ATLÉTICO DE MADRID

La tímida reivindicación del Cholo Simeone

Asume los vaivenes del mercado invernal con un solo matiz: "Sólo tenemos a Nahuel como lateral derecho".

Diego Pablo Simeone, en un entrenamiento del equipo rojiblanco en Majadahonda. /ATLÉTICO DE MADRID
Diego Pablo Simeone, en un entrenamiento del equipo rojiblanco en Majadahonda. ATLÉTICO DE MADRID
José Luis Guerrero

José Luis Guerrero

Diego Pablo Simeone lleva 11 años en el banquillo del Atlético y en su momento más delicado, cuando los resultados no le están acompañando, se ha mostrado como un empleado modélico: "El entrenador es el que está fallando más que otras cosas". No echa la culpa al empedrado y asume los vaivenes del mercado invernal: "Lo que el club tenga necesidad de generar y lo que le venga mejor, nosotros estamos preparados para cualquier situación que tengamos que afrontar". Un discurso que mantiene desde el inicio del curso, aun con el expediente Griezmann y el Excel del minuto 60: "Yo soy un hombre de club". Sólo ha hecho una tímida reivindicación, tras el triunfo copero ante el Levante, respecto al lateral derecho y Nahuel Molina: "Hay poco recambio en esa posición, se le va a exigir".

Se le va a exigir no sólo en el terreno de juego sino también en los despachos porque fue una petición expresa del entrenador rojiblanco. Simeone aguantó seis meses para que Andrea Berta solucionara la avería de Trippier, que se marchó en el mercado invernal al Newcastle, Wass no entró con buen pie (apenas duró siete meses en el club) y Vrsaljko acabó su contrato en el pasado mes de junio. Fue entonces, en la pretemporada en Los Ángeles de San Rafael, cuando Simeone pidió a Gil Marín y Berta que aceleraran lo de Nahuel Molina (cuando los primeros acercamientos databan del mes de mayo).

El ex de Udinese aterrizó bajo el paraguas de Leo Rodríguez, su representante, excompañero y amigo de Diego Pablo Simeone. Ambos se conocieron en Vélez en 1988 y luego conquistaron dos Copas América y una Confederaciones con Argentina. Fue la primera 'batalla' que ganó Simeone este verano, que el dinero que se fuera a invertir en la plantilla fuese en un jugador de su completo gusto (Witsel vino gratis y Reguilón cedido por el Tottenham).

Molina, en un entrenamiento del mes de enero en Majadahonda.  ATLÉTICO DE MADRID
Molina, en un entrenamiento del mes de enero en Majadahonda. ATLÉTICO DE MADRID

Luego, en octubre, vino la jugada maestra por Griezmann, en la que Simeone también salió victorioso (cuando nadie en el club apostaba por la continuidad de Griezmann). En diciembre, la de Joao Felix, que no sentó nada bien en la dirección deportiva, que apostó fuertemente por el portugués en el verano de 2019 porque desembolsó 127,2 millones de euros.

El rendimiento de Nahuel Molina había sido irregular hasta que llegó el Mundial, donde salió reforzado tras su revalorización en el mercado (el Chelsea le puso en su radar). Simeone siempre tuvo el convencimiento de que iba a ser un jugador importante y de futuro, en el Atlético, pese a que en ocasiones no le temblase el pulso con su propio compatriota: le sustituyó en el descanso ante el Oporto o quitándole la titularidad en el derbi .

Pero para que Nahuel Molina se adaptara perfectamente al club y a LaLiga debía recibir el apoyo de Marcos Llorente, que le tocó esta temporada jugar en cinco ocasiones como lateral derecho: Valencia (0-1), Real Sociedad (1-1), Real Madrid (1-2), Arenteiro (1-3) y Elche (2-0). El problema ahora radica en el excelente estado de forma del '14' rojiblanco, que juega más cerca del área rival que la propia. El balance del Atlético cuando Llorente marca es espectacular: 17 triunfos y dos empates. Simeone quiere seguir surfeando esa ola del gol.

"Lo hemos intentado con Marcos en el lateral derecho, pero a mí no me gusta verlo ahí"

DIEGO PABLO SIMEONE Sobre Llorente como lateral derecho

Pero el Atlético de Madrid tiene un agujero de planificación en la demarcación del '2', tal y como reconoció el técnico colchonero antes de recibir al Valladolid: "No tenemos otro lateral en la plantilla, aunque está Sergio Díez, del B, que nos acompaña. Lo hemos intentado con Marcos (Llorente), pero ustedes (los periodistas) son los primeros que no les gusta verlo ahí, a mí tampoco, hace bien al equipo estando más adelante. Es lo que tenemos. Iremos en consecuencia de las situaciones que salgan. Nahuel ha jugado siempre, no ha tenido apenas descanso y es un puesto donde hemos tenido alguna dificultad".

En el lateral izquierdo, Simeone puede tirar de Reguilón o Mario Hermoso. Pero la banda diestra se encuentra huérfana. Nahuel Molina se ha convertido en un futbolista imprescindible en su primera temporada. Por necesidad (no hay más) y convencimiento (del entrenador), pero si surgiera una lesión (acumula los minutos del Mundial, donde disputó el 82% de los minutos) o una sanción (fue expulsado ante el Villarreal) no tendría de quién tirar. En otros casos, como en el de Giménez ahora por la sanción de Savic, el míster puede tirar de Mario Hermoso (al que ha ido brindando nueve partidos este curso) y el remiendo de Witsel (recuerden que su posición natural era la de pivote) e incluso Felipe (al que le quedan menos de seis meses de contrato y la Premier le tienta).

Aspecto del Fondo Sur del Metropolitano, el pasado 6 de noviembre, cuando los ultras del Atlético no ocuparon su sitio en la primera mitad del Atlético-Espanyol. J.L.G.
Aspecto del Fondo Sur del Metropolitano, el pasado 6 de noviembre, cuando los ultras del Atlético no ocuparon su sitio en la primera mitad del Atlético-Espanyol. J.L.G.

La pata de la afición

Con este panorama, el técnico volvió a apelar a las cuatro patas. Simeone no da puntada sin hilo. La Grada de Animación, de la que forma parte el grupo ultra del Frente Atlético, anunció huelga de animación en el Metropolitano después de que el club aplazara al mes de junio el debate sobre el escudo del club. El técnico, que conoce perfectamente todo lo que se cuece en la entidad, volvió a insistir en el mensaje de la unión: "Espero que la gente esté cerca del equipo, que está cansado, con esfuerzos cada tres días. A nadie le importa pero es lo que hay. Necesitamos a la gente. Los directivos tienen que estar cerca, el cuerpo técnico, dar su mejor versión y los jugadores también".