El puzle del centro del campo del Real Madrid: un puesto en juego, Modric se rebela... y Ancelotti tiene la última palabra
El conjunto blanco ultima su puesta a punto para la Supercopa de Europa con varias incógnitas en el once.
El Real Madrid se prepara para una nueva final. En este caso, la de la Supercopa de Europa frente a la Atalanta de Gasperini, flamante campeona de la Europa League. El conjunto blanco, después de una preparación con luces y sombras, sobre todo teniendo en cuenta las lesiones que han sufrido los canteranos César Palacios y Joan Martínez, ambas de gravedad, ultima su puesta a punto para su primera carta de presentación de la 2024/25. Será en Polonia, en el Estadio Nacional de Varsovia, todavía con varias incógnitas en el once inicial, después de varias ausencias significativas en la gira por Estados Unidos como consecuencia de la Eurocopa. El centro del campo, ya sin Toni Kroos, busca nuevos inquilinos... y Ancelotti tiene la última palabra.
Por partes. Durante la pretemporada, Ancelotti ha apostado por un 4-3-3 con Modric como centrocampista más retrasado, en un rol similar al que ya desempeñó Kroos la temporada pasada. En los interiores, Mario Martín y Ceballos, con el segundo, por momentos, en posiciones de mediapunta. Sin Tchouameni, Valverde, Camavinga y Bellingham, el técnico italiano agitó el árbol y optó por un cambio de sistema en el que croata se convirtió en brújula y metrónomo. Ahora, con la Supercopa de Europa en el horizonte y los ausentes en pretemporada de regreso, la incógnita en el centro del campo es aún mayor.
Sobre el papel, y teniendo en cuenta el 4-3-3 por el que Ancelotti ha apostado en pretemporada, Bellingham se postula como el elegido para retrasar unos metros su posición, partiendo como el interior más adelantado, pero con libertad de movimientos. Ya demostró el curso pasado un instinto goleador altísimo en los metros finales y área rival.
Fede Valverde, el pulmón del equipo e indiscutible para Ancelotti, también cuenta con un sitio fijo en la sala de máquinas. Prueba de ello es, por ejemplo, que haya heredado el 8 de Kroos, su ídolo. La incógnita reside en quién acompañará a inglés y charrúa en el centro del campo. La idea es que, al menos en la Supercopa de Europa, Modric mantenga su lugar en el once, aprovechando un rodaje que otros todavía no tienen y, además, su experiencia en las grandes noches europeas.
Un puesto que 'baila'
El técnico italiano, consciente de la importancia de Modric en un vestuario que ha perdido a Nacho y Kroos en un mismo verano, tratará de mimarle lo máximo posible, otorgándole minutos de calidad y un papel de líder cada vez más necesario tanto dentro como fuera del campo. Sin embargo, durante la temporada la confección del centro del campo podría variar. Bellingham y Valverde son fijos en el 4-3-3 y, teniendo en cuenta la exigencia del fútbol actual, lo lógico sería que Tchouameni y Camavinga (lesionado en la previa de la Supercopa y baja a la espera de más pruebas), perfiles más físicos y defensivos, peleasen por el puesto que baila, con el croata como comodín en un rol parecido al que ya ejerció la pasada campaña. La presencia de uno de los dos franceses posibilitaría, precisamente, una versión más ofensiva y llegadora del inglés, además de menos esfuerzos en el repliegue para los tres de arriba.
La idea para el primer partido oficial de la temporada es que repitan los mismos del año pasado, con Modric haciendo de Kroos, pero la hoja de ruta variará durante el año. Se espera, así, un paso adelante de jugadores como Tchouameni o Camavinga, aprovechando la marcha de Kroos y lo apretado del calendario. De hecho, los dos franceses están llamados a asumir galones y responsabilidades en la sala de máquinas. Si Ancelotti decidiese dar continuidad al 4-3-3, con Rodrygo, Vinicius y Mbappé en la parcela ofensiva, el centro del campo pasaría a estar más exigido y contaría con un efectivo menos en el repliegue, algo que sí ocurría con el 4-4-2 en rombo de la 23/24.
Las alternativas y la 'trampa' de Tchouameni
Otras soluciones de carácter más ofensivo podrían ser Güler, al que Ancelotti ya ha otorgado libertad de movimientos durante la pretemporada, Brahim Díaz o el propio Ceballos si finalmente se queda. Además, y si los blancos deciden no incorporar ningún central, la versatilidad de Tchouameni, habitual en el eje de la zaga en algunos tramos de la 23/24, podría provocar que coincidiese en el once con Camavinga cuando se recupere, su principal competencia en el mediocentro.
Eso sí, conviene tener en cuenta que el italiano ya probó otros sistemas de juego el curso pasado y, aunque el 4-3-3 parece ahora la formación elegida, podría volver a agitar el árbol esta temporada. Todo dependerá de la aclimatación de las nuevas piezas, la gestión de minutos y del rendimiento de la plantilla.
La Supercopa de Europa frente a la Atalanta es la primera piedra de toque del Madrid de Ancelotti en una temporada que se antoja ilusionante, ya con Mbappé en plantilla. El italiano tendrá la última palabra sobre quién acompañará a Bellingham y Valverde en el centro del campo. Tanto en la final de este miércoles (21:00) como durante todo el año. Mientras el 4-3-3 cuenta con cada vez más papeletas para ser el sistema elegido esta temporada, Modric se rebela y demuestra estar preparado para ser titular, los franceses llegan con las pilas cargadas, Ceballos podría hacerse un hueco y Mario Martín, con menos posibilidades, completa una carta de presentación notable. El puzle en la sala de máquinas es ya una realidad.