La relación tóxica de Paulo Pezzolano con los árbitros ha pasado por monosílabos, bici estática y perdones por adelantado
Irse a hacer bicicleta estática, responder solo con monosílabos, desaparecer de la rueda de prensa… El entrenador del Real Valladolid acumula más tarjetas que victorias en Primera División
Pezzolano se ganó rápidamente a la afición pucelana cuando llegó al Real Valladolid en abril de 2023. Mensajes pasionales y carácter fuerte, característicos de un buen uruguayo, que sirvieron en aquel momento para representar al grueso de la grada, cansada de polémicas decisiones arbitrales.
Paulo no se callaba las cosas. Ya en el segundo partido se vieron las consecuencias de esto: expulsado por roja directa ante el Villarreal. La primera de muchas tarjetas que los árbitros españoles se han acostumbrado a mostrar, en ocasiones con demasiada facilidad, al técnico charrúa. Aunque ahora, con el tiempo y en contraste con sus primeros meses, el sentir de los vallisoletanos está mucho más alejado del entrenador, que suma más amonestaciones en Primera que victorias.
Aquella tarde en el Estadio de la Cerámica, el Pucela logró llevarse los tres puntos, aunque Pezzolano no lo vio. Tras ser expulsado, estuvo "encerrado en el vestuario, sin querer saber nada, haciendo un poco de bicicleta y mirando el reloj todo el rato", como él mismo contó en la rueda de prensa posterior. Una buena introducción de lo que vendría más adelante.
Y es que ese mismo mes ya vivimos el segundo episodio polémico. Una derrota contra el Atlético de Madrid en casa minaba las opciones de permanencia del Real Valladolid. El partido, aunque acabó 2-5, cerca estuvo de poder ser un empate cuando el choque estaba igualado, antes de que varias decisiones arbitrales lo decantaran hacia los visitantes. El técnico fue muy contundente: "En el VAR lo han visto, pero no lo han querido pitar. En la otra área seguro que sí lo hubieran pitado", dijo sobre un posible penalti. Las consecuencias a estas declaraciones no fueron inmediatas, pero llegaron unos meses más tarde, cuando el Real Valladolid ya había descendido: cuatro partidos de sanción para el míster.
Una rueda de prensa solo con monosílabos
Precisamente como protesta a esta decisión, tras la primera jornada ya en LaLiga Hypermotion, Paulo Pezzolano decidió que daría la rueda de prensa pospartido utilizando únicamente monosílabos. "Es para procurar que no se malinterprete nada", argumentó irónicamente el uruguayo. El club le apoyó rotundamente, negándose a dar entrevistas en televisión tras la victoria "por una sanción que coarta la libertad de expresión" y que consideraron "un castigo absolutamente desproporcionado" y "un agravio comparativo" con otros casos de otros equipos.
Pezzolano pide perdón a los árbitros antes de los partidos
Aunque cada vez más distanciado de la afición, tras varias confrontaciones, irregularidad deportiva y un descenso a sus espaldas, su enervamiento con el arbitraje seguía pasándole malas jugadas de vez en cuando. En octubre de 2023 llegó a desvelar que, antes de los partidos, pedía perdón por adelantado a los árbitros. "No hay maldad en mis acciones, son reacciones espontáneas y lógicas", explicó en su día, asegurando que se sentía "cómodo" cerca de los árbitros "porque hay buen diálogo y se ve bien cuándo alguien actúa de mala fe o actúa de manera espontánea sin faltar nunca al respeto".
El propio Paulo ha admitido que es consciente de su carácter fuertemente pasional, lo que ve como un aspecto a corregir. Pasados los meses, no parece sino haberse agravado la situación. A día de hoy, Pezzolano suma más tarjetas que victorias en Primera División, con el equipo en una situación extremadamente delicada y, tras haber cumplido en varias ocasiones sanción por acumulación de amarillas, ha vivido su segunda expulsión.
Ocurrió el pasado viernes en Getafe, en esta ocasión por doble amarilla. La primera de ellas, por protestar al árbitro, un habitual, aunque esta vez las imágenes dejan lugar a la duda de que así fuera. La segunda, por encararse con Bordalás en el túnel de vestuarios al término de la primera parte. Ya con su puesto en el aire, hizo saltar todas las alarmas que, tras el partido, Pezzolano no apareciera en rueda de prensa, y fuera su segundo, Camilo Speranza, el que atendiese a los medios. "A mí me pidieron que me hiciera cargo de la rueda de prensa y aquí estoy. Me lo ha pedido el míster, no sé si tendrá algo que ver con la expulsión", declaró.
“Veo formas de dirigirse al míster que no son las propias de gente profesional”
Estas últimas amonestaciones le consolidan como el más apercibido de LaLiga EA Sports esta temporada, con nueve tarjetas amarillas, más la roja, en solo 14 jornadas. De las nueve, ocho son por protestar. Por comparar estos datos, el jugador con más amarillas en la actual campaña tiene seis, y quien más ha visto por protestar han sido tres. "No me preocupan las amarillas", dijo el propio entrenador hace unas semanas, tras cumplir ciclo de amonestaciones. Sin embargo, su segundo quiso señalar al cuerpo arbitral: "En la banda veo cosas desagradables, que no son normales, y formas de dirigirse al míster que no son las propias de gente que se está dedicando a esto profesionalmente. Veo inequidad y creo que cuando uno siente injusticia, es normal que se revele", le defendió.
Un capítulo más en la relación de amor-odio de Paulo Pezzolano y los árbitros, esta vez en medio del peor arranque de la historia del Real Valladolid en Primera División, con nueve derrotas en 14 fechas. El club quiso ratificarle como entrenador y se sentará —aunque no en el banquillo— al frente del equipo el próximo sábado ante el Atlético de Madrid. Una semana más, balanceándose en la cuerda floja de la destitución.