BARCELONA 1 - LAS PALMAS 2

El preocupante tropiezo del Barça contra Las Palmas empezó con una mirada al reloj de Hansi Flick en el Liceu

La gala del viernes se alargó unos minutos más de lo previsto y la realización captó al alemán, metódico como pocos, consultando la hora.

Hansi Flick junto a Marcus Sorg en el banquillo del Lluís Companys./AFP
Hansi Flick junto a Marcus Sorg en el banquillo del Lluís Companys. AFP
Jordi Cardero

Jordi Cardero

El Barça sufrió la resaca de la fiesta del 125 aniversario en el Gran Teatre del Liceu y prolongó las malas sensaciones que, salvo en la victoria contra el Brest, se han alargado durante todo el mes de noviembre. Los blaugrana han sumado un punto en los últimos tres partidos de Liga, aunque más que los resultados lo preocupante es la falta de fluidez en el juego y la pérdida de esa superioridad con la que comenzaron el curso.

A Hansi Flick se le vio algo inquieto en el Liceu. La gala se alargó más de lo previsto. De los poco más de 20 minutos que figuraba en el guion el discurso de Joan Laporta, acabó rondando la media hora. De hecho, la plantilla del primer equipo no vivió la gala entera. Llegaron en el autobús oficial, se sentaron juntos y cuando Flick consideró que era suficientemente tarde, los jugadores se marcharon a concentrarse. No pudieron soplar las velas del pastel con el que se concluyó la ceremonia y Laporta preguntó por ellos. Pero la dijeron que se habían ido.

El técnico alemán no perdona que nadie llegue cinco minutos tarde. Jugadores como Koundé fueron suplentes en Vitoria por este motivo, y esa demora en la gala es solo una metáfora de la mentalidad del germano y de cómo cuando las cosas empiezan torcidas, así acaban. En su discurso, Flick abogó a recuperar el colectivo, a pesar de que reconoce que hay algunos jugadores "desconectados", para volver a ser el conjunto que encandiló a Europa durante el mes de octubre. El entrenador insistió en el discurso que ya dio en los últimos partidos, aunque se le vio algo descolocado. Y es el mismo que sale de un vestuario que, a diferencia de Vigo, no recibió la bronca del técnico.

"Nuestro trabajo es creer en los jugadores, confiar en ellos y ellos en nosotros. Tenemos que hablar y analizar lo que hemos hecho. Si vemos alguna cosa especial, comentarlo. Así trabajamos", explicó el alemán. Fue la primera vez que el Barcelona encajó dos goles jugando en casa este curso. "No hemos estado finos", reconoció Fermín. "Tenemos que hacer autocrítica, corregir errores y seguir trabajando. Confiamos en nosotros y el staff", comentó el centrocampista.

Subrayó Flick el 70% de posesión que tuvo el equipo y lamentó las acciones que podrían haber acabado en gol. Al acabar el partido, no saludó a sus jugadores como es habitual y se marchó apresuradamente a vestuarios. Luego encontró un pequeño oasis en su familia. Hijos y nietos viajaron hasta Barcelona para vivir el partido en directo y a uno de los más pequeños le acompañó hasta el centro del campo. Su posado en sala de prensa, sin embargo, fue muy serio.

Este domingo, el Barça tendrá sesión de recuperación. El lunes, la última práctica antes de viajar a Mallorca. Recuperarse, o por lo menos reconciliarse con el fútbol de hace algunas semanas, es una obligación. Después del desplazamiento a las islas tocará visitar al Betis y al Borussia Dortmund. El viernes, Flick no estaba para demasiadas fiestas. Y tras la derrota contra Las Palmas y su semblante reservado ante los medios, tiene solo algunas horas para volver a enderezar a su plantilla.