GIRONA FC - FC BARCELONA

El regreso de Eric García, el aspirante al que Míchel hizo rey

El central de Martorell se enfrentará este domingo al Girona, con el que brilló en una temporada para la historia.

Eric García durante un partido entre Girona y Cádiz./EFE
Eric García durante un partido entre Girona y Cádiz. EFE
Joaquín Bacigalupo
Lu Martin

Joaquín Bacigalupo y Lu Martin

Eric García volverá mañana a Montilivi (16:15 horas, M+ LALIGA TV). El vestuario no será el mismo. La última vez jugaba de local, en un camerino con futbolín, vestido de rojiblanco. Le metió cuatro al Barça. Durmió en su casa, en Girona. Esta vez, lo hará en un hotel, concentrado con el Barça, su equipo de toda la vida.

No ha pasado siquiera un año desde el día que posó por primera vez con el escudo del Girona. "Hablé con Míchel y sus palabras son uno de los motivos por los que estoy aquí. Quiero ayudar a su idea, me siento muy identificado. Esta es la mejor oportunidad que tenía, me tocaba salir, disfrutar y jugar. Por eso estoy aquí", dijo el día que se presentó con el equipo de la ciudad de los cuatro ríos, huyendo del Camp Nou y de Xavi. El central llegaba a Montilivi con el deseo de encontrarse a sí mismo, casi como aquel estudiante que se va de Erasmus.

Todo comenzó con una charla con Xavi, antes de comenzar la anterior Liga y tras haber afirmado que "era una garantía y un ejemplo en el vestuario", cuando el de Terrassa le pidió que no se marchara porque contaba con él. Comenzó el torneo liguero y Eric no se vio en el once inicial en ninguno de los primeros tres partidos. Fue entonces cuando decidió marcharse. Y apareció el Girona. Entonces, el que fue jugador del City, por el que el Barça había pagado cuatro millones de euros, decidió poner rumbo a Montilivi, donde el club gironí se hizo cargo de parte de su ficha y Míchel le encomendó ser uno de los pilares sobre los que construir el equipo. El central devolvió esa confianza consagrándose como uno de los mejores de LaLiga en una temporada para la historia.

"Es una bendición que haya venido a Girona. Es un jugador top, pero por desgracia no es nuestro. Cuando lo llamé para ficharlo le dije que no venía sólo por su salida de balón, es un jugador defensivamente muy bueno. Que un central no mida dos metros no quiere decir que sea un mal central". Así lo explicó el propio Míchel tras la primera goleada al Barça, en Montjüic.

Un central de oro y un compromiso de hierro

Eric lo jugó todo. 2670 minutos en 31 partidos, su segundo curso con mayor presencia tras la 21/22, su primer año en el Barça. Su nivel fue tan alto que recuperada la confianza en sí mismo y también su alto nivel competitivo, Santi Denia lo alistó para viajar a París. Se marchó a los Juegos siendo referente, brilló al lado de Cubarsí, se colgó un oro Olímpico que ya es historia de España y confirmó que este podía ser su año de regreso al conjunto azulgrana.

Eric García junto a Cubarsí tras ganar el Oro Olímpico.  @SEFUTBOL
Eric García junto a Cubarsí tras ganar el Oro Olímpico. @SEFUTBOL

El club le pidió que recortara sus vacaciones y así lo hizo. Vestido de oro en París un viernes, el domingo, apenas dos días después, ya estaba entrenando bajo la mirada de Flick en Barcelona. El de Martorell entendía que debía dar un plus para convencer al nuevo entrenador, y más teniendo en cuenta las bajas en la defensa culer. Volvió a casa inflado de confianza, intuyendo que Iñigo no sería inscrito -finalmente no fue así- y con Araujo lesionado, pero nuevamente se quedó fuera del once. Y no por llegar más tarde que el resto, ya que Cubarsí llegó a la par y es titular indiscutible para el staff.

Eric comenzó a mosquearse porque no sólo no se veía en el once de inicio, sino que sus apariciones en Mestalla y ante el Athletic fueron como pivote, sustituyendo a Bernal. "Puede cumplir, pero con el balón no se siente cómodo", comentan a Relevo entrenadores que han trabajado con él. El staff le transmitía tranquilidad y le prometía minutos como mediocentro, pero una fascitis plantar a tres días de cerrar el mercado lo dejó fuera del partido en Vallecas. Una lesión muy oportuna para el conjunto culé dado que su futuro aún era incierto.

"Lo hablamos con el Barça, pero no pudo ser"

Quique Cárcel Director Deportivo del Girona

El Girona lo había intentado en diversas ocasiones durante el verano, tratando de convertir un intercambio temporal en forma de cesión por una mudanza permanente, pero no lo consiguió. "Lo pedí, hablamos con el Barça, lo intenté, pero no pudo ser, no quisieron", confesó Quique Cárcel una vez finalizado el mercado, esta misma semana.

De hecho, la insistencia fue enorme. Quique volvió a la carga en los últimos días de mercado. Después del primer partido de Liga, el arquitecto del Girona llamó al Barça en un desesperado órdago porque sabía que para Míchel, el entrenador, era fundamental. El club lo quería y él quería volver, pero con amor no alcanza para que una relación funcione. De hecho, fue Flick quien le cerró las puertas de salida primero en la previa del Rayo y luego en la antesala del duelo ante el Valladolid.

En el trasfondo de la disputa entre Barça y Girona aparece La Selección. Eric, que debutó muy joven con la absoluta, lleva más de año y medio sin ser convocado, desde la marcha de Luis Enrique. "Es un jugador maravilloso, tiene personalidad y experiencia. Es espectacular. Mientras yo piense así y él mantenga su nivel, seguirá viniendo a La Selección", espetó en su momento el técnico asturiano. El central sabe que sin minutos en la defensa el tren de la absoluta se aleja y que jugando poco y como pivote no tiene casi opciones de regresar a La Roja, donde Rodri y Zubimendi son fijos en el centro del campo. Su conexión con Santi Denia le permitió ser Olímpico, pero no es la misma que con De la Fuente.

Su regreso será una paleta de colores en medio de un lienzo plagado de grises. No le hará falta siquiera jugar para volver a sentir el cosquilleo en el estómago cuando asome por Montilivi. La huella que dejó Eric en Girona, y viceversa, no se mide por el tiempo compartido, sino por lo que dejan los recuerdos de un Erasmus lleno de amor y felicidad.