Ronald de Boer atiza al Barça por el caso Dani Olmo: "Es muy triste que se le permita hacer trampas"

El caso de las inscripciones de Dani Olmo y Pau Víctor no es solo actualidad en España. En Países Bajos, el exjugador Ronald de Boer ha criticado la línea de actuación que ha seguido el Barça en el canal Ziggo Sport. Con pasado azulgrana, el holandés no se cortó a la hora de criticar la gestión del club presidido por Joan Laporta.

"Es muy triste que a un club tan bonito como el Barça se le siga permitiendo hacer trampas", señalaba. "Venir de lo que era antes... jugar con UNICEF en la camiseta. Otros clubes juegan con las reglas, tratan de sobrevivir, pero al Barcelona se le permite salirse con la suya en todo, lo cual es una locura. Si fuera una empresa, se habría declarado en quiebra". Y siguió.

"También es ridículo. Está convirtiéndose en una auténtica telenovela. El Barcelona aprovecha cualquier cosa para asegurarse de que puedan contar con Olmo. Pau Víctor también, pero especialmente Olmo, porque es un jugador muy importante. Laporta está ahora bajo más presión que nunca, considerando lo absurdo de esta situación. No sé cómo terminará todo esto, pero es profundamente lamentable que un club tan hermoso como el Barça tenga que recurrir a estas payasadas una y otra vez".

Sobre que el club lleve publicidad en la camiseta y que la vuelta al Camp Nou se haya retrasado, De Boer también se mostró muy crítico. "Ahora venden todo lo que pueden. Probablemente, se les subió demasiado a la cabeza. Querían seguir compitiendo con el Real Madrid. Y era un deseo constante de éxito. Luego un estadio nuevo, y esto, y aquello, y parecía que todo era posible. Y ellos también pensaban que podían lograrlo. Hubo un período, por supuesto, con Messi, Iniesta, Xavi y todos esos, donde el cielo era el límite. Pero ya no es así. Cuando escuchas ahora que el nuevo estadio ya ha sido retrasado, que lo querían para noviembre, pero que aún no estará listo, parece que no hay fin a la vista de todos estos problemas".

Ronald de Boer llegó a Barcelona junto a su hermano, Frank, en 1999. Su paso fue bastante irregular y no consiguió dejar huella en la Ciudad Condal.