BARCELONA 1 - LAS PALMAS 2

Las Palmas revienta la fiesta de un Barça irreconocible

Los blaugrana estuvieron muy imprecisos y los canarios aprovecharon su falta de fútbol para asaltar el Lluís Companys.

Fábio Silva marcó el gol de la victoria./AFP
Fábio Silva marcó el gol de la victoria. AFP
Jordi Cardero

Jordi Cardero

No sonó el cumpleaños feliz. Las Palmas llegó al Lluís Companys y apagó la música, no hubo fiesta. El Barça, tan impreciso como irreconocible, jugó sobre cristales rotos. En las últimas semanas, la excepción fue el partido de Brest y no los de Anoeta y Balaidos. Los de Hansi Flick han perdido chispa y el fútbol se ha embarrado. Ni siquiera el regreso de Lamine Yamal, falto de ritmo, fue suficiente como para despojarse de la sensación de ser el Barça de un año atrás. Los de Diego detectaron la imprecisión culer desde el inicio y en el segundo tiempo supieron cómo dañar.

Al partido le envolvió un aura de celebración que empezó con la ceremonia del viernes por la tarde en el Liceu, pero se apagó rápido. Sonó por primera vez L'escut al pit, el himno del centenario, y el saque de honor lo hizo Cat, la nueva mascota blaugrana. Además, el Barça salió con un pantalón "blanco Barça", tal y como bautizó Joan Laporta un tiempo atrás. El invitado era una UD Las Palmas que llegaba con ganas de barrer el confeti y romper copas. Sin Dani Olmo ni Lamine, Hansi Flick se inventó un cuadrado con Gavi -como pivote-, Pedri, Fermín y Pablo Torre, que partió desde la izquierda.

Fuera del estadio, algunos centenares de miembros de la grada de animación se reunieron antes del partido para protestar por su situación, con su zona cerrada indefinidamente. El club vendió entradas en la que fue su parcela. Las Palmas aprovechó el ambiente relajado del público para sacar las garras en los primeros minutos. Con el Barça aletargado, los de Diego Martínez salieron valientes, plantando la línea defensiva lejos de Cillessen e insistentes a la hora de atacar la espalda de Iñigo y Cubarsí.

El susto con Balde congeló Montjuïc

Los de Flick no acababan de fluir cuando Balde, en un fuerte golpe fortuito con Sandro, tuvo que ser sustituido. El ambiente se heló todavía más. Entró Gerard Martín. El Barça, huérfano del sentido que le da Marc Casadó, estuvo impreciso posicional y técnicamente. Y con tomas de decisión más erróneas que de normal. Esta vez, eso sí, aguardaba en el banquillo la carta de Lamine. Los canarios, aun estando lejos de Iñaki Peña, se sabían cerca de dar sustos. Pedri aparecía poco, a Gavi no se le veía cómodo y Raphinha, sin trucos, se dejó las cartas en el vestuario. Los visitantes detectaron que las brechas eran suficientes como para crear peligro.

Sin la ligereza de funambulistas habitual, los actores blaugrana en posiciones interiores se movían como si jugaran en un campo de minas. El Barça fue un equipo irreconocible durante todo el primer tiempo, posiblemente peor que en Balaidos y Anoeta. Un disparo al larguero de Raphinha no fue suficiente como para llegar al descanso con ventaja. El brasileño se marchó del campo enfadado consigo mismo. Los visitantes, conscientes de que era el día propicio como para rascar puntos.

Las Palmas supo cómo matar el partido a la contra

No hizo falta escuchar la charla de Flick al descanso para intuir su desencanto: Lamine, previo masaje muscular de los fisios, empezó el segundo tiempo. No sirvió para conectar a sus compañeros al partido. En un balón largo de los canarios, Sandro dibujó un disparo potente y cruzado que se acabó colando en la portería de Peña. El Barça empezaba la operación remontada sin ni siquiera haberse enchufado al encuentro. Sin atisbos de cambio de dinámica, a los diez minutos Flick hizo un triple cambio: entraron Héctor Fort, De Jong y Ferran Torres, que también regresaba.

Raphinha, con su voluntad infinita, se presentó como salvador. En un disparo duro y con rabia desde la frontal se encontró con el empate. Montjuïc subió los decibelios. El Barça se plantó con más seguridad que nunca en campo contrario, pero en un contragolpe los blaugrana volvieron a encajar. Lo dirigió Javi Muñoz y lo remató Fábio Silva. Ni el fuera de juego lo impidió esta vez.

Con un par de marchas más, el Barça empezó a encontrar situaciones de peligro martilleando a la espalda de los mediocentros canarios y la respuesta de Las Palmas fue protegerse cerca de Cillessen. A falta de 20 minutos, Diego Martínez propuso un ejercicio de supervivencia que Raphinha trató de tirar por tierra. Fue el único futbolista blaugrana con ímpetu y acierto suficiente como para cambiar el escenario.

Las Palmas estiró el tiempo todo lo que pudo, cortó el ritmo y hubo ocho minutos añadidos. La grada de Montjuïc pedía todavía más. Se quedaron los blaugrana sin brújula. Buscaron centros por inercia y a Lamine se le notó algo falto de tacto. Lewandowski tuvo la última tras una buena carrera de Pau Víctor. Los blaugrana volvieron a quedarse por el camino y podrían acabar la jornada con el Real Madrid a un punto y un partido menos.

La ficha del partido:

  • 1 - Barcelona: Iñaki Peña; Kounde (Héctor Fort, min.57), Cubarsí (Pau Víctor, min.92), Iñigo Martínez, Balde (Gerard Martín, min.26); Gavi (De Jong, min.57), Pedri, Pablo Torre (Lamine Yamal, min.46); Raphinha, Fermín López (Ferran, min.57) y Lewandowski.
  • 2 - UD Las Palmas: Cillessen; Viti (Fabio, min.83), Álex Suárez, McKenna, Mármol (McBurnie, min.92); Javi Muñoz, Campaña (Loiodice, min.68), Kirian (Benito Ramírez, min.83), Moleiro; Sandro Ramírez (Mata, min.73) y Fábio Silva (Marvin, min.73).
  • Goles: 0-1, m.49: Sandro Ramírez. 1-1, m.61: Raphinha. 1-2, m.67: Fábio Silva.
  • Árbitro: Cordero Vega (cántabro). Sin amonestaciones.
  • Incidencias: partido de la jornada 15 de LaLiga EA Sports disputado en el Estadio Olímpico Lluís Companys de Barcelona ante 43.921 espectadores. La mascota del 125 aniversario del Barcelona, 'Cat', realizó el saque de honor y el Barcelona vistió pantalones blancos en homenaje al primer uniforme del club.