¿Qué gana y qué pierde el Atlético con la cesión de Joao Félix?
El club rojiblanco reconoce que existe un problema entre el jugador y Simeone con su salida temporal al Chelsea.
El Atlético, como los estudiantes veteranos a los que se les atraganta una asignatura, decide aplazar la matriculación del problema Joao Félix para el mes de junio. El club asume el suspenso-fracaso con el portugués, se quita de encima un problema inmediato y espera, una vez empiece el verano, que vuelvan las ganas de estudiar el futuro del jugador. El Atlético acepta que el Cholo se desprenda de Joao Félix a cambio de un interés mayor, meter al equipo en Champions.
Y bajo esa estrategia estudiantil, la de buscar el mal menor viendo que el pleno de aprobados a final del curso es imposible (eliminado de Europa desde el 1 de noviembre), el Atlético se encomienda a la fórmula de cesión simple (recibiendo 11,5M€ más el sueldo del futbolista previa ampliación de contrato de un año) para ganar, sobre todo, tiempo. Pero, ¿qué consigue realmente el Atlético al desprenderse de su jugador-franquicia, por el que invirtió 127 millones, durante seis meses?
Deportivamente 'gana' el entrenador...
Simeone y Joao Félix no se aguantan. Ni pública ni privadamente ocultaban su divorcio. En la cuarta temporada del portugués, que sólo ha marcado 34 goles y ha repartido 16 asistencias en 131 partidos, se pudrió todo, como dirían los argentinos. "Mientras esté yo, esto va por rendimiento", dijo el técnico el pasado 14 de octubre después de que el futbolista tirara el peto enfadado por no jugar ante el Brujas (0-0).
El Mundial sirvió como paréntesis de una situación enquistada, donde el futbolista arrancó la temporada como titular hasta la derrota contra el Real Madrid (18 de septiembre). En Catar es donde Miguel Ángel Gil Marín reconoció lo que era un secreto a voces: "Los minutos jugados, su motivación en el momento actual hace pensar que lo razonable para el club es que si hay alguna opción buena para el jugador, para el club y por supuesto para el club donde pueda ir, al menos analizarla".
El entrenador y el futbolista convivieron 'alegremente' tras el Mundial gracias a esa tregua que otorgaba a ambos la promesa de Gil Marín. El '7' fue titular contra el Elche (29 de diciembre) y ante el Barça (8 de enero). Algo que no terminaba de convencer a Simeone, pero entendía que el club necesitaba poner en el escaparate al luso para terminar de deshacerse de él. Pero al final resultó contraproducente. El míster quedó mal dentro del vestuario, al conceder la enésima oportunidad a un jugador en el que nunca creyó, y peor en la tabla clasificatoria (fuera de los puestos Champions y a 14 puntos del Barça).
Con este panorama se alinearon los astros para los dirigentes rojiblancos ese mismo domingo, cuando el City de Guardiola eliminaba al Chelsea, con goleada (4-0), de la FA Cup. Los blues, décimos en la Premier, se encuentran a 19 puntos y necesitados de un golpe de efecto. Fue cuando se produjo la primera oferta formal por Joao Félix y a la que se abrazó el Atlético para resolver la situación.
… y el club sigue controlando a su mayor activo
Por más que se anunció a bombo y platillo la puesta en el mercado del futbolista ("Joao Félix fue la sensación del Mundial porque es muy bueno en los torneos cortos", decía Simeone), la primera oferta formal en las oficinas del Metropolitano fue la del Chelsea. Hasta entonces, tal y como informó Relevo, sólo se produjeron acercamientos, sobre todo, del Manchester United, tras una reunión entre Gil Marín y Mendes en el restaurante Aarde el pasado 5 de enero.
Fue en ese momento cuando el club rojiblanco pasó al plan B. El plan A era un traspaso en torno a 130 millones de euros y una cesión con obligación de compra con un montante final similar a esa cifra. Pero ni United, ni Arsenal, ni Chelsea pretendían acometer una operación de estas características en este mercado invernal. Ahí es cuando se dio paso a la opción de la cesión simple, con la condición de renovar, como le tocó en su momento a Renan Lodi (de la grupeta, por cierto, de Joao Félix como Cunha, Felipe o Reinildo), que se marchó este verano por petición propia cedido al Nottingham.
De este modo, el Atlético amortiza los 127,2 millones de euros del menino en ocho años, en lugar de siete. Así, este verano podrá seguir negociando un traspaso millonario por el internacional portugués, ya que en verano, según reconocen fuentes internas del club, existió al menos una oferta del Bayern Múnich por valor de 100 millones de euros, que la entidad no quiso ni estudiar. Si Joao Félix viene revalorizado de la cesión en el Chelsea, el Atlético cree que hará aún más caja.
¿Seguirá Simeone la próxima temporada?
Es la pregunta del millón. Al final, como muchas veces ha reconocido el propio Simeone, el argentino ha discutido en estos 11 años con muchas personas, y no siempre tuvo una buena relación con todos sus futbolistas. Saúl, por ejemplo, se marchó cedido al Chelsea en verano de 2021 en busca de unos minutos que al final no encontró.
Pero el técnico se encontraba especialmente quemado con el asunto Joao Félix, que resultó ser un arma arrojadiza contra él, no ya desde la grada, sino desde ciertos estamentos del club. Joao Félix fue la apuesta de la dirección deportiva para sustituir a Griezmann en 2019, pero el portugués no ha llegado a alcanzar el rendimiento deportivo del francés, el ojo derecho del míster.
Simeone se posicionó en contra de la opinión del club a la hora de recuperar a Griezmann. Fue su único defensor, pero Gil Marín, como puede ocurrir con Joao Félix ahora, realizó otra jugada maestra al adquirirle por 20 millones de euros procedente del Barça, cuando al principio del verano parecía incluso que hasta lo querían cambiar a pelo por Cristiano Ronaldo.
Ahora bien, si Joao Félix empieza a marcar goles en el Chelsea, el señalado será Simeone, que, por otra parte, tiene la obligación de meter al equipo entre los cuatro primeros de LaLiga. A eso se ha encomendado al Atlético en estos momentos. La no clasificación para la máxima competición continental provocaría una verdadera crisis en todos los ámbitos, fundamentalmente, en el económico. Por eso, el club deriva la responsabilidad en el empleado que más cobra en el vestuario, Diego Pablo Simeone, a costa de desprenderse del mayor activo de mercado de la entidad. Porque la clasificación de la Champions está por encima de Joao y del propio Simeone, que tiene contrato hasta 2024 y tendrá que conseguir el objetivo sin invertir en refuerzos y tirando de la cantera...