Una reunión de vestuario y un par de retoques para explicar la mejor cara del Real Madrid
El equipo blanco mejora tras una charla con Ancelotti, pero será en Anfield donde medirá su nivel.
El Real Madrid va recuperando, poco a poco, una versión reconocible y a la altura de las expectativas creadas durante el verano. Resulta curioso cómo los jugadores, ante la adversidad de las lesiones, parecen haber entendido que el talento sin esfuerzo no siempre sirve para ganar. Sin embargo, lo visto ante Osasuna (4-0) y Leganés (0-3) tiene su inicio en una charla de vestuario en la que las dos partes, cuerpo técnico y jugadores, dejaron claro que no estaban en el camino correcto para ganar.
Los resultados ante Barcelona en el Clásico y Milan en Champions hicieron temblar los cimientos del proyecto. Tanto es así que el club no descartó la opción de cambiar el rumbo con un nuevo entrenador, un runrún que llegó al seno del vestuario. Por ello, Ancelotti y su staff se reunieron cara a cara con sus futbolistas para dejar las cosas claras y sentar las bases de lo que debía ser el equipo pero, sobre todo, de lo que no podía pasar.
En esa importante reunión, desvelada por el propio Carletto en la rueda de prensa previa a Osasuna, el técnico recriminó a sus futbolistas sin remordimiento. Resultaba evidente que lo que se trabajaba en los entrenamientos estaba muy lejos de lo que los futbolistas mostraban sobre el terreno de juego. Y una palabra que retumbó en las paredes de Valdebebas: actitud. Las cosas no podían seguir así por el bien de todos. Los futbolistas asumieron su parte de culpa y entendieron a la perfección el mensaje del italiano. Todos se sentían responsables y desde esa premisa empezó el cambio de cara del equipo en los últimos dos encuentros.
"Hemos intentado analizar la situación con los jugadores. Pensamos que hemos encontrado la solución. Esta es la teoría pero ahora toca la práctica. Veo al equipo unido. Consciente de lo que está pasando", dijo el entrenador en rueda de prensa, añadiendo después que se trataba de un problema defensivo y que sus jugadores necesitaban poner más "sacrificio, concentración y trabajo colectivo".
Pero no sólo las palabras han servido para cambiar la dinámica. Un par de ajustes han ayudado a que los futbolistas luzcan más de lo que estaban haciéndolo. Empezando por ese esquema 4-4-2 en defensa que parece haber terminado de funcionar. Con las piezas adaptadas, el conjunto blanco ha mostrado solidez. Eso sí, dentro del vestuario todavía ven margen de mejora. Tanto Osasuna como Leganés han encontrado vías para atacar la portería blanca.
Otro punto importante está en las rotaciones. Los menos habituales, como Fran García, Ceballos o Arda Güler aparecen cuando más los necesita Ancelotti. Incluso el canterano Asencio, que ha irrumpido en el primer equipo con una personalidad que pocos predecían. Ante la plaga de lesiones y de partido que vienen, el italiano va a tirar de cambios. Brahim o Modric podrían entrar en la ecuación contra el Liverpool. La competencia por jugar mejora al equipo.
Pero todo pasaba por que los jugadores se enchufaran y así parece haber sucedido. Pero no se confían hasta después de Anfield. El equipo de Arne Slot, el mejor de Inglaterra en lo que va de temporada, pondrá a prueba la mejoría de los blancos. Una derrota de los de Chamartín prácticamente les condena a jugar el playoff de acceso a octavos de final. Por ello, el próximo miércoles es un duelo clave en lo deportivo y en lo anímico de cara a lo que viene hasta el final de la 2024-25.