MUNDIAL DE CATAR

El 'boicot' de Alemania al Mundial de Catar: "Hay menos ambiente que nunca"

Alemania es uno de los países más críticos con el tema de los derechos humanos en Catar. Las audiencias se han desplomado y en las calles apenas se ven banderas.

Imagen de un mercadillo navideño en Berlín durante el Alemania-Japón de la fase de grupos de Catar 2022. /EFE/EPA/FILIP SINGER
Imagen de un mercadillo navideño en Berlín durante el Alemania-Japón de la fase de grupos de Catar 2022. EFE/EPA/FILIP SINGER
Nacho Encabo

Nacho Encabo

La cerveza vuela, las 'fan zones' están llenas, el sol calienta y nadie tiene alergia a la bandera. Todo es una fiesta. Ver un Mundial de fútbol en Alemania es una auténtica gozada.

Pero claro, todo eso ocurre cuando el torneo se juega en verano y en un país que caiga bien a la moral alemana. Y el Mundial 2022 se está disputando en invierno y en Catar. "En Alemania hay menos ambiente que nunca", señala a Relevo Wilko Mess, un alemán de 49 años que vive en Berlín desde 2007. Nicolás Lamby, de 25 años, es muy futbolero y de hecho juega en el Hertha München. Sin embargo, no vio el Alemania-Japón ni tiene previsto seguir ningún partido más. "No le interesa. Ni a él ni a muchos de sus compañeros", cuenta su madre. Son un par de ejemplos, pero hay millones.

"La Copa del mundo no va a ser ningún éxito y definitivamente dañará al fútbol. Este daño ya es visible en las cuotas de la televisión", ha criticado Uli Hoeness, ex internacional alemán y ex presidente del Bayern, a la cadena RTL antes del decisivo partido ante España del domingo.

Carteles del boicot a Catar en un pub de Berlín el día del debut de Alemania.  EFE/EPA/Hannibal Hanschke
Carteles del boicot a Catar en un pub de Berlín el día del debut de Alemania. EFE/EPA/Hannibal Hanschke

La audiencia se desploma en el debut

Tiene razón el señor Hoeness. El primer partido de Alemania en el Mundial de Catar -derrota por 2-1 ante Japón- lo siguieron de media menos de 10 millones de personas (una cuota de pantalla del 59,7%) por la cadena pública ARD, según los datos del medidor de audiencias AGF. En Rusia 2018, los tres partidos de la fase de grupos tuvieron una media cada uno de más de 25 millones, con cuotas de pantalla de entre el 76,3 y el 87,4%. Efectivamente, hay millones de ejemplos.

¿Qué ha pasado para que un país tan futbolero como Alemania haya perdido el interés por un Mundial? Alemania no es un país cualquiera: tiene millones de jugadores federados, cuatro Mundiales masculinos, dos femeninos, tres Eurocopas masculinas y otras ocho femeninas. Los estadios de la Bundesliga están siempre llenos. ¿Qué ha sucedido?

Las razones del “boicot”

El desempeño de la selección en los últimos años desde luego que no ayuda. Eliminada en la fase de grupos en Rusia 2018 y en los octavos de la Eurocopa 2021, la Mannschaft no engancha como antes. De hecho, solo un tercio de los alemanes veía a la selección en las semifinales, según una encuesta realizada por YouGov para la agencia DPA antes del Mundial.

"Si vas por la calle ahora, no se ven banderas, no hay pantallas gigantes y los bares no hacen publicidad"

Wilko Mess Ciudadano de Berlín

Las fechas también perjudican. Noviembre y diciembre son los meses de los mercadillos de navidad, del Glühwein (vino caliente) y el Lebkuchen (el clásico pan de jengibre). Los mercadillos este año abrieron el mismo fin de semana de la inauguración del Mundial. También se nota en las grandes superficies: la publicidad de los supermercados es navideña y no mundialista. "Santa Claus es el favorito en su duelo particular con el rey fútbol", indicaba el diario especializado en economía Lebensmittel Zeitung.

Pero por encima de todo está la evidencia de que Alemania es uno de los países con mayor conciencia por los problemas sociales. Y en los últimos meses ha alzado la voz de muchas maneras contra el régimen de Catar y la falta de derechos humanos en el país anfitrión del Mundial. Muchas aficiones han sacado pancartas pidiendo el boicot al torneo, el equipo realizó un gesto criticando la censura de la FIFA por la polémica del brazalete LGTBI y la iniciativa #boycottQatar2022 ha pedido a la Federación que done todo el dinero que gane con el torneo a las familias de los inmigrantes que perdieron la vida en la construcción de los estadios.

"Hay una visión muy crítica sobre este Mundial por el tema de los derechos humanos en Catar. Además, Catar no es un país de fútbol, no tiene cultura de fútbol", relata desde Berlín Wilko Mess. "Si vas por la calle ahora, no se ven banderas, no hay pantallas gigantes y los bares no hacen publicidad porque saben que igual no es una publicad buena".