El Valencia de Baraja deja peores sensaciones que puntos, ha perdido solidez y se juega la vida en diciembre
Ante los mismos rivales que este año, los che solo sumaron un punto más, pero las sensaciones son mucho peores. En un mes ante rivales directos el diagnóstico está claro.
El Valencia CF de Rubén Baraja se juega la vida durante el próximo mes de diciembre. No tanto así por 'timing', pues ocurra lo que ocurra en el mes navideño, todavía tendrá tiempo de sobra para darle la vuelta durante el resto de la competición, sino por el hecho de cambiar una tendencia que le tiene penúltimo de LaLiga (con dos partidos menos), y sobre todo porque se enfrentará a Rayo Vallecano, Valladolid, Espanyol y Alavés, cuatro rivales directos en la lucha por la permanencia.
Llegados a este punto, con voces de aficionados pidiendo la salida de Rubén Baraja y un, hasta el momento, refuerzo de la entidad en privado a su entrenador, conviene analizar dónde está el equipo de Baraja antes de afrontar el que será un mes clave. Y lo cierto es que tomando como punto de referencia la temporada pasada, no hay tantas diferencias en los resultados de un equipo y otro. Eso sí, en cuanto a sensaciones, la diferencia es abismal.
El curso pasado ante los mismos rivales el Valencia sumó 10 puntos, 11 goles a favor y 16 en contra, este año ha sumado 9 puntos, 13 goles a favor y 21 en contra.
A destacarEl Valencia de Baraja, ante los mismos rivales y en los mismos estadios donde ha jugado esta campaña (dejando exento al Leganés, que estaba en Segunda el curso pasado), sumó el año pasado 10 puntos, anotó 11 goles y recibió 16 tantos en contra. Esta temporada el balance no es calcado, pero se le parece mucho: 9 puntos, 13 goles anotados y 21 goles en contra. ¿Por qué entonces hay esas malas sensaciones y qué decanta la balanza para que el equipo se vea peor este año sobre el verde?
Pues como reflejan los datos, los goles en contra. Pero no solo eso, sino el hecho de no saber rentabilizarlos en ventaja. A los cinco goles de más que ha encajado el equipo en comparativa del año pasado a este con los mismos rivales, hay que añadirle que este curso en ocho partidos el Valencia se puso por delante, sólo en dos pudo ganar y acabó perdiendo en cuatro ocasiones. El Valencia ha dejado de ser sólido.
La temporada pasada, el equipo no solo era más sólido a la hora de encajar goles, sino también a la hora de mantener una ventaja. La mejor prueba es que en toda la temporada se puso por delante en 20 partidos, solo no ganó en siete de ellos, pero para más inri, en solo en dos le remontaron como tal, en los cinco restantes al menos sumó un punto.
El año pasado el Valencia sumó puntos 18 de las 20 veces que se puso por delante. Este año de 8 veces que se ha adelantado, solo ha sumado puntos en 4.
A destacarEs decir, que el año pasado el Valencia cuando se ponía por delante era garantía casi al 100% de sumar puntos, pues de las 20 veces que lo logró, acabó sumando puntos en 18 ocasiones, un 90%. Lo que contrasta con este año, donde se ha puesto por delante ocho veces y solo ha sumado puntos en cuatro partidos, un 50%. Y de ahí radican las malas sensaciones que tiene alrededor el equipo y sobre todo, ahí están los puntos que faltan para que el Valencia pase de ser un equipo de descenso como actualmente, a ser uno en mitad tabla (la única aspiración que puede haber bajo el modelo de gestión de Peter Lim).
Solo una remontada y falta de aportación del banquillo
El punto de la gestión de las ventajas es tan sumamente trascendental si tenemos en cuenta que el Valencia de Rubén Baraja solo ha ganado un partido que empezó perdiendo de los 67 que ha dirigido el entrenador. Vamos, que el equipo che con el vallisoletano al cargo no remonta partida por lo que saber sumar cuando están por delante pasa de ser algo importante a ser algo trascendental de todas todas.
Posiblemente, uno de los puntos en los que se resume todo lo dicho es en que el equipo normalmente a partir de la hora de juego deja de tener chispa. Ya no solo porque la energía que exige Baraja se apaga porque físicamente es muy complejo mantenerla, sino porque ninguno de los 62 cambios introducidos en los trece encuentros de Liga por parte del técnico han marcado gol. De hecho, el equipo solo ha metido un gol en todo el curso a partir de la hora de juego.
¿Hay solución?
Expuestos los puntos del equipo o al menos donde está fallando este año que el curso pasado era mejor, es lógico preguntarse... ¿Hay solución? Lo cierto es que la respuesta la tiene únicamente Baraja, que es quien hoy ocupa el banquillo, pero hay varias cosas a señalar.
Lo primero que de los 13 partidos jugados este año, en ocho de ellos durante el curso pasado estuvieron presentes jugando o bien Diakhaby o bien Gabriel Paulista, dos centrales con experiencia que con esa veteranía -especialmente Gabi-, mejoraban el rendimiento de jóvenes con muchísimo talento como Yarek o Mosquera. Gabriel ya no está, y Diakhaby hasta enero -como pronto- no volverá a entrar en dinámica y habrá que ver a qué nivel.
Por otra parte, en lo que respecta a los cambios, si tomamos como referencia el partido ante el Mallorca, Baraja ni los agotó. El primero lo hizo más allá del minuto 70' y al terreno de juego como revulsivo entraron Germán Valera y Dani Gómez, que el curso pasado estaban en Segunda División. Pepelu, que tiene un corte más conservador y Almeida, cuya figura, bien alabada por los aficionados, no termina de encajar en la idea de Baraja. Quizás este punto, al contrario que el de la defensa, sí pueda enfocarse de otra forma diferente a la actual.