Este Málaga va como un tiro: mantiene el bloque del ascenso, saca pecho con Pellicer e ilusiona

La vida ha cambiado radicalmente en Málaga. Del agónico ascenso en el Nou Estadi de Tarragona al momento dulce que se respira actualmente en La Rosaleda no han pasado tres meses. Conscientes de que la categoría te eleva o te devuelve a la lona de una jornada a otra y sin previo aviso, los chicos de Sergio Pellicer saben que es tiempo de disfrutar de la vuelta al fútbol profesional, pero sin perder de vista la fórmula.

Es anecdótico a estas alturas de temporada, pero el cuadro malaguista ha terminado la quinta jornada con puntuación de playoff. Ante esta circunstancia, el míster pone los pies en el suelo aludiendo a que "si hoy [por el último partido ante el Huesca] no consigues la victoria, se iguala todo y cuando acabe la jornada, pasas de estar en playoff a estar en descenso. Cada partido es un combate de boxeo y te vas enfrentando a rivales. Lo importante es saber el nivel que estás mostrando".

"Si tuviéramos un punto aquí habría una crisis institucional por todos los lados, como está pasando en otros sitios. Aunque vaya bien la cosa, queda mucho", advertía Pellicer. El Málaga es uno de los cinco equipos de Segunda que todavía no ha perdido, igualando en esta circunstancia a Levante, Racing, Eibar y el también sorprendente Mirandés.

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El éxito del buen arranque del Málaga hay que atribuírselo a la confianza que ha tenido el club en la base de jugadores de la temporada pasada. Sin grandes alardes en materia de fichajes, los andaluces sacan pecho de cantera y de una comunión con la grada que hace de La Rosaleda uno de los estadios más difíciles del momento. 7 puntos de 9 posibles en casa avalan el fortín blanquiazul.

"El ambiente ha sido espectacular y el partido, sobre todo en la primera parte, ha sido de mucho nivel del equipo, y creo que hemos disfrutado. Tenía ganas de vivirlo y la verdad que la sensación justo cuando están cantando el himno es algo único", declaraba Yanis Rahmani tras la victoria del pasado sábado ante el Huesca, en la que resaltaba esa comunión con la grada, clave en este gran inicio de temporada, además de la competencia en un vestuario poblado de jugadores que ya estaban años anteriores.

Sin ir más lejos, del once que logró sacar la victoria el pasado sábado ante el cuadro oscense, solo Luismi Sánchez y el propio Yanis Rahmani (que estuvo en el Málaga en una etapa anterior) no eran parte de la plantilla que ascendió la temporada pasada desde Primera RFEF. Todo esto en un verano en el que Roberto Fernández, autor de 20 goles que ayudaron a cosechar el ascenso malaguista, se marchó traspasado al SC Braga a cambio de 1,8 millones fijos más 1,2 en variables. El grupo ha dado un paso al frente.

"Estamos satisfechos con el inicio, es fruto de mucho trabajo que viene del año pasado, de mantener esa idea y ese bloque, con el míster y demás. Al final es cierto que llevamos 9 puntos y eso significa que faltan 41 para los 50", comentaba Einar Galilea, uno de los futbolistas clave para Pellicer tanto en el ascenso como en este arranque en Segunda. "El año pasado nosotros nos autoexigíamos más de lo que la propia categoría podía exigir, prueba de ello es que el bloque es prácticamente el mismo con 5 o 6 novedades que han venido para sumar. Eso se demuestra con las señas de identidad del equipo y tener nuestro ADN", puntualizaba Einar resaltando la importancia que sigue teniendo el grupo y el entrenador de la pasada campaña.

Nadie como Sergio Pellicer para entender la filosofía del club y apostar por los futbolistas de la cantera en esa idea de afianzar el bloque. El técnico castellonense fue el elegido para recuperar la categoría perdida, tras una temporada de desembolso económico, fichajes de campanillas y objetivo por subir a Primera. El Málaga que comandaba Rubén Castro en su última experiencia en el fútbol profesional no dio lo esperado y el cuadro blanquiazul tuvo que reinventarse y valorar todavía más el talento joven. Esto Pellicer lo conocía a la perfección y ese trabajo se empieza a ver también en la categoría de plata.

El histórico tanto del ascenso lo logró un canterano como Antonio Cordero, que con solo 17 años acumula tres titularidades consecutivas en Segunda. Con esa misma edad, Aarón Ochoa está empezando a deslumbrar y a hacerse un hueco en el once de Pellicer. Kevin Medina y David Larrubia son claves desde los extremos, aunque han visto cortada su progresión por una lesión en el inicio de la temporada. En definitiva, mas de una decena de futbolistas criados en las categorías inferiores dotan al Málaga de un sentimiento de pertenencia que también marca la diferencia.

Lejos queda la pesadilla del descenso para un histórico que vuelve con paso firme y por la vía rápida al fútbol profesional. El Málaga ha tirado de su propia identidad para ser uno de los cinco invictos en la categoría de plata y este viernes (20:30h.) podría incluso dormir líder si es capaz de doblegar al Granada a domicilio.