Así fue la tensa charla de Rubén Baraja con su vestuario antes de afrontar su ultimátum en Valladolid
El Pipo quiso que el equipo se liberara hablando de los errores que cada jugador considera que ocurren. Fueron 45 minutos que dieron mucho de sí.
Rubén Baraja vive en un mar de dudas en todos los sentidos. La afición pidió tímidamente su salida el pasado sábado en Mestalla con los primeros cánticos de 'Pipo vete ya', la directiva no le defiende como antaño y, como desvelaba este medio ayer, su futuro a corto plazo pendía de un hilo, del de Valladolid concretamente, y por último en el seno de su vestuario cada vez hay más dudas.
Con Baraja, todo sea dicho, no hay un choque vestuario-plantilla como sí ocurrió con antecesores que no se hablaban con los capitanes, pero el no ganar genera dudas y las del vestuario hoy por hoy están justificadas ya que el equipo suma solo dos triunfos en las 14 jornadas de competición disputadas. Entre ello y que jugadores que cuentan poco como André Almeida no comprenden su situación u otros con pocos minutos piensan que se debe a algún tema personal, se ha generado un caldo de cultivo peligroso en el vestuario che.
Por ello, el entrenador sabedor de que está ante un momento decisivo en su futuro decidió mantener una amplia charla con su vestuario el pasado domingo como desvelaba Cope, en la que al contrario que otras veces no fue él quien habló, sino que cedió el testigo para que fueran los jugadores los que dijeran su visión sobre la situación que vive el equipo.
Este medio ha conocido los entresijos de una conversación abierta que fue tensa. Y fue así porque eso era lo que quería el vallisoletano que se dijeran las cosas claras, que dejaran de haber tapujos. Todos los jugadores tuvieron el turno de palabra y aunque no todos hablaron, sí que fue una conversación en la que hubo más voces que habitualmente, cuando la palabra solo la toman los capitanes o únicamente pesos pesados del vestuario.
Una de las cosas que se criticó fue la falta de actitud a la hora de correr y presionar en diferentes momentos del partido.Pero eso no fue lo único puesto que futbolísticamente hablando varios jugadores manifestaron que se sentían más cómodos en el sistema original de jugar con un 4-4-2. De hecho ahora que ha vuelto Rafa Mir el Valencia tiene los dos puntas que quería el entrenador y en los que tanto insistió en verano.
Los jugadores fueron autocríticos, por momentos incluso más que el propio Rubén Baraja que tampoco quería que esa conversación se convirtiera en un acto de autofustigamiento del grupo, sino de decirse las cosas claramente. La charla fue tensa pero no en el sentido de que hubiera problemas, sino porque no se hablaron precisamente cosas bonitas, sino los defectos que ve cada uno de la situación del equipo. Baraja no está dando con la tecla y por ello estuvo cerca de 45 minutos escuchando a los suyos, ahora le toca tomar nota.
Y tiene poco tiempo para ello todo sea dicho, porque el equipo juega el viernes y el apoyo que tiene desde el club ya no es 'sin fisuras' como se detallaba hace unas semanas. De hecho, una de las fisuras no solo con la directiva sino con su vestuario, la creó el propio agente del técnico quien tuvo unas declaraciones que no gustaron nada ni a la zona noble ni a la zona del verde de la entidad. Baraja no fue el culpable de ello ni muchísimo menos, de hecho él siempre ha defendido a su vestuario, pero si su agente quiso ayudar, hizo todo lo contrario.