GIRONA FC

Gazza o el portero de Murphy que "avaló" Oriol Romeu

El portero argentino se ha convertido en un pilar fundamental para el equipo de Míchel.

Gazza o el portero de Murphy que «avaló» Oriol Romeu
Lu Martin
Albert Blaya

Lu Martin y Albert Blaya

Todo el mundo mira lo que hace el Girona cuando la pelota rueda, porque sin duda uno de los grandes secretos de la maravillosa temporada del equipo de Míchel es su voracidad atacante. Pero en el barro, escenario donde los porteros se manejan en soledad, emerge Paulo Gazzaniga (Murphy, Argentina, 1992), que a los 32 años ha encontrado en el Girona el lugar donde mostrar el nivel que siempre tuvo, pero que durante años apenas pudo lucir. El Girona golea, nadie ha anotado más goles que ellos en LaLiga (52), pero también gana por lo que su portero para como si en vez de dos brazos tuviera más patas que un pulpo.

Hijo de portero, su padre Daniel jugó en el River Plate de Héctor Veira que ganó el título la temporada 1985-86, llegó a España con 15 años, a la cantera del Valencia y a los 17 fichó por el Gillingham, de la League Two inglesa. No lo hizo nada mal en los 20 partidos que defendió la portería de los del condado de Kent así que se ganó plaza en la Premier al fichar por el Southampton. Fue allí donde coincidió con su paisano Mauricio Pochettino. Siendo los dos nacidos en tan singular localidad, no es raro que tirando del hilo descubrieran que sus familias tenían muchos amigos comunes. Murphy, un pueblo de 4.000 habitantes, en el departamento General López, en la provincia de Santa Fe, es un lugar tan singular que probablemente, en ningún otro sitio del mundo, han salido tantos y tan buenos futbolistas. Entre los más de quince futbolistas que han llegado a ser profesionales nacidos allí –entre otros, Andrés Desábato, David Bisconti Juan Pablo Caffa, Mauricio Piersimone, Lucas Pochettino, el mismísimo Mauricio Pochettino y Daniel Gazzaniga, su padre, y claro, él mismo, Paulo- el pueblo, a 160 kilómetros de Rosario, en la Ruta Nacional 33, te recibe con un espectacular cartel en el que se lee: "Murphy, embajadores del buen futbol". Algunas ciudades se enorgullecen por paisajes o monumentos. Ellos son una auténtica fábrica de futbolistas. Y están orgullosos. Normal, ¿no?

"Es un chico extraordinario y un profesional ejemplar", le recuerdan en el cuerpo técnico del hoy entrenador del Chelsea, con los que volvió a coincidir en el Totthenham, donde se disputó la portería con Lloris. Fue suplente en la final contra el Liverpool que los reds ganaron en el Wanda en 2019, pero en el camino, su participación resultó decisiva en la eliminatoria contra el PSV, cuando lo paró todo. Jugando para los Spurs, el argentino, que tiene también pasaporte italiano, fue internacional una vez con la albiceleste, bajo las ordenes de Bielsa, contra México, el 21 de noviembre de 2018.

El consejo de Oriol Romeu para fichar a Gazza

Antes de aterrizar en Girona, Gazza ya había conocido LaLiga española porque fue cedido al Rayo Vallecano por el Southampton la temporada 2016-17 (jugó 32 partidos en Segunda) y al Elche, otra cesión, esta vez del Tottenham (8 partidos en Primera) la temporada 20-21. Finalmente, y mientras el Girona negociaba con el Fulham, Oriol Romeu apareció en su rescate. Los emisarios enviados por Quique Cárcel a Inglaterra para firmar los contratos preguntaron al de Ulldecona si conocía a Gazzaniga, y Romeu les contó que había jugado con él y que no entendía la mala suerte que había tenido porque sabía de su talento bajos los palos. "Es un porterazo, si podéis ficharlo, ni lo dudéis", sentenció el mediocentro. No hizo falta mucho más para acabar de convencer a los de Montilivi, así que el argentino, dejó el Fulham, y se pactó una cesión con opción de compra que finalmente se oficializó, por tres millones de euros. Acaba contrato la próxima temporada. 

  

Gazzaniga está parando mucho, aunque el Girona encaje bastante más de lo que a él y seguramente a Míchel les gustaría: 25 goles en 24 partidos, seguramente consecuencia de la propuesta ofensiva de su estilo de juego. El argentino es el tercer portero de LaLiga que más porcentaje de tiros para, un 78% de los disparos, y ha evitado 0,07 goles más de los que su equipo tendría que haber encajado. ¿La clave? Principalmente su capacidad de reacción pero, por encima de todo, subyace una obsesión por parar: Odia recibir un gol. A ningún portero le gusta tener que recoger la pelota del fondo de la portería pero lo suyo, al parecer, es casi enfermizo. Un miembro del club asegura a Relevo que en sus décadas de servicio a la entidad gerundense, en el vestuario de Montilivi jamás había conocido un portero que odiara tanto recibir un gol como el argentino. "Se vuelve loco. Cada vez que encaja se tortura y no hay quien le pueda decir nada terminado el partido". De ahí un inconformismo que le lleva a ser tremendamente meticuloso en sus entrenamientos.

El papel indispensable de Gazza

El conjunto de Míchel es uno de los equipos de primera que más disparos concede (14,18), solo superado por el Almería y el Villarreal. El Girona ha dejado la portería a cero en ocho partidos: Las Palmas, Getafe, Alavés, Celta y Real Sociedad en casa; Celta, Cádiz y Almería fuera. Dos (Almería y Real Sociedad), terminaron en empate, el resto se metió tres puntos en la saca, por lo que el patrón es claro. Sus números defensivos no apuntan a la posición en la que se encuentra en la tabla, peleando con el Real Madrid. Gazzaniga ha encajado dos tantos o más en otros siete encuentros: Real Madrid, Atlético, Almería y Mallorca en casa; Barça, Osasuna y Granada fuera.

Tipo serio, vive con su mujer y su hija en la zona residencial contigua al campo de entrenamiento de La Vinya tan cerca del lugar de trabajo que es fácil verle llegar al curro diario en un carrito de los que se usan para desplazarse por el campo de Golf. Esta tarde llegará a Madrid en tren, si la huelga lo permite, dispuesto a sacar mañana todas las manos que pueda para que el Girona asalte el Bernabéu. Otra vez. Será porque dicen que los que salen de Murphy son luchadores y son soñadores. Y el Girona, como Gazza, sueña porque lucha.