasado de críticas a elogios, incluso a ponerse su foto de perfil en las redes). ¿Tienes algo que decir?
Solo espero que dentro de unos meses no hayamos vuelto al inicio, porque en el fútbol todo lo que no sea la inmediatez no tiene ningún valor. Ahora la gente está muy contenta porque las cosas están yendo bien, pero se pueden enfadar porque no vayan tan bien dentro de un mes. A mí me gustaría que reflexionaran un poco y valoraran más el trabajo a medio o largo plazo. Estoy encantado de que hayan cambiado su opinión y de que nos apoyen, pero siempre digo lo mismo… cuando se meten con un entrenador, con un director deportivo, con un futbolista, nosotros... un vestuario lo siente como algo propio. No hacen daño a ese futbolista, hacen daño a todos, al grupo.
Sonaron otros nombres para el banquillo del Leganés como Joseba Etxeberria o Luis Miguel Ramis. ¿Qué crees que llevó al club a contratarte viniendo de 1º RFEF?
Aparte de mostrarles cómo trabajaba hice un estudio bastante grande de lo que había sido el club, tuve la suerte de verlo en directo porque estaba aquí, pero quería que ellos tuvieran información de que no era un hándicap que yo no hubiera estado antes ni en la categoría ni en el Leganés porque tenía el conocimiento de todo lo que había pasado -dentro de los márgenes que puedes tener sin estar dentro-. Quería que ellos vieran que estaba perfectamente preparado para la categoría, sobre el club y sobre todo que ellos vieran que mis capacidades eran las idóneas para crecer de la mano. Creo que se necesitaba bastante convencimiento de que... ¿por qué no iba a ir bien? Puede salir bien, ¡vamos a hacerlo!
¿Cómo viviste esas semanas? ¿Pediste consejo o preguntaste a alguien?
Fueron semanas o semana y pico larga y dura porque hay mucha incertidumbre. Duermes poco por si suena el teléfono; para mí es la peor fase, te diría que mucha gente dice que la peor fase del entrenador es la media hora antes del partido, desde el calentamiento hasta que se inicia, pero yo creo que (el peor momento) es la elección del equipo porque al final marca tu trayectoria. Esos días son los más difíciles, la decisión de 'voy aquí, no voy... me van a llamar, si no sale esto ¿qué hago? ¿marcho?'. Para mí esos son los peores días. Cuando entras en junio ya se empieza a mover todo, es el peor momento. Y en este caso lo mantuve todo con mucho secretismo, soy muy cauto porque tengo miedo a que se pueda romper por cualquier cosa. Soy muy temeroso en ese aspecto. Lo sabía Álex (su segundo), lo sabía mi psicólogo porque también con él me preparé y él conoce todo, pero fui muy cauto con mi círculo más cercano, con mi familia, porque no quieres generar ilusiones de algo que no sabes si se va a cumplir. (…) En mi caso no pregunté por miedo a que cualquier llamada mía pudiera estropear algo que me hacía mucha ilusión.
"Es la oportunidad del Leganés, pero también es la mía"
Me han dicho que tu dominio del inglés fue vital para que el nuevo presidente del club, el americano-mexicano Jeff Luhnow terminase de decidirse. ¿Puede ser?
Puede ser, es importante el idioma y cada vez más en la sociedad global que tenemos, poder manejarte en cualquier idioma es muy importante, pero yo creo que hubo un convencimiento muy grande de que todo iba a ir bien.
¿Qué te pidió Jeff cuando firmaste el contrato?
Para el club es muy importante ser humilde, pero a la vez ser ambicioso, no renunciar a nada, sabiendo quiénes somos, sabiendo que iba a haber una rebaja importante (del límite salarial), que iba a haber bajas de jugadores determinantes en el club, conociendo todo eso, él buscaba a alguien que fuera ambicioso, que aprovechara la oportunidad. Es decir, 'esta es mi oportunidad, es la oportunidad del Leganés, pero también es la mía'. Entonces voy a exprimir esto al máximo, ese hambre, esa necesidad de querer hacerlo bien, yo fui muy convencido (…) por eso creo que se han juntado nuestros caminos. Soy muy humilde pero muy ambicioso también en querer progresar, en hacer las cosas bien, soy muy trabajador, estoy todo el día y creo que tengo muchísimas cosas en común con cómo ve Jeff el fútbol y lo que él quiere del Leganés.
En estos primeros meses ya has tomado decisiones 'difíciles'. Elegiste a Dani Jiménez para la portería pero una lesión ha llevado a Diego Conde a sustituirle. El equipo sólo ha encajado cinco goles en 11 partidos ¿Lo que funciona no se toca?
Es verdad que apostamos por Dani, pero pequeños detalles que te llevan a un portero o a otro, lo habíamos dicho en pretemporada, los dos habían estado a buen nivel, los dos son buenos porteros. No sé cuándo hubiera podido entrar Diego o no, igual que ahora no sé cuándo va a entrar Dani o no. Lo que tengo muy claro es que los dos son muy buenos porteros de la categoría, lo están demostrando y en la portería se necesita confianza. Soy de los que cree que el portero necesita saber que su entrenador confía en él. Los dos son conscientes de que puede haber momentos de la temporada para que se dé el cambio o no, no lo sé, nos lo va a ir marcando el año y su estado de forma, porque es muy parejo, igual que le ha pasado a Dani le puede pasar a Diego, entonces iremos viendo.
¿Tuviste una conversación con Dani Jiménez? Además de entrenador… ¿uno tiene que hacer de psicólogo?
Los dos son conscientes de que me gustan mucho. ¿Pero cómo lo haces? Por ejemplo, un jugador cuando juega no me pide explicaciones (…) Y aquí te puedo ser muy sincero, ha sido una gestión muy natural porque Dani se ha mantenido fuera varias semanas por lesión y ha entendido que su compañero lo está haciendo bien, o sea no ha hecho falta explicarle por qué sale del once. Creo que Dani en ese aspecto es un jugador que ha vivido muchas situaciones, además percibe por nuestra parte que es un jugador con peso, tiene mucho peso dentro de ese vestuario y creo que él ha entendido la situación sabiendo que lo que quiere es jugar. Estoy convencido de que sería mucho más feliz jugando que no, pero también considero que él interpreta que Diego en este momento lo está haciendo bien y que él lo que tiene que hacer es trabajar. Yo les veo entrenar en el trabajo específico de porteros y los dos van a muerte en cada sesión.
Qué difícil es la gestión de un grupo…. Volviendo a las redes o la Prensa, ¿cómo se convive con la crítica y con esas variables externas que uno no puede controlar?
Quien critica queda marcado dentro del grupo. No le marca a ese futbolista, marca a todo el grupo, un periodista, a un no sé quién que quiere hacer daño a alguien de nuestro entorno, de nuestro día a día. No estás insultando a uno, o no estás criticando a uno, estás criticando a todos, porque lo entendemos así. Lo importante es que el futbolista se sienta querido y se sienta cómodo y yo como entrenador tengo que ser un facilitador, intentar no generarles problemas, que ellos rindan, que la gente esté contenta. Soy un poco el mediador entre todo el mundo. La gente tiene que entender que llegará un día que perdamos dos partidos, pero el trabajo va a ser el mismo. Las horas de dedicación, la pasión, la entrega, la solidaridad de los jugadores, la nuestra... ¡va a ser la misma! Ese día que no estemos acertados y perdamos, no quiere decir que no hayamos hecho bien nuestro trabajo.
Hubo que esperar al final del mercado (De la Fuente y Djouahra) e incluso al cierre (Portillo) para completar el equipo… ¿Participaste en la confección de la plantilla?
Hemos trabajado bastante de la mano. Txema (Indias) lleva muchos años en el club, en la categoría, conoce perfectamente todo. Él conoce mucho más el mercado que yo. Me pedía paciencia porque los últimos fichajes -la fase ofensiva- nos llegó muy tarde, pero es verdad que desde el primer día dijo, "para que podamos tener buenos jugadores, nos tenemos que ir al final del mercado porque no vamos a ser los que más paguemos ni entre los 10 primeros que más paguen". Entonces fui muy creyente de su mensaje y yo creo que el tiempo le ha dado la razón. Yo le iba dando mi aportación, mi feedback cuando él me preguntaba por algún jugador. Hemos trabajado bastante bien de la mano, pero he de reconocer que el valedor de todo el mercado, de todo esto es él.
¿Has cogido el coche esta temporada para ir a ver algún partido en directo? Me atrevería a decir que sí, ¿alguna locura?
Tengo un segundo entrenador que para esto también es bastante receptivo. Este año fuimos a Valladolid después de jugar un sábado, por la tarde, con partido entre semana, y nos volvimos en el mismo día. Al final son dos horas del partido, más las horas en el coche. No tenemos tiempo, pero interpretamos que verlo en directo es determinante. (El programa) Mediacoach nos da todas las imágenes: panorámica, televisiva, táctica... tenemos todas las cámaras del mundo, pero como en directo no se ve. Hay cosas en directo, al estar allí, las sensaciones que te da un equipo, que sólo las puedes ver cuando estás en el campo.
¿Qué es para ti jugar bien?
Jugar bien es saber a lo que juegas y es una palabra muy amplia. ¿Por qué? Porque cada uno se siente identificado con una forma de ver el fútbol o de entender el juego. Y nosotros a nivel futbolístico este año creo que hemos pasado por todas las fases y hemos ganado, te diría, que jugando bien siempre. Hemos sabido lo que queríamos en cada momento del partido, independientemente de que haya gente que haya dicho que ha hecho solo dos tiros a puerta y el rival ha hecho muchísimos... El día de Eibar fueron cuarenta y tantos envíos al área, pero un remate del Eibar en todo el partido. O sea, que hicimos muy bien la defensa de área, por ejemplo, porque sabíamos que iba a ser muy importante. Para mí eso es jugar bien, saber realmente a lo que tú juegas, que tus jugadores hagan lo que tú crees que deben hacer para ganar el partido. Veíamos el otro día el partido repetido y los jugadores decían, 'ha pasado esto que habíamos visto cuatro horas antes en el vídeo y hemos sido capaces de volver a hacerlo'. Eso es jugar bien.
¿Eres un entrenador que utiliza mucho el vídeo?
Sí, lo utilizamos bastante. Yo veo normalmente 3-4 partidos del rival todas las semanas porque me gusta, me da seguridad y me permite transmitir esa seguridad sobre lo que he visto, independientemente de que el cuerpo técnico se vea otros 3 ó 4, que yo repita alguno de los que ellos se han visto, o el analista, Pedro o Álex o Jesús, que ellos analicen también. Sé que he hecho mi trabajo y ahora tengo toda la información. Así es cuando realmente estoy convencido de cómo transmitírselo a los jugadores, y con ellos de momento solemos ver el vídeo del rival antes del partido, o en el hotel la semana pasada (…) A los jugadores les gusta mucho el vídeo de sus acciones. Las cortamos para verlas cada tres semanas y explicamos comportamientos que se han podido reproducir. Soy un entrenador que le da importancia a todo eso sabiendo que al jugador hay que darle la información justa.
¿Y otros recursos para hacer grupo? ¿Crees en esto?
Este año de momento no hemos hecho casi nada (escapadas o salidas). Para mí el mayor recurso que tenemos allí es la instalación deportiva donde estamos en el día a día. Los jugadores tienen casi de todo, pasamos mucho tiempo juntos, compartimos comidas… Es la primera vez que nosotros planteamos a un equipo, "oye, ¿qué os parece si mañana, después de una victoria, damos libre para las cargas?". Y ellos mismos te demandan un poco, "vamos a entrenar, queremos entrenar, ya lo haremos". Cuando el futbolista se encuentra así y le gusta ir a entrenar lo único que podemos hacer es aprovechar esa buena dinámica y entrenar más. Ya llegará un momento en marzo, en abril, donde llevemos muchísimas sesiones, muchas horas juntos y lo que necesitemos sea irnos a la montaña o jugar al paintball o lo que tengamos que hacer. Ahora mismo el equipo quiere entrenar, quiere competir, quiere hacer reducidos, quiere terminar el entreno y se quedan otra media hora allí golpeando, hacen sus juegos.
En todos los equipos que has entrenado hay un factor común: una buena defensa. En Bouzas, el menos goleado, en Miranda, el tercero; en Cartagena y en Leganés, también el que menos goles recibe, ¿por qué le atribuyes tanta importancia?
Reconozco que me gusta mucho el fútbol de ataque, pero creo que para atacar bien se necesita mucho orden. Ese atacar bien te permite defender muy organizado, independientemente de la fase del campo donde lo hagas, y si tú atacas bien y tienes a tu equipo bien posicionado, recuperas rápido la pelota y lo haces lejos de tu portería. Este año hemos vivido en el Leganés las dos vertientes, defender en un bloque muy bajo, mucha solidaridad, muchos apoyos, muchas ayudas, muchas permutas de posiciones, porque los partidos nos han llevado a ello. Recuerdo el del Eibar, que te pones 0-1 en la primera parte y son muchos minutos defendiendo en tu campo sin ninguna posibilidad de transición, que luego es algo que el equipo ahora tiene, hemos mejorado mucho esas transiciones. Nosotros en las primeras jornadas no transitábamos nada, y te podría decir que probablemente ahora seamos uno de los mejores equipos de la categoría en transición. Estamos cómodos desde ese bloque bajo y encima hacemos mucho daño cuando salimos transitando y estamos cómodos también cuando tenemos la pelota, como hemos podido ver en Elche la segunda parte, en Miranda, el día del Racing... En esta categoría el trabajo defensivo es muy importante, el detalle micro de una defensa, de una pared, de defender cada acción como si fuera la última, es muy importante, porque es tan pequeña la diferencia que ese es el detalle que te hace ganar o perder.
El Borja que ha llegado a Leganés es fruto de muchas experiencias pese a tu juventud. Desde el Ávila, el equipo de tu tierra, al Dépor…
Ha llegado un entrenador mucho más maduro, mejor persona que creo que es algo fundamental en el mundo de los banquillos. Nuestro cargo es tratar con personas más que con futbolistas. Cada uno con sus problemas e inquietudes. Está claro que ir entrenando te va dando experiencias, gestiones de situaciones que ya hayas vivido. Sitios como A Coruña donde hice un máster acelerado de situaciones que se irán dando en el futuro. Lo más importante para un entrenador es ir teniendo experiencias que te ayuden a no equivocarte en algo que ya te has equivocado.
¿Alguna vez fue un hándicap la edad?
No. He ido dando pasos acelerados, mi segundo Álex me dice mucho, sobre todo al principio, tras Miranda y el ascenso del Cartagena, que no estaba siendo consciente de todas las cosas que iba haciendo porque todo estaba pasando muy rápido. Quizá no le he puesto poso a lo que he sido como entrenador y a todo lo que he ido haciendo, experiencias vividas, hasta este parón después del Dépor que he tenido mi periodo de reflexión de 7-8 meses. Es muy fastidiado estar en tu casa sin poder ejercer. Ahí he tenido tiempo para pensar en todo lo que había hecho y qué quería seguir haciendo. Es un parón que no necesitas pero me ha venido bien.
Dirigiste a jugadores mayores que tú en todas las plantillas. Este año es la primera vez que no hay un futbolista con más años que tú, ¿cómo se gana uno el respeto?
Eso ya es preocupante, quiere decir que me voy haciendo mayor (risas). Lo he ido gestionando desde la naturalidad. Y el respeto como entrenador te lo da tu trabajo. En mi primera experiencia en Ávila, recuerdo que tenía a Emilio, que había jugado en el Atleti, en el Valladolid, y él ya estaba en su época final, 35-36 años, y yo tenía 27. O sea, de aquel Real Ávila, probablemente, no es que el entrenador fuera el más joven de todos, pero casi. Ya desde aquella época fui aprendiendo a qué realmente le da importancia el jugador y por lo que a ti te van a valorar. Para mí es muy importante la palabra, la honestidad, y ser honesto con el futbolista. Yo creo que ellos lo valoran mucho. Esos son los momentos donde, como entrenador, tú te tienes que reforzar un poco y serle honesto. "Oye, pero, haz esto, o sigue haciendo esto, que llegará tu momento que puedas volver a participar". Te lo avala eso un poco, y luego, si vas teniendo suerte de conseguir ascensos y demás, te vas haciendo un pequeño nombre. Pero, principalmente, la honestidad.
"Al entrenador profesional el fútbol le encuentra"
¿Qué hay que hacer para ser entrenador profesional sin haber sido futbolista?
Yo creo que al entrenador profesional el fútbol le encuentra, no es que tú lo tengas que buscar. Porque yo no buscaba ser entrenador profesional, porque es muy difícil. Es más, el fútbol es el que te va dando, o te va enseñando el camino que tú puedes o debes de ir haciendo para ser entrenador. Pero no es sencillo. No es sencillo porque hay muchísima demanda. Cada año no sé cuántas licencias nuevas de entrenador hay, y los clubes siguen siendo los mismos. Entonces cada vez la competencia es mayor. Es una profesión muy pasional, que te exige estar todo el día en ella, ser entrenador 24 horas, pero que tiene cosas muy bonitas. Y cada año salen nuevos, exfutbolistas que lo dejan y se reenganchan directamente en el fútbol profesional. Hay que convivir con eso y es un mundo difícil, muy difícil.
¿Por qué fue tan especial la temporada (2017-18) en Vigo? ¿Qué recuerdos tienes del Rápido de Bouzas?
Hace poco me he vuelto a encontrar con Óscar Sielva (actual jugador del Huesca) y él dice lo mismo. Ha vivido ascensos a Segunda y casi ninguno de los que estuvimos ese año cambiaríamos el año de Bouzas por otro nuestro en nuestra carrera. No teníamos nada y lo teníamos todo. Éramos muy felices. Entrenábamos por la tarde porque la gente trabajaba por la mañana. Buscamos cómo hacer crioterapia en cubos grandes de basura, cortados. No había hielo, pero íbamos al puerto y cogíamos hielo. No teníamos nada, pero teníamos todo. Y creo que fue un poco la esencia, lo que nos permitió competir hasta el último día por ese playoff a Segunda División. Por eso seguimos manteniendo el grupo de WhatsApp de aquella época con los futbolistas. Todavía nos escribimos de vez en cuando cuando las cosas nos van bien o cuando ha surgido cualquier problema. Hicimos una relación muy bonita. Recuerdo que nuestro objetivo era la salvación y era algo casi imposible porque era la primera vez del club en la categoría. Y nos salvamos el 21 de enero, que es mi cumpleaños, en Segovia. Fue todo muy prematuro. Pero creo que la esencia o la magia fue no tener aparentemente nada, pero interiormente tener todo.
"En el Rápido de Bouzas éramos muy felices; no teníamos nada y lo teníamos todo"
Ahí llega el salto importante con el Mirandés, Copa RFEF, ascenso… y te marchas a Grecia. ¿Un entrenador puede calar en su plantilla si no comparte el idioma?
Allí teníamos ocho españoles y cuatro argentinos. Teníamos más jugadores de habla hispana que de habla griega o inglesa, en este caso. Pero ya no son solo los jugadores, es como tú te expresas en una rueda de prensa o cuando viene el director deportivo, hay muchas barreras… El idioma es fundamental. Para poder hacerlo bien en un sitio o eres un superdotado a nivel futbolístico o tienes un nombre del estilo de… Bielsa. Pero los hay contados. Ahora ves a Emery que va a Inglaterra o a Francia y habla desde el primer momento. Ves a Andoni Iraola en Inglaterra, que ya había estado en Estados Unidos, y habla muy bien. Porque es necesario. Ya no solo para comunicar con los futbolistas también para la gente de cocina que te atiende por las mañanas. Si pierdes tienes como entrenador que levantar el ánimo y sonreírles y decirles algo o hacerles algún cariño. Ahora en Leganés podremos tener… o al menos yo me siento a cargo de 80 ó 90 personas. Comunicación, marketing... Todo el mundo te ve y... el míster tiene que sonreír. Creo que tienes que ser líder para ser entrenador.
¿Te consideras un líder?
Hay muchos tipos de liderazgo. Creo que es un liderazgo desde el respeto y desde el trabajo. Quizá no sea una pregunta para mí, sino para la gente que tengo un poco a mi cargo. Pero creo que sí, porque si no, este mundo te acaba echando. Si no tienes esa capacidad de gestión o de liderar, te acaba echando, porque el grupo lo necesita. En los momentos de debilidad, el primero que tiene que dar un paso al frente es el entrenador y demostrar que vamos para adelante. En los momentos de euforia, es el entrenador el que pone los pies en el suelo. Cuando hay que dar la cara por alguien, también. Para mí no es un disfraz, pero sí es algo que tienes que llevar puesto siempre. Porque el entrenador es observado las 24 horas del día, no solo por los futbolistas, sino por todo el mundo. Entonces, tú siempre tienes que estar bien. Y quizá sea lo más difícil de gestionar. Esa necesidad de que todo el mundo te vea a ti siempre bien. Sólo tienes tus momentos de intimidad cuando llegas a tu casa o estás con tu gente más cercana del staff, que te puedes abrir y les puedes contar realmente cómo te sientes. Pero estoy convencido de que todo el mundo en Leganés y en otros sitios donde he estado, piensa que soy una persona muy feliz siempre. Y no es la realidad.
Desde esa etapa en Vigo te acompaña Álex Martínez en el cuerpo técnico como un "hermano mayor". ¿Qué te da además de la diferencia de edad y esa experiencia?
Soy muy receptivo, la palabra primer entrenador y segundo entrenador nos lo da la Federación y en este caso el carné. Ya son muchos años juntos, tiene total confianza para decirme cualquier cosa, para gestionar cualquier cosa sin necesidad de preguntarme si puede hacerlo o no. Me da un equilibrio y una sabiduría que me ha ido aportando todo este tiempo muy grande. Con él estoy en un constante aprendizaje
Me quiero detener en tu etapa en el Deportivo (2021-2022). ¿Trabajaste presionado? "Si alguien no aguanta la presión, Coruña no es el sitio para estar", dijiste en una rueda de prensa. ¿Cómo te fuiste?
Dolor, me fui con un dolor personal por no haberlo conseguido. Es más un dolor interno mío porque estuvimos muy cerca. Es un dolor muy grande por ver a todo ese estadio llorar el día de la final que no pudimos ganar ante el Albacete y subir a Segunda. No se me olvidará nunca. Sigo hablando de ello y se me siguen poniendo los pelos de punta porque lo pasé realmente mal. Nunca me había pasado como entrenador. Quizá fue una decepción grande. No un fracaso, porque la palabra fracaso para mí no existe. Pero sí una decepción y un dolor muy grande interno. Toda esta gente dependía de mí. Ahí tenía 35.000 personas a mi cargo, más todos los que estaban viéndonos y toda la gente que tiene el Dépor detrás... Y hay muchas veces que se te escapa por detalles que tú como entrenador no controlas. Y entonces existe ese dolor dentro de decir que 'no fui capaz de hacer plenamente feliz a toda esta gente'.
¿Podías pasear por la calle tranquilamente?
Sí, me sentí muy querido. Jamás he tenido un reproche de nadie de Coruña en la calle. Jamás. Es más, después de nuestra salida allí continué viviendo un mes y pico tranquilamente en A Coruña porque estaba muy cómodo en la ciudad. Es una ciudad que me gustó mucho y la gente era muy cercana. Creo que llegar al corazón del deportivista no es fácil, pero nosotros nos hicimos un huequito. De hecho, la gente sigue alegrándose de que cuando las cosas nos van bien y te lo manifiestan por redes, te escriben. Y eso es posiblemente lo más bonito que te puede dejar el fútbol. Es muy difícil que la afición te quiera sin ascender o sin subir... Y más en un club tan exigente como es el Dépor. Algo haríamos bien en todo ese trayecto para que la gente nos tenga ese afecto. Es recíproco. Igual que el club, la ciudad, siempre lo digo, me he sentido muy querido y muy bien tratado.
La temporada siguiente empieza en el Deportivo con esa "falta de confianza que se notaba", según explica Álex meses después en una entrevista para Atlántico Diario. ¿Qué pasó ese verano?
Yo creo que hubo, después del no ascenso, cuatro o cinco días donde quizás se estiró demasiado la duda de qué iba a pasar con nosotros. Eso generó dudas en el entorno. Si tú el día después del ascenso dices 'sí' o 'no', ya no das tiempo a una exposición pública del que finalmente luego es tu entrenador. Es como que ya lo limitas, lo has expuesto a la gente y luego has tenido cuatro o cinco días donde mucha gente lo ha culpabilizado de no conseguir el objetivo y al final les cuentas que es tu entrenador. Hubo dudas, que es normal, es entendible, pero quizás no se gestionaron bien en el tiempo. Y no creo que fuera de manera intencionada tampoco. No culpo de eso a la gente que estaba en el club, sino que dentro de esas dudas y el sondeo que ellos pudieran hacer de entrenadores y de tomar la decisión, pues les llevó a que nosotros continuáramos. Esos cinco o seis días que hubo de impasse es lo que luego nos restó en el inicio. Es un pensamiento propio. Decir que no al Dépor es casi imposible. Salir del Dépor o decir "yo me voy del Dépor", te diría que no se puede.
La etapa del Deportivo te lleva a estar unos meses sin entrenar, decides ir a Madrid. ¿Con qué motivo?
Se juntan las dos cosas, Madrid y mi casa a una hora. Me permitía estar aquí y trabajar de una manera interna mía, de ponerme obligaciones, de ir a ver entrenos, de poder compartir con otros entrenadores muchas mañanas, de ver fútbol los fines de semana. El fútbol está en Madrid. Y cuando tú estás fuera del fútbol, yo necesitaba sentirlo cerca. Vi la Youth League, vi entrenar mucho, vi partidos de la selección Sub-18, veía todo lo que podía. Analizaba muchísimo. Entendía que este parón me iba a venir muy bien para ver otras cosas, otras metodologías, para viajar… también aprovechamos para viajar a Pamplona, Miranda, Bilbao. Hemos ido haciendo cosas que nos ayudarían para nuestro retorno al fútbol. Iraola nos ayudó y estuvo con nosotros, todo su cuerpo técnico, Íñigo, Pablo, toda la gente se portó muy bien. Nunca se lo he agradecido (a Iraola), pero creo que es buen momento, porque independientemente de que a él le puedas suponer más o menos, o a cualquier entrenador, el refuerzo que le das a la otra persona es muy grande. En Leganés ya sabe todo el mundo que tiene las puertas abiertas si algún entrenador viene a pedirme ver los entrenos. Siempre estoy abierto porque yo he estado en la otra parte y sé lo necesario que es para la otra persona.
"¿Comparaciones con Garitano? Ojalá, pero estamos lejísimos de todo eso"
¿Te molestan las comparaciones con el Leganés de 2016 de Asier Garitano?
Ojalá, lo que puedo decir es que ojalá a todo, a mi comparación con Asier y todo lo que ha hecho aquí a lo que consiguió el Leganés del 2016. Ojalá, en el fútbol nunca se sabe... ahora estamos lejísimos de todo eso, lejísimos, es que veo tan difícil los 50 puntos que no puedo imaginar nada más que no sea conseguir ese objetivo. Entiendo que la gente esté muy ilusionada, la ilusión es muy bonita, pero ¿lo que vaya a pasar en abril o mayo? No lo sé, por eso te he dicho 'ojalá, ojalá' que estemos en disposición de... yo no voy a romper ni a quitar el sueño a todo el aficionado del Leganés, no es ni mucho menos mi intención. Lo que intento -igual que con los jugadores- es que todo el mundo vaya equilibrando lo que es nuestra realidad. Y a partir de ahí que nadie dude que lo vamos a pelear con uñas y dientes 100%. Ojalá podamos estar en abril en disposición de decir que tenemos 50 puntos y quedan 25 en juego y podemos hacerlo.
Entonces... ¿nos volvemos a ver cuando el Leganés tenga esos 50 puntos?
Ojalá en esa situación queden puntos en juego para poder soñar, ojalá, lo firmaría ahora mismo. Cuando llegué en mi rueda de prensa de presentación dije que queríamos 'tener un año más tranquilo que los dos últimos'. Eso no se nos tiene que olvidar, los dos últimos años que han sido difíciles (…) ahora hemos renovado mucha ilusión. Por cómo se manifiesta la gente, ojalá en abril podamos tener nuestro objetivo conseguido y poder tener puntos suficientes para seguir soñando entonces. Quedamos en abril, en cuanto consigamos el objetivo nos volvemos a sentar y vemos lo que nos queda.