Un trayecto por el norte de 80 kilómetros le enseña al Barça que no es invencible: "Nos apretaron hombre a hombre..."
Como ocurrió en Pamplona, cuando Flick hizo rotaciones, sin Lamine ni Olmo y con Fermín de extremo, llegó la segunda derrota azulgrana.
Cegados por el 1-0 de Lewandowski que anuló la sala VOR a través del fuera de juego semiautomático aunque sin una imagen (frame) de televisión en la que se viera que la posición era inválida, el FC Barcelona perdió ante la Real Sociedad por 1-0. Era el segundo encuentro de la temporada en LaLiga en el que se dejaba puntos o el primero que acababa sin marcar un tanto. E incluso en el tramo final el equipo donostiarra tuvo oportunidades para ampliar el marcador. Ahogados por la intensidad 'txuti-urdin', sin el factor sorpresa de adelantarse primero y sin Lamine Yamal en el campo, el encuentro reunió muchas similitudes con la anterior derrota frente a Osasuna (4-2).
De Pamplona a San Sebastián hay 80 kilómetros, un viaje que le muestra al Barça que no es un equipo invencible, como ya le enseñó el Mónaco en la Champions, en un partido con asteriscos por la expulsión temprana (diez minutos) de Eric García. En ambos encuentros, los azulgrana tuvieron que remar a contracorriente, ahogados por la presión rival y sin todos sus mejores jugadores sobre el campo. Patrones que repitieron también en El Sadar.
En Pamplona, Flick decidió dar descanso a jugadores capitales como Íñigo Martínez, Raphinha, Lamine Yamal, Marc Casadó y Alejandro Balde. En San Sebastián se quedó Dani Olmo en el banquillo y Lamine Yamal no pudo jugar por una contusión en el tobillo derecho. Como explicó Pedri después del encuentro y refrendó Casadó, "nos presionaron hombre a hombre, con mucha intensidad, y nos fue difícil". El tinerfeño además añadió que "tuvimos ocasiones y no las refrendamos, fue un mal día". En la derrota de El Sadar, Flick decidió que él "asumía toda la culpa", y abogó por pasar página rápidamente. Y el Barça siguió como un tiro.
Osasuna planteó un partido basado en romper esa presión de culo botella que acostumbra a hacer el Barcelona utilizando los laterales y los extremos como jugadores clave. Es ahí dónde consiguieron hacerle daño a los de Flick, especialmente con Bryan Zaragoza, quien fabricó tres de los cuatro tantos que anotó Osasuna. Un partido que en Tajonar se califica de "perfecto", de aquellos donde se juntan los astros, pero que marcó el camino a equipos como la Real Sociedad, que desde el comienzo merodeó con peligro y oportunidades el área del equipo azulgrana.
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— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) November 10, 2024
Dos planes perfectos demostraron que el Barça es imperfecto
La Real de Imanol Alguacil ahogó al Barça con su presión y lo desnaturalizó. El gol de Beckett llegó rompiendo la línea del fuera de juego con un desmarque desde segunda línea, algo que ya intentó el Espanyol la semana anterior y anotó dos goles... anulados por escasos centímetros al encontrarse los atacantes en fuera de juego tras trazar la línea semiautomática.
Pero el factor más determinante fue la baja de Lamine Yamal como se demuestra en un fato inusual de un equipo que promediaba casi cuatro goles por partido: los azulgrana no lanzaron a portería. El propio Flick habló del desorden en ataque y de la "mala toma de decisiones". Y ahondó: "Somos responsables de la derrota. Pudimos jugar mucho mejor. Hemos acabado el partido juntos, lo intentamos".
Aunque el equipo del técnico alemán sigue liderando la Liga a seis puntos del Real Madrid -que tiene un partido menos que debe jugar en Valencia-, ha perdido ya dos encuentros con algunos puntos en común, como Osasuna lo hizo a finales de septiembre. Dos planes perfectos que acabaron con un Barça que demostró que también es imperfecto.