El show de Lo Celso derriba al Getafe y dispara la euforia del Betis

El Betis ha declarado el estado de felicidad. La victoria ante el Getafe, la segunda seguida en LaLiga, aúpa a los verdiblancos a la zona alta de la tabla y, sobre todo, encumbra a Giovani Lo Celso. El argentino sacó todo su muestrario, tan amplio como el de los mejores prestidigitadores, para derribar la muralla que habían plantado entre José Bordalás y David Soria. Ni el partidazo del meta pudo resistir la magia de Lo Celso, que anotó un doblete que llevó la felicidad al Benito Villamarín, pese a esos minutos de angustia que generó el tardío gol de Arambarri.

La victoria verdiblanca fue más que merecida, aunque el 1-0 no llegase hasta el minuto 61. Tuvieron que avisar a Pulido Santana -¡vaya arbitraje el suyo!- para que acudiera al VAR y señalase unas claras manos de Luis Milla. Lo Celso agarró la pelota y, con la misma tranquilidad que había dirigido el partido, engañó a Soria para abrir el marcador. Trece minutos tardaría el argentino en sentenciar el partido, esta vez con un potente disparo que se envenenó tras golpear en un contrario. 2-0 y Pellegrini que sentó a su nuevo mago para que el Villamarín lo despidiera en pie.

El clínic de Lo Celso fue inabarcable. Controles, pases al pie o al espacio, arrancadas y frenadas... Y el summum llegó con ese doblete que sirvió para que el Betis sumase tres nuevos puntos en este partido de la tercera jornada. Las cosas del calendario, casi tan desquiciante como los criterios arbitrales de este inicio de campaña. Nadie sabe cuando un contacto o una mano es penalti, al menos para los mortales. Pero eso quedará para otro análisis...

Si Lo Celso se ganó el MVP del partido, David Soria pugnó por llevárselo. Si el Getafe se mantuvo en pie durante muchos minutos en Heliópolis fue por su cancerbero. Paradas de todos los colores, hasta en remates de sus compañeros hacia su portería. Una mano por aquí, un pie por allá. El recital del madrileño pareció desquiciar a los atacantes verdiblancos, sobre todo a un Vítor Roque que dispuso de varias ocasiones claras de gol. Pero no fue la tarde del brasileño.

Con todo, este Getafe de Bordalás, que acabó expulsado entre protestas, tiene orgullo. Si no le valieron sus emboscadas iniciales, con ese partido de pierna dura que siempre plantea, los azulones lo intentaron hasta el final e incluso metieron el miedo en el cuerpo a la grada heliopolitana cuando menos se esperaba. Arambarri enganchó un testarazo perfecto ya en la prolongación para acortar distancias, aunque ya era demasiado tarde. El partido de Lo Celso, que siguió en pie desde la banda esos instantes finales, merecía el premio de los tres puntos. Y el Betis esa segunda victoria seguida como local para elevarse en la tabla hasta esa zona que marcan sus objetivos. Pellegrini, ese viejo zorro de los banquillos de LaLiga, vuelve a sonreír.