Cuando el peor Girona provocó el derrumbamiento del Real Madrid e hirió de muerte a Santiago Solari
El desplome del Madrid del argentino se inició ante los catalanes. Ese año eran el peor equipo de LaLiga; ahora quieren el título.
"No es un partido normal; es especial para todos y el equipo llega en un momento espectacular. Vamos a por el liderato". Las palabras de Míchel antes de visitar el Santiago Bernabéu este sábado (18:30) ilustran a la perfección la ambición del Girona, que asaltará la cabeza de la clasificación en caso de ganar esta tarde en Chamartín. Es una cita histórica para un club que hace no tanto deambulaba por Tercera División y que en 2019, cuando empezaba a asomarse a la élite, provocó una de las mayores crisis de los últimos años en el Real Madrid.
Aquel frío 17 de febrero se recuerda con nitidez entre los miembros de la plantilla que sobreviven y, especialmente, en la dirección de fútbol que encabeza Santiago Solari. El argentino llevaba apenas cuatro meses en el banquillo tras la destitución de Lopetegui y las cosas parecían irle bien: la apuesta por Reguilón y Vinicius le había resultado y el equipo se había reenganchado de lleno a la pelea por LaLiga, con cinco victorias consecutivas y un fútbol ofensivo que convencía. Después de arrollar al Atleti en el derbi (1-3), los madridistas recibieron cargados de confianza a un Girona semihundido: diez jornadas sin ganar, Eusebio en la cuerda floja, el peor equipo en lo que iba de año…
Miembros del actual vestuario todavía se acuerdan del pletórico estado de confianza con el que afrontaron aquella cita en horario matinal. Fue, paradójicamente, el principio del fin: los gerundenses remontaron el gol inicial de Casemiro con tantos de Stuani y Portu e iniciaron el derrumbe del Madrid de Solari. Ese inesperado traspié les "hundió". Inmediatamente después vino la doble derrota ante el Barça (0-1 en Liga y 0-3 en Copa) y la trágica eliminación en Champions contra el Ajax, con un doloroso 1-4 de los neerlandeses en el Bernabéu que derivó en la destitución del técnico.
Zidane asumió las riendas para los últimos dos meses de competición, ya sin posibilidades de solucionar el desastre que empezó a dibujar el Girona: los blancos terminaron el curso a 19 puntos del Barça en LaLiga y con el Mundial de Clubes como única aportación a las vitrinas. Los rojiblancos, que tomaron aire con ese triunfo, no pudieron evitar el descenso.
Un mundo de diferencias
De aquel partido no han pasado ni cinco años, pero la situación ha cambiado mucho para los dos equipos. Especialmente para el Girona, que entonces empezó una travesía de tres años por Segunda y volvió a subir en 2022. Del grupo que clavó la bandera en la capital aún hay héroes que permanecen (Juanpe, Aleix García, Portu o Stuani), algunos que se fueron y se revalorizaron hasta convertirse en tops mundiales (Bono, Pedro Porro o Douglas Luiz) y otros que continúan sus carreras en destinos lejanos: Jonás Ramalho en Baréin, Pere Pons en Chipre, Álex Granell en Segunda belga… Raúl Carnero, lateral izquierdo titular, está en paro, y Eusebio Sacristán, entrenador, supera las secuelas de un accidente que le hizo entrar ocho días en coma inducido a finales de 2020.
Ese proyecto low cost, con el cuarto límite salarial más bajo de LaLiga (36,7 millones), es ahora un modelo de referencia en Europa bajo el paraguas del City Group, con muchos más medios (51,9 de límite) y una plantilla de infinitamente mayor talento: en aquel momento tenía un valor de mercado de 97M€ y ahora es de 223M€, con Savinho (30) y Dovbyk (28) como piezas más cotizadas.
La vida tampoco es igual en el Real Madrid, que recuperó a Solari para su organigrama y vive una nueva época de esplendor y talento joven. Vinicius, el crack del momento, todavía tenía dorsal del filial, Courtois vivía agobiado por los pitos y Odriozola trataba de ganarse un hueco después de acudir al Mundial de 2018. Siguen en el equipo muchos de los que sufrieron ese día el primer gran zarpazo del Girona: Modric (no jugó por sanción), Carvajal, Ceballos, Kroos, Lucas, Valverde, Nacho…
Todos tendrán en la memoria al saltar el campo el día en que, contra todo pronóstico, aquel club catalán que acababa de estrenarse en la máxima categoría hizo temblar los cimientos del club más poderoso del planeta. Ahora ya están avisados y saben que ese equipo es su gran rival en la pelea por LaLiga, la conquista que Ancelotti se marca entre ceja y ceja para esta temporada. Si el peor Girona ya fue capaz de tomar el Bernabéu, quién sabe qué será capaz de hacer el mejor…