MUNDIAL DE CATAR

¿Por qué Florentino Pérez debería pagar lo que el Dortmund pida por Bellingham?

El inglés firma un gran partido en su debut y se reafirma como una de las bombas del próximo mercado de fichajes.

Bellingham durante el debut en el Mundial de Catar /Getty
Bellingham durante el debut en el Mundial de Catar Getty
Albert Blaya

Albert Blaya

Jude Bellingham no es flor de un día. No es un sueño de verano, como tantos otros futbolistas que, con algunas actuaciones buenas en los Mundiales, logran convertirse en objeto de deseo para los grandes clubes. El futbolista del Borussia Dortmund ha firmado un debut consecuente con su nivel los últimos meses, y ahora la amenaza es un precio que podría dispararse. Ante el fin de Kroos y Modric, el Real Madrid debería ir a por Bellingham.

Florentino Pérez lleva años siguiendo una política de fichajes concreta en la que el talento siempre prima por encima de todo. Primero se fichan nombres diferenciales, o con potencial para serlo, y después ya se irán encajando. De ahí que se fichase a Tchouaméni con Camavinga jugando de pivote, o haber apostado en su día por Rodrygo y Vinicius pese a tener ya una nómina de atacantes. En ese escenario, el nombre de Bellingham encaja a la perfección. ¿Por qué?

A sus 19 años, Bellingham no es un proyecto. Es ya una realidad. Un centrocampista capaz de dominar distintas alturas y ser valioso en cada una de ellas. Ante Irán, en su debut mundialista, se apreció en dos de los goles de Inglaterra. En el primero apareció en área rival para marcar con un testarazo más propio de un delantero centro, y en el tercero inicia una conducción poderosa que termina con el gol de Sterling. Es un futbolista que vale para casi todo.

En este curso son 12 goles producidos pese a partir de un doble pivote, ya que al final la posición de partida es solo una ayuda para el espectador, para que pueda situar la movilidad casi inacabable de este futbolista en una posición concreta. Con Inglaterra, Southgate le ha dado mucha libertad con Declan Rice guardando todo el ancho del campo por detrás suyo, pudiendo aparecer en los primeros pases y en los últimos, conduciendo o rematando. Lo mejor en Bellingham es que parece tener una respuesta precisa para distintos retos que van saliendo. Y a los 19 años esto es una anomalía.

Con el futuro de Kroos en el aire, Bellingham representa un perfil inexistente en la plantilla blanca. Puede que no sea el que mejor encaje, pero sí representaría juntar a futbolistas que le asegurasen al Real Madrid una década de altísimo nivel competitivo. Fede, Tchouaméni, Camavinga y Bellingham sería un cuarteto tan exuberante como polivalente, tan estimulante como difícil de darle forma en un inicio. Lo que está claro es que Bellingham, que es el último integrante de una estirpe que parece creada en laboratorios, estará demandado por los mejores equipos del continente. Quien se lo lleve, puede tener la respuesta a muchas de las preguntas de la próxima década.