SD HUESCA - REAL ZARAGOZA

Juanjo Camacho, de promesa de la Ciudad Deportiva a leyenda en El Alcoraz: "Sin el Zaragoza no sería futbolista, pero en Huesca encontré mi sitio"

Si alguien encarna la transformación del club alto aragonés es su ex capitán: formado en el Real Zaragoza, vivió la mejor etapa de su carrera y jugó más de 400 partidos con la camiseta azulgrana.

Juanjo Camacho. /SD HUESCA
Juanjo Camacho. SD HUESCA
Mario Ornat

Mario Ornat

Nadie ha jugado más partidos en la SD Huesca (421) y marcado más goles (89) que Juanjo Camacho (Valencia, 1980). Formado en la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza e internacional en todas las categorías inferiores, fue en la SD Huesca donde Camacho llevó su carrera futbolística a su estrato más elevado. En La Romareda vivió la experiencia de tantísimos canteranos, cuya promesa se diluye con una aparición fugaz en el primer equipo -en un contexto de Primera División, títulos, finales y grandes jugadores que cierran el paso- y la búsqueda de un destino alternativo donde desarrollar su carrera.

A los 26 años lo llamó el Huesca y juntos protagonizaron la historia inversa: jugador y club vivieron un crecimiento conjunto que llevó al club altoaragonés a tocar la élite de Primera División dos temporadas... y a Camacho a encontrar su lugar en el mundo. Hoy en Huesca es una leyenda... además de dirigir la cantera azulgrana. Este sábado mirará el partido número 21 entre los dos equipos aragoneses en toda su historia: 16 en Liga y cuatro en la Copa del Rey (en 1978 y 1985).

Si hubiera que personificar la transformación del Huesca en estos años en un jugador, no cabe duda de que sería Juanjo Camacho.

Tuve la suerte de aparecer en la Sociedad Deportiva Huesca en un momento de mi carrera en el que el club, con Manolo Villanova entonces como entrenador, ya tenía un objetivo más ambicioso que estar en Segunda B o mantener la categoría. Yo crecí en paralelo y llegué a consolidarme como futbolista de Segunda División en el Huesca. Para mí fue un punto de inflexión.

Te asomaste al primer equipo del Real Zaragoza y luego probaste varios destinos: el Madrid B, el Livingston en Escocia...¿Temiste no dar con la puerta de la élite en ningún lado?

Era un jugador prometedor, que había estado en las categorías inferiores del Real Zaragoza y en la Selección española. Llegué a hacer varias pretemporadas con el primer equipo en ese periodo en que se jugaron dos finales de Copa, con futbolistas como Xavi Aguado, Marcos Vales, Savo Milosevic, Santiago Aragón, etc. No terminé de consolidarme ahí, salí para varias cesiones... y volví tras el título de Copa del Zaragoza en Montjuïc para estar dos temporadas, aunque jugando muy poquito. Después me fui al Lleida en un mercado invernal y, tras descender, me planté en una situación un poco de duda de hacia dónde iba a ir entonces mi trayectoria. Fue una situación compleja. Me planteaba si dar un paso atrás para luego subir otros peldaños, no lo tenía claro. Y ahí fue cuando Agustín Lasaosa y Petón me plantearon la posibilidad de venir al Huesca, en 2006.

Aún te fuiste un año al Vecindario para regresar al siguiente. ¿En qué momento te diste cuenta de que Huesca era tu lugar en el mundo?

Ese primer año en Huesca fue muy bueno, en Segunda B. Había jugadores que conocía de la cantera del Zaragoza, Javi Suárez y Rubén Falcón, por ejemplo; Manolo Villanova de entrenador. Jugamos los playoffs y perdimos la final de ascenso contra el Córdoba. Pero yo aún tenía la ambición de jugar en Segunda, así que me fui al Vecindario... y salió un año absolutamente lamentable, con unas decisiones horribles del club, sin cobrar, muy lejos de casa. Tuve la suerte de que Agustín apostó por repescarme y ahí fue cuando vi que, con 27 años, tenía que desarrollar mi carrera en el Huesca: más de 400 partidos y 12 temporadas demuestran que es el lugar donde me han dado toda la confianza. Y donde he podido disfrutar de ver la transformación del club, que ha crecido de manera exponencial. Porque no se puede decir de otra manera. No ha sido paso a paso. Ha sido exponencial, hasta lo que es ahora.

Has nombrado algunos de los muchos jugadores del Huesca formados en el Zaragoza. Tú trascendiste ese viaje hasta convertirte en un símbolo, pero... ¿qué huella te dejó el Zaragoza? ¿Cómo lo miras desde la rivalidad deportiva de estos últimos años?

Muchas veces me hace gracia cuando la gente dice que yo no quiero nada bueno para el Zaragoza, que si la SD Huesca tiene una rivalidad excesiva y que yo voy también ahí detrás. La única realidad es que eso no es así. Yo he estado doce años en el Huesca, es verdad que ya en el fútbol profesional, y doce años en el Real Zaragoza. Y no habría sido jugador si no hubiera tenido la formación que tuve en el club. Tuve la suerte de que me fichara Carlos Rojo, tuve como entrenadores a Ramón Lozano, a Javier Garcés, a Narciso Juliá, el mismo Carlos y Manolo Villanova. Estos últimos son una institución, como Juliá, que también jugó muchos partidos... Ramón y Javier siguen ahí. Cualquiera querría a esos entrenadores. Ellos me dieron la posibilidad de estar desde cadetes hasta el filial en la Selección española, ser campeón de Europa, terceros en el Mundial sub-17 de Egipto. Todo eso lo tuve gracias a estar en una estructura profesional como la del Real Zaragoza, que me daba los estímulos como jugador para seguir creciendo. Peleé a muerte en su momento para consolidarme allí, todo el mundo sabe de la dificultad que eso tenía para un canterano entonces porque el nivel era espectacular, venían fichajes de bandera y los resultados eran los que eran. Tuve la suerte de debutar y tener un contrato profesional, pero en mi puesto jugaban Savio, Aranzabal, Villa, Galletti, Cani, Movilla... Creo que hubo un momento con Víctor Muñoz de lesiones en el que tal vez sentí que merecía una oportunidad, pero el míster lo decidió así y ya está. Como siempre se dice: el fútbol no se para. Si quieres seguir creciendo y jugando tienes que salir.

Has mencionado a Petón y Lasaosa. ¿Ellos te transmitieron ya de partida esa visión ambiciosa del Huesca? ¿Incluso la Primera División?

El crecimiento, desde luego que lo tenían en la cabeza. Entonces éramos un equipo que tenía que buscar cada semana un sitio donde entrenar, y estamos agradecidos a toda la provincia de Huesca por habernos cedido sus campos. Pero ellos dos sí tenían esa idea de poco a poco hacer crecer al club, traer mejores jugadores y, por supuesto, ascender de categoría... al menos a Segunda. Lo que sí creo es que ese ascenso llegó muy pronto. Y no lo hizo el año anterior por un partido. Huesca es una ciudad y una provincia pequeña, pero se ha logrado aunar a todo el mundo. Estoy convencido de que, si el Zaragoza estuviera en Primera, aún habría más gente del Huesca. Porque la coincidencia en Segunda y la rivalidad directa hacen que separemos más quién es del Zaragoza y quién es del Huesca. Pero estoy seguro de que en Aragón muy poca gente querría que el Huesca no estuviera en Primera y muy pocos querrían que no estuviera también el Real Zaragoza.

"La coincidencia en Segunda y la rivalidad hacen que separemos más quién es del Huesca y quién del Zaragoza: pero estoy seguro de que muy poca gente querría que el Huesca no estuviera en Primera y muy pocos querrían que no estuviera el Zaragoza"

Juanjo Camacho Ex jugador de la SD Huesca

Llegaste al Huesca con 26 años y te marchaste con 38. ¿Te imaginabas durar tanto tiempo?

Muchas veces tienes que encontrar tu sitio para rendir al máximo. Yo tuve la suerte, y le puse el trabajo, para poder encontrarlo aquí. Y también ese grupo de compañeros, de entrenadores, el club, la afición, incluso los medios, que siempre me respaldaron y hacían que cada día me salieran mejor las cosas a mí y como equipo. No es fácil jugar más de 400 partidos en un mismo club, sobre todo ahora que hay tanta rotación de jugadores, de categorías, subidas y bajadas... Me lo he pasado muy bien, lo he disfrutado al máximo. Y fue posible también gracias a Agustín, que apretó muchísimo para que pudiera vivir ese último año en Primera División. Jugué sólo dos partidos de Copa y tres de Liga, pero he disfrutado muchísimo todo el proceso, los ascensos, los descensos, siempre estuve al pie del cañón. Las lesiones me respetaron y todo eso junto hizo que pudiera retirarme tan tarde.

Ahora diriges la Base Aragonesa de Fútbol, la estructura de cantera de la SD Huesca. ¿Cómo de estratégico es ese trabajo de territorio, de pertenencia, para un club de una provincia pequeña y con un foco histórico en la comunidad tan potente como el Zaragoza?

Desde hace dos temporadas tenemos la suerte de contar con nuestras propias instalaciones deportivas, con la residencia, dentro de un complejo que cuenta incluso con un instituto. Y eso nos da todas las herramientas para ofrecer a los jóvenes y que se desarrollen como jugadores. Sobre todo desde hace dos temporadas la SD Huesca apostó por ese crecimiento a nivel de cantera y poco a poco lo estamos consiguiendo. En los dos últimos años llevé la parte de internacional y ahora también la de cantera, con lo cual gestionamos las dos partes principales de ese trabajo, con un equipo que está dándolo todo para hacerlo posible. Hemos creado una muy buena estructura con los medios que tenemos. Eso está dando como resultado poco a poco que los jugadores vayan creciendo, la presencia de futbolistas de la cantera en el primer equipo, juveniles que juegan con el filial... Y claro, nos gustaría tener cuanto antes a un jugador altoaragonés en el primer equipo.

Ahora las canteras son mucho más globales y tú has trabajado el área internacional. ¿Cómo se compite desde un club como el Huesca con estructuras de captación de largo alcance?

Nuestro primer nivel de captación es la provincia. Tenemos nuestros equipos convenidos -Jacetano, Sabiñánigo, Fraga, Monzón, Barbastro, el Peñas y alguno que se me voy a dejar ahora- y tratamos de crear esa red de cercanía para dotarles de lo que necesiten, dentro de nuestras posibilidades, y tener controlados a algunos de sus jugadores. A partir de ahí se abren las fronteras, está claro, pero primero a nivel de Aragón porque Zaragoza está apenas a 45 minutos, por ejemplo, y también podemos tener algún chico de Teruel en la residencia. Esos medios son los que nos dan la posibilidad de atraer a jugadores de fuera, alojarlos y crear un engranaje de fútbol lo más competitivo posible para que ellos puedan crecer con nosotros.

"Antes había muchas opciones de que aquí la gente fuera del Zaragoza, del Madrid o del Barcelona; ahora no, vas a un colegio, al parque o a cualquier sitio en la provincia y ves camisetas del Huesca"

Juanjo Camacho Ex jugador de la SD Huesca

¿Cuánto ha trabajado y ha crecido el nivel de penetración del Huesca en cuanto a generar afición en su propia provincia?

Ha sido uno de los objetivos estratégicos prioritarios del club. Pero no por quedar bien, sino para lograr que la gente sea del Huesca, que quiera al Huesca, venga a vernos al campo y sienta lo que es el Huesca. Antes había muchas opciones de que aquí la gente fuera del Zaragoza, del Madrid, del Barça... y ahora no. No sólo en la ciudad, que vas a cualquier colegio o a cualquier parque y ves a gente con la camiseta de la SD Huesca. También a nivel provincial: vas al Pirineo y a otras zonas de la provincia y los chicos, muchos de ellos, son del Huesca. Se refleja también en los cumpleaños, en los pedidos online para la provincia, en cuánto se ve al Huesca en los partidos que se retransmiten... El club está invirtiendo mucho en esa cercanía, llevando a jugadores a eventos por la provincia. Y es muy importante, como decíamos antes, ese filtro de cercanía para que jugadores que sienten Huesca y a la SD Huesca sean los primeros que tengan la oportunidad de jugar aquí.

El Huesca vive ahora una resaca institucional y deportiva después de esos años en que, como definió Lasaosa, «han sobrado corbatas y ha faltado fútbol». ¿Ha calado el mensaje de austeridad en el entorno?

Es verdad que ahora estamos pasando por una situación complicada, con reestructuraciones duras. Vamos a ver cómo queda. La afición está teniendo paciencia, sin dejar de ser exigente. La gestión de estos últimos años no ha sido la mejor, sobre todo a nivel económico, y se están pagando esos excesos en algunas cosas y el no haber mantenido la categoría en lo deportivo. Ha entrado gente nueva y está intentando hacer viable el club, ellos marcan las nuevas directrices. Y, sobre todo, lo más importante es que los resultados del equipo sigan acompañando, porque esa es la base más sólida de la SD Huesca.

En medio de todo ese escenario, Antonio Hidalgo y su equipo están volando por encima de esas circunstancias y de las expectativas.

Costó mucho en verano crear la plantilla, con un gran trabajo de todo el cuerpo técnico y la paciencia del entrenador y de su equipo. Y a los jugadores hay que agradecerles el esfuerzo que están haciendo en el día a día por sacar adelante al Huesca, sabiendo las dificultades que tenemos. Como siempre ha dicho nuestro capitán, Jorge Pulido, el compromiso de todos es enorme con respecto a saber quiénes somos y dónde estamos. Y a nivel de cantera, muy contentos porque están apareciendo en convocatorias y con minutos en el campo jugadores que suben de abajo. Es primordial para seguir creyendo en el trabajo bien hecho.

¿Qué importancia ha tenido Hidalgo como 'pacificador' ya la temporada pasada y el arranque de la actual?

A nivel de altos cargos, directiva, en estos últimos tres o cuatro años ha habido muchos movimientos complejos que han hecho que se tambaleara la forma de trabajar. Después del segundo descenso, con Nacho Ambriz y Xisco, la gente quedó muy desencantada. Después, con Cuco Ziganda los primeros dos tercios de la competición fueron espectaculares, pero no se acabó bien ni a nivel de resultados ni por el juego del equipo. El inicio de la pasada fue muy difícil, pero con la llegada de Antonio Hidalgo cambió el mensaje a los jugadores, tres o cuatro detalles tácticos y su convencimiento: y con eso, con los mismos jugadores, logró que algunos dieran su mejor versión y el equipo empezase a funcionar. Siempre con su forma de jugar, a veces con el balón, otras sin él, atacando más o atacando menos... pero sacando la mejor versión de todos los jugadores y del equipo. Lo que importaba era salvarse y se logró. Y este año, poco más se puede decir que lo que muestra la clasificación: el equipo ha empezado muy bien, estamos situados en un puesto de privilegio. La Segunda División no te permite relajaciones pero todos lo tenemos muy claro: tanto la afición como los jugadores y el club tenemos muy claro cuál es el sitio de la SD Huesca. No somos los mejores pero tampoco somos los peores.

"El rendimiento del equipo con Antonio Hidalgo nos da seguridad, pero el objetivo no cambia. Todos, desde la afición a los jugadores, tenemos claro cuál es el sitio de la SD Huesca: no somos los mejores, pero tampoco los peores"

Juanjo Camacho Ex jugador de la SD Huesca

¿Ha modificado algo el arranque la percepción de la temporada?

Nos da cien por cien de seguridad, pero los objetivos no han cambiado. El objetivo del Huesca es estar el mayor tiempo posible en LaLiga. No somos un presupuesto grande ni una ciudad grande. Y la consolidación del Huesca en el fútbol profesional es muy importante para todos. Todo lo que sea ganar, todo lo que sea sumar, da la seguridad necesaria para seguir creciendo y te permite, en esta situación tan delicada, poder planificar a corto plazo. Ya no digo a largo ni a medio, pero al menos a corto sí.

Y el sábado, el Zaragoza. ¿En qué momento ves a cada uno de los dos equipos dentro de la singularidad de un partido así?

Creo que el Real Zaragoza llega en un buen momento. Tiene a varios jugadores en un gran momento y está haciendo una temporada muy buena. Con menos ruido que otras veces a nivel de resultados, para la posición que ocupa. En otros momentos ya se habría disparado la euforia, otra vez todo el mundo ilusionado; y este año sí tienen los pies más en el suelo a nivel de prensa, afición, etc., sobre todo por la temporada anterior, que se empezó demasiado bien. Lo que te decía, algunos jugadores en un gran momento; otros que aún no, y ya lo están haciendo bien, que aún tienen margen de mejora. Llega en un buen momento tanto de resultados como a nivel mental. La SD Huesca está preparada para competir en cualquier partido y en cualquier momento. No es necesario que esté mejor o peor, y no es porque sea el Real Zaragoza: a nivel mental puede afrontar el partido de la misma forma, pero no deja de ser un derbi y ese punto más a nivel mental, de afición, cuando sales a la calle, sí que lo va a tener.

¿Es más peligroso el Zaragoza fuera que en casa?

Creo que es un equipo ofensivamente muy peligroso . Depende un poco también de esos momentos de Bazdar, de Iván Azón, Soberón, y de cómo esté de fuerte en el medio campo. Es un equipo que trabaja bien, que tiene muchas opciones: Liso, Francho, Keidi Bare, Toni Moya... Es peligroso en todas las zonas, pero sobre todo en ataque.

Eso se mezcla con su mayor exposición a encajar goles. ¿Qué tiene el Huesca en su arsenal para hacerle daño?

Somos un equipo de bloque, que trabaja bien en todas las zonas, por encima de las individualidades. Claro, podemos hablar de Pulido, de Loureiro, de Soko, de Joaquín, Hugo Vallejo que ahora está lesionado... pero creo que el Huesca está sumando a partir de ser un bloque. De ahí que le funcione tan bien el balón parado. Un trabajo de equipo que, si tienes un buen lanzador, hay que aprovecharlo.

En los Huesca-Zaragoza ha pasado de todo, en cuanto a resultados y alternativas. ¿Es un partido imposible de predecir?

A la SD Huesca nos costó un poquito más ganar el primer partido, pero después ha estado bastante igualado. El año pasado nos repartimos los puntos, el anterior creo que ganó el Huesca los dos. Pero en todo caso es un resultado difícil de predecir. Cada equipo en su casa intenta dar un punto más para darle una alegría a su gente y, obviamente, estaría muy bien que el Huesca pudiera hacerlo esta vez.