El origen cubano que acompaña el sueño futbolístico de Alberto Moleiro: "Su gol al Real Madrid fue el boom para que le conocieran en Cuba"
Alfredo Moleiro, padre del virtuoso futbolista de la UD Las Palmas, comparte la historia de su familia, su vínculo con Cuba y los consejos que le da a su hijo en su ascendente carrera.
Alberto Moleiro (Santa Cruz de Tenerife, 2003) es, más que un jugón y el Pichichi en Liga, con cuatro goles, de la renovada UD Las Palmas de Diego Martínez, una persona familiar, mucho. Portador del "10" insular en su camiseta –que en estos años nunca le ha pesado-, vive sus triunfos y sus peores días en Gran Canaria, en Tenerife y, cuando se acerca el frío, envía cariñosos saludos a Cuba. Su padre Alfredo nació ahí. "Oye, sé que ahora visitas el Metropolitano y tienes que estar concentrado, pero no te olvides de que estas navidades tienes que mandar un vídeo a los nuestros", le recuerda por mensaje.
Cuba sigue siendo un territorio golpeado por la censura, por la economía, por la crisis energética, "pero hoy hablamos de fútbol". Y nadie mejor interlocutor que el patrón de los Moleiro, quien por primera vez accede a hablar con los medios. Y eso hay que agradecerlo. "Soy muy tímido, no te pases con el reportaje", recalca. "De verdad, yo no soy nadie, tampoco famoso. Ojalá Alberto siga así, ya sabes cómo es el fútbol, las lesiones, las idas y venidas ", arranca la conversación.
"Mi abuelo, por parte paterna, era un campesino de Garachico, de la zona norte de Tenerife. Emigró a Cuba a principios de siglo XX. Lo hizo junto a mi padre y a sus dos otros hijos. Yo nací allí, en Cuba, en 1959. Estuve mis primeros 36 años de vida ahí. Estudié, acabé la carrera de médico y ya en 1996 decidí regresar a las tierras de mis ancestros, a Canarias. Aquí conocí a la madre de Alberto, Mary Paz, nos casamos felizmente y tuvimos a nuestro hijo", se abre Alfredo, quien actualmente ejerce como médico en la isla del pico más alto de España.
La vida del «cubanito» que triunfa en España
Alberto Moleiro pasó parte de su infancia en Gran Canaria. "Por cuestiones laborales, cuando Alberto tenía cuatro años, dejamos Tenerife y nos trasladamos a la isla vecina", recuerda Alfredo. Durante esos años, el pequeño Alberto vivió su primera experiencia en un estadio. "Fue en el Estadio de Gran Canaria. Después regresamos a Tenerife, pero él siempre iba tanto al Heliodoro Rodríguez López como al Estadio de Gran Canaria. Desde pequeño le fascinaban ambos recintos deportivos", asevera.
Finalmente, fue la Unión Deportiva Las Palmas quien captó al joven talento, un duro revés para el Club Deportivo Tenerife y su política de cantera. "Al final, en 2019, llama la UD Las Palmas y le ficha para el Juvenil C. Y míralo ahora, hasta el día de hoy". El niño tenía 15 años y no paró de quemar etapas. Ese 2019, en una misma semana, debutó de la mano de Juan Manuel Rodríguez con Las Palmas Atlético, y con Pepe Mel en el primer equipo, en un amistoso en Teror. Su precocidad inicial más tarde requirió paciencia y maduración en la base, incluso fue testigo del crecimiento de un tal Pedri González.
En 2020, Mole jugó la pretemporada con el primer equipo y ya en la campaña 2021-2022 terminó de explotar, en Segunda División, de la mano del citado Mel. Desde la base sabían que se trataba de un jugador diferente. "Pues fíjate, en Cuba no siempre han hablado de él. Ahora sí, mucho más. Le llaman 'el cubanito', aunque él no sea cubano", explica el padre, sonriente. Este apodo cobró aún más relevancia después de que Alberto anotara el gol contra el Real Madrid (1-1), el 29 de agosto de esta misma temporada: "Eso fue un boom. Fue al minuto 5' de partido, me acuerdo perfectamente. Cuando marcó, dio la vuelta al mundo. Ya sabes, marcar contra los grandes, es así".
La fama de Alberto Moleiro ha cruzado mares y montañas, llegando incluso a Miami, donde su familia en Estados Unidos enciende la televisión por y parar disfrutar de su belleza futbolística. "Moleiro tiene seguidores en Miami, hay mucha familia ahí. Es conocido en esa comunidad, incluso puedes ver camisetas de Las Palmas por sus calles. No siempre, pero verlas ya es una pasada", se ríe, y se emociona.
Unión, porque los cantos de sirena serán para dispués
Los rumores desde Barcelona y Arabia Saudí "son más distracciones que fútbol". Mientras, la llamada de la Selección Sub21 y la consolidación en Primera con la UD Las Palmas, un motivo de orgullo. "Son muchas cosas en mucho tiempo. Pues feliz por él, mucho. Yo siempre le digo que equipo es lo más importante, no hay que hablar de estrellas. Siempre, claro, hay jugadores destacados, pero como digo es un equipo donde todos reman juntos. Y ese unión la está imprimiendo el nuevo míster, Diego Martínez".
Alegrar el presente -a la afición insular en particular- es más que válido para el padre Alfredo. "Hay una lección que su abuelo canario siempre repetía: lo de dispués, viene dispués", dice. "Era una expresión así, tal cual. Que explica que ya habrá tiempo de lo demás, ahora hay que vivir esta bonita realidad".
"Sé que él está centrado y feliz en la Unión Deportiva Las Palmas. Tiene contrato con ellos hasta 2026. Esperemos que siga así. Pero ya sabes, la vida es una caja de sorpresas. De momento está trabajando por el equipo y eso es lo más importante", remarca con un discurso ejemplar.
De la desidia al resplandor
En una palabra, Diego. En dos, Diego Martínez. El renacer de la UD Las Palmas, que llevaba un mediocre registro de 3 puntos en su 75º aniversario, se ha adjudicado un doblete triunfal en la semana del debut del gallego. Él –porque él ha cambiado la cara del equipo- encadenó dos victorias en Liga, para la UD, por primera vez en casi un año, con remontada incluida frente al Valencia en Mestalla (2-3) y un sólido triunfo ante el EuroGirona en Gran Canaria (1-0). Y por si no fuera poco, en Copa del Rey, al modesto Ontiñena en el jueves de Halloween, cayeron siete goles a favor, con póker de Jaime Mata y con la aparición del olvidado Iván Gil.
"No, de nadie nos olvidamos", responde Diego en rueda de prensa. La metodología del técnico que llevó al Granada a la gloria, tres semanas después de su llegada al archipiélago canario, demuestra estar fundamentada en la terapia de grupo, en inyectar insulina deportiva, hacerles más creyentes, y más comprometidos. La cohesión emocional y mental, fuera y dentro del terreno, también se trabaja y ha experimentado una notable mejoría. En el campo, son más ordenados, más sólidos en defensa –desde mayo no dejaban una portería a cero-, más perros de presa.
Pero, desde el club, vuelven y repiten: pies en el suelo. El descenso, para la UD, sigue vigente, están 18º. Y más importante: son los mismos jugadores, capaces de lo mejor y de lo peor. Aunque el rosa, hoy, sí es un poco más rosa. "Hay que valorar el papel de la afición. Siempre se mantuvo en ángulo recto con esto. Más de 20.000 espectadores de media por partido en casa, eso es una cifra muy positiva", traslada la cúpula amarilla a los medios de comunicación.
Ahora, el Atlético de Madrid
La resaca copera ya es historia. Desde el viernes, la concentración insular es en la Ciudad de Fútbol de Las Rozas, con el Atlético de Madrid al acecho. Objetivamente son, para la escuadra canaria y el resto de mortales, rival top4 de LaLiga y, junto a Barcelona y Real Madrid, el único que solo ha perdido un partido en la competición doméstica. Tampoco nadie, en competición doméstica, ha encajado menos goles que los pupilos de Simeone. Y el partido es en el Metropolitano.
Más datos sobre la mesa: de los últimos cinco encuentros celebrados entre ambos, tres han acabado con manita rojiblanca, aunque sí cabe mencionar la trabajada victoria amarilla, por 2-1 en Gran Canaria, del pasado y glorioso 2023. Este año, no obstante, el 5-0 en febrero ante la UD Las Palmas fue el primer detonante puramente deportivo que dio paso a la nefasta racha del cuadro canario. Doblete de Marcos Llorente, otros dos de Angelito Correa y Memphis Depay para rematar al muerto. Y con los libros de estadística histórica en las manos, desde 1969, hace 55 años, la UD Las Palmas no gana en la casa rojiblanca.
De la UD Las Palmas viaja prácticamente toda la plantilla, salvo Adnan Januzaj, Marvin Park y Enzo Loiodice. Por parte del Atlético de Madrid, no contarán con Azpilicueta, ni con Le Normand. Bajas que no restarán nivel a un choque que abrirá la tarde del primer domingo de noviembre de 2024. "Mójate con un resultado, Alfredo", pregunta el entrevistador. "Dispués del partido hablamos", cierra, al natural, un padre que prefiere seguir en la sombra del planeta y continuar siendo, por siempre, la luz de su hijo.