Robert Kenedy, el Real Valladolid y cómo un contrato desorbitado puede desestabilizar a un club durante años
El brasileño, que tiene una de las fichas más altas de la historia del Pucela, apenas ha aportado deportivamente desde su llegada, pero condiciona año tras año la economía de la entidad
Llegó como una estrella y ha acabado siendo un lastre para el Real Valladolid. Robert Kenedy aterrizó en Pucela a finales del mercado de verano de 2022, procedente del Chelsea a cambio de medio millón de euros. En Londres no contabaN con él y sus números habían caído desde que hiciese una buena temporada cedido en el Granada. El brasileño volvía a España para ser importante, y oportunidades y confianza no le han faltado, pero su rendimiento ha sido paupérrimo. No obstante, el problema va más allá de lo deportivo, y es que su contrato ha hecho que su salida parezca imposible año tras año y que su sueldo tenga en jaque a la economía del club.
En su primera temporada, con el Pucela en Primera División, Kenedy jugó menos de 300 minutos en 13 partidos, solo dos ocasiones como titular, y se perdió por lesión la gran mayoría. Aquella campaña, que culminó con un descenso, la cerró con una asistencia y cero goles en su haber. Su altísimo sueldo, cercano a los dos millones de euros (aunque en Segunda era algo más bajo), se convertía ahora en un problema mucho más serio, por lo que se trató de buscarle salida, una misión de lo más complicada.
Rechazado por sobrepeso
De entre los equipos que se fijaron en el brasileño, el Olympiakos fue el que más cerca estuvo de firmarlo. El propio futbolista viajó a Grecia y fue recibido por los aficionados en el aeropuerto. Sin embargo, no pasó el reconocimiento médico por un problema, o eso alegaron los griegos, de sobrepeso. El Real Valladolid emitió un duro comunicado acusando al club heleno de mentir y de no aportar pruebas. La propia entidad vallisoletana aseguró que esta "falta de respeto" se realizó para "encubrir algún trámite político interno" del equipo de El Pireo, mientras que otras fuentes explicaron que rompieron el contrato para fichar a otro futbolista que prefería el presidente. Estos hechos hicieron que el jugador se quedase en España, pero también fue algo que afectó a su salud mental.
Las lágrimas de la frustración al ser sustituido
En Segunda División, Kenedy estaba llamado a ser diferencial. Paulo Pezzolano decidió darle mucha confianza y oportunidades desde el primer partido, ya que no podía darse el lujo de dejar en el banquillo al jugador que más consumía el límite salarial. Incluso si había que seguir buscándole salida, la mejor manera sería darle cartel con minutos y goles. Pero, aunque jugó más de 700 minutos en 29 partidos, 14 de ellos como titular, su pobre rendimiento de la anterior temporada siguió prolongándose. Solamente vio puerta en un encuentro, con dos golazos que sirvieron para remontar en El Sardinero e hicieron ilusionarse a los aficionados, pero que no fueron más que un espejismo.
Esta frustración que cualquiera podía sentir se reflejó en el propio Robert el 1 de octubre de 2023, cuando salió del terreno de juego llorando al ser sustituido. Sus compañeros y la afición le arroparon tras un partido que ganó cómodamente, pero en el que el extremo no pudo aprovechar sus oportunidades. El técnico uruguayo aseguró que se trataba de autoexigencia y de frustración. "Cada cabeza es un mundo", afirmó en rueda de prensa el míster, dejando ver que Kenedy estaba pasando por una etapa difícil, como era lógico. Siempre que parecía que podía despegar, volvía a caer.
El objetivo: intentar recuperarle
Aquella pasada temporada terminó con el brasileño lesionado y sin jugar los últimos meses, lo que hizo imposible encontrarle acomodo en otro equipo durante el verano. Además, el propio futbolista no ha puesto de su parte, ya que vive cómodo en Valladolid, donde tiene contrato hasta 2027, y no tiene pensado salir. De nuevo, su altísimo salario ha sido una de las grandes trabas para el club este mercado, en el que ha sufrido mucho económicamente para intentar, aun sin éxito, cuadrar cuentas.
Ahora, en la temporada 2024/25, el dilema vuelve a ser el mismo. Pezzolano, en rueda de prensa, habló de su jugador y de la posible solución a este problema: "Lo más fácil sería decir que no le quiero y sentarle tres años, pero eso nos perjudicaría a él, a mí y a la institución. Mi labor es tratar de recuperarle. Tiene dolores y está sufriendo, pero está bien". Hasta el momento, Kenedy no ha debutado en la actual campaña, aunque se supone que ya está recuperado físicamente. El cuerpo técnico ha decidido ir muy poco a poco con él, priorizando evitar lesiones y tratando de, como dijo Paulo, recuperarle.
Darwin Machís, otro caso similar
En cualquier caso, el objetivo del club es darle salida cuando exista la oportunidad, porque ni con un buen rendimiento saldría rentable mantener un salario tan alto. No obstante, el ex del Chelsea no es el único en esta situación. Y es que Darwin Machís se presenta en una situación similar: extremo, rendimiento escaso, problemas físicos, ficha alta… En el caso del venezolano, tiene más cartel en España y en el extranjero, al seguir siendo convocado con su selección. Pese a ello, tampoco ha sido posible que abandonase Valladolid y, con él, su ficha, también superior a lo que podría permitirse el club en estos momentos de necesidad.
El Real Valladolid está pagando ahora las consecuencias de malas decisiones tomadas en el pasado, y parece que seguirá haciéndolo. En una temporada que se antoja complicada, el fair play ha lastrado aún más al equipo durante el verano, obligando a realizar operaciones que debilitan la plantilla para poder cumplir con las exigencias de LaLiga y donde jugadores como Robert Kenedy suponen una gran carga que, hasta el momento, se antoja imposible de soltar.