El perfil de Salma es fundamental en cualquier equipo: tiene cosas de Athenea, de Eva Navarro y de Geyse
Cuando acabé de ver el partido de España, me llamó -poderosamente- la atención una jugadora: Salma Paralluelo. Y supongo que a la mayoría de los que estáis leyendo este texto y visteis el debut mundialista. ¿Por qué? Es veloz, tanto en sus conducciones como en su fútbol, tiene una capacidad innata para buscar el uno contra uno, para desequilibrar por la banda, etc.
Echando la vista atrás, me considero muy afortunada de haber tenido a mis órdenes a jugadoras con ese perfil. Las considero fundamentales en mis equipos, aportan muchísima versatilidad a nivel defensivo y le dan profundidad -infinita- y velocidad al fútbol ofensivo. Recuerdo a Eva Navarro en el Levante y a Geyse en el Madrid CFF. Si ambas están en el Mundial, será por algo.
El fútbol femenino está en pleno desarrollo -a todos los niveles- y ese perfil es muy demandado. Como ocurrió hace un tiempo con su homólogo, cada vez es más físico y este tipo de jugadoras, como Salma Paralluelo, Eva Navarro o Geyse son anheladas por muchos entrenadores. Atacar los espacios a la espalda de las rivales se ha convertido en la principal arma de muchos equipos.
Salma Paralluelo es única, pero me recuerda a muchas jugadoras. Tiene el descaro y la velocidad de Athenea del Castillo; la técnica, el dominio de las dos piernas y el desborde de Eva Navarro y la potencia física de Geyse Ferreira. Además, no le tiemblan las piernas. En su segundo año como 'futbolista' -hasta el año pasado compaginaba el fútbol con el atletismo-: una final de la Champions y un debut en un Mundial. La decisión que ha tenido para dejar el atletismo -un deporte individual- y adaptarse de la manera que lo ha hecho al fútbol, un deporte de equipo, no es nada fácil, y ella lo ha conseguido. Convirtiéndolo en un uno de sus mayores intangibles.
Centrémonos en lo táctico. Ante Costa Rica, Salma partió desde el extremo zurdo y compartió la banda con Olga Carmona. Las incorporaciones por fuera de la lateral del Real Madrid, obligaban a la del Barça a jugar y asociarse por dentro. Y, en ocasiones, a buscar ese pase atrás que podía darle Olga, para generar superioridad y la posibilidad de acabar la jugada con un tiro desde la frontal del área.
El dominio de España, con posesiones largas y moviendo el balón de banda a banda, generó que Costa Rica defendiera cerca de su área y Salma tuviera menos espacios a la espalda de la defensa rival. En muchas ocasiones, recibió el balón al pie, debido al juego combinativo de la Selección. En esas situaciones, intentó buscar el desborde por la banda. Además, tenemos que destacar su facilidad para llegar al área y ocupar las zonas del segundo palo cuando la situación lo requiere.
España y el Barça están puliendo una joya a la que -lógicamente- le quedan aspectos por mejorar. Faltaría más, es su segundo año en el fútbol, como quien dice. Interpretar mejor los espacios y tomar las decisiones correctamente y en el menor tiempo posible la van a hacer mejor jugadora, porque tendrá más ventaja en los metros finales.
En cuanto a su posición, ya sabemos cómo se las gasta como extremo y cuando es la principal referencia ofensiva del equipo. En mi opinión, debería jugar en cualquiera de las dos bandas -lo más habitual-. Pero, además, creo que si juega de delantera, buscando el intervalo entre las centrales para conseguir esa ventaja posicional, podría ser muy positivo para ella. Es muy rápida, ocupa muy bien esos espacios: ejecuta y se mueve velozmente. Además, llega al área y ocupa el segundo palo cuando la situación lo requiere.
Depende cómo le jueguen a España brillará más o menos. Porque sin espacios y sin la posibilidad de recibir el balón en profundidad, sufrirá más. En cambio, si esas circunstancias se dan, será determinante. Pero calma, es un Mundial, y hay que verla partido a partido. Sólo el tiempo dirá si estamos hablando de unas jugadoras más desequilibrantes del mundo. De momento, las expectativas son muy altas.