Pepe Mel se despide de Tenerife: "Está claro que no nos hemos entendido bien, es seguramente el borrón de mi carrera"
El técnico vivió su última rueda de prensa tras perder ante el Burgos: "Este club me ha dado de comer dos veces, así que le doy las gracias y mucha suerte".
Pepe Mel sabe desde hace días su despido como entrenador del Tenerife. Rayco García lo anunció, sin antes habérselo comunicado a él, en lo que ha supuesto un gran enfado para el técnico. Sin embargo, la nueva propiedad se disculpó, consciente de que las formas no habían sido las idóneas con alguien de su prestigio. El afectado lo describió de forma rotunda: "Es una situación extraña que nunca había vivido tras 25 años en la élite. Hasta el último momento hay que ser profesionales. Es lógico estar en el alambre. No me lo merecía como persona".
Tras tal lío, todos los focos apuntaban a su figura en su despedida en El Plantío. Un partido parejo ante el Burgos se cerró con lo que habitualmente suele ocurrir: el Tenerife cayó derrotado por la mínima y sigue una semana más como colista destacado de la clasificación. Esta vez, eso sí, Pepe Mel decidió dejar a un lado todos los conflictos y despedirse con señorío de lo que ha sido su club durante los tres últimos meses.
"El equipo juega en unas circunstancias de estrés máximo y eso no es fácil. Ellos saben que tienen un calendario en enero para sacar la cabeza y en eso se tienen que centrar. La situación del club nos exprime a todo el mundo y eso no es fácil", comienza el técnico. Si bien es cierto que actualmente el Tenerife se encuentra a once puntos de la salvación, justo el doble de los que tiene ahora mismo en su casillero, el ya extécnico cree que es posible darle la vuelta: "Los futbolistas miran hacia adelante, que además es lo que tiene que ser. No tendría sentido que miraran atrás. Estoy seguro que me han borrado de la cabeza, estoy seguro que ya saben quién va a venir. Lo dejo ahí. Lo que sucedió era lo lógico. Me llamó la nueva persona importante del club para pedirme disculpas por algo que había estado muy desafortunado. Por supuesto se las acepté y perfecto. No tengo nada. Yo puedo ser mejor o peor entrenador, pero creo que nadie tiene ninguna pega conmigo como persona".
Desde luego, lo ocurrido ha sido una mancha en un currículum intachable que ha vivido grandes experiencias y que en la mayoría de ellas ha salido por la puerta grande y venerado por los suyos. Pepe Mel, pese a su despido, aún tiene espacio para bromear: "Si volviera atrás viendo el resultado me quedaría en Sevilla. Es broma, eh, que a todo le sacáis punta. Volver atrás no lo puede hacer nadie. Uno toma decisiones en el momento en el que toca. Yo soy un enamorado del fútbol, me gusta mi profesión. Estoy aquí porque me gusta mucho. Insistieron mucho durante mucho tiempo hasta que dije que sí. Una vez que dices que sí ya para adelante con todo. La suerte que tienen los futbolistas es que el público está fantástico en el Heliodoro. Ya les he dicho que en otros campos hubiéramos tenido muchos problemas. Ellos creen en la posibilidad. Este club me ha dado de comer dos veces, así que le doy las gracias y mucha suerte".
“Ha sido el borrón de mi carrera seguramente”
Fue entonces cuando Pepe Mel hizo repaso de lo que había significado el Tenerife en su carrera deportiva:
"Es mi último partido en el Tenerife. Bueno. Está claro que el Tenerife y yo no nos entendemos muy bien. He estado dos veces aquí y las dos veces me ha ido mal. Ha sido el borrón de mi carrera seguramente. Tantos equipos en los que he estado… En el 98% me ha ido bien. Esto es fútbol, es un juego e influyen otras cosas. No quiero emplear la palabra suerte. Este partido se nos ha repetido bastantes veces y cae del lado del rival. Quizás ahora con el entrenador nuevo caiga del lado del Tenerife. Eso es lo que busca el club y le deseo toda la suerte del mundo. Aprovecho para despedirme de la gente y dar las gracias a los empleados del club. Todos han aportado lo que han podido. Estoy agradecido al trato que me han dado, más allá de que las cosas no nos salgan. Pero no tengo ninguna queja, me voy con la sensación de que lo he intentado todo. He probado sistemas, han jugado todos los futbolistas… El partido del Zaragoza nos marcó mucho, ganábamos 2-0 en el 75' y perdimos 2-3. Mucha suerte al compañero que venga. A los futbolistas les he dicho que tienen que hacer un buen mes de enero".
Pese a todo, Pepe Mel insiste e insiste en desear lo mejor para el que ha sido su club. Tanto que cree en la capacidad que tienen de sacarlo adelante. Y sorprende casi deseando que caigan eliminados de la Copa del Rey. En definitiva, no puede ser una prioridad, dadas las circunstancias clasificatorias. "Hay que empezar por enero. Si obviamos el partido del día 4, que al club no le interesa, el día 7 el club empieza a jugarse la vida. El 11 otra vez, el 18 otra vez… Y así todo. El mes de enero es crucial. Todos los equipos de esta categoría tienen rachas buenas y si el Tenerife coge el viento a favor… Esa es la esperanza que hay que tener. Hay tiempo para hacer un trabajo, que el nuevo compañero ponga sus ideas. En el deporte nunca hay que bajar los brazos cuando tienes todavía la luz del túnel", añade.
Lo cierto es que han sido meses de enormes infortunios. Actualmente el Tenerife cierra la tabla en Segunda División con solo once puntos en su marcador. No gana desde el 3 de noviembre en Liga, sumando cinco derrotas y un empate desde entonces. Su primer partido fue el Tenerife-Sporting del 22 de septiembre, justo hace tres meses, y el balance resulta algo desolador: dos triunfos, cuatro empates y ocho derrotas. Hasta esquivó de milagro la tragedia en el torneo del KO, ganando en prórroga y penaltis a dos equipos de inferior categoría como Alfaro y Zamora.
Entre tanto, en la entidad hubo hasta un cambio de propiedad, que ha desembocado en su despedida definitiva. Ha ocurrido de todo, como él mismo define entre risas: "Solo me falta que ahora me diga mi mujer que está embarazada. Todo lo demás ha pasado". Así llega el final de la etapa de Pepe Mel en el Heliodoro Rodríguez López, de una forma poco habitual y una despedida digna de un entrenador de leyenda en el fútbol español.