Mbappé encuentra refugio en su peor momento en Francia y mientras la batalla con el PSG se recrudece
El francés ha sido criticado en el parón. Su vuelta con el club le dará aire después de tanto ruido y mientras sus abogados reclaman los 55 millones que supuestamente le adeuda Al-Khelaifi.
Kylian Mbappé regresó este miércoles a los entrenamientos con el Real Madrid sin que el parón de selecciones (cero goles y críticas con Francia) le haya servido para volver mejor de lo que se fue. El delantero, gris en la derrota con Italia en el Parque de los Príncipes (1-3) y fallón tras salir del banquillo ante Bélgica (los goles de la victoria por 2-0 se marcaron sin él en el campo), agradecerá su vuelta a Valdebebas como un pequeño oasis. En su país las cosas parecen habérsele torcido: el portero Maignan le recriminó que no diese un paso al frente, personajes como Lizarazu ("me sorprendió y me avergonzó; ya no da miedo como antes") le azotan y su guerra con el PSG no cesa.
Mientras se ejercitaba esta mañana en Valdebebas, el '9' tuvo un ojo puesto en París y en la comparecencia de sus abogados ante la Comisión Jurídica de la Ligue 1. Kylian reclama 55 millones de euros al PSG (denuncia que no le abonaron varios salarios y primas tras saber que se iba) y la Liga citó a ambas partes, club y jugador, para escuchar sus alegaciones. El futbolista sospecha que su adiós llevó a los parisinos a cancelar los pagos de forma ilegal; Al-Khelaïfi, por supuesto, lo niega.
El origen del asunto, siempre según L'Équipe, que ha retransmitido paso a paso el conflicto, se remonta al 12 de agosto del año pasado. Antes de la primera jornada de la Ligue 1, y con la estrella apartada, el jugador acordó con el presidente perdonar parte de la prima por haber renovado en 2022 en caso de que se marchase libre el verano siguiente. De esta forma, la entidad se protegía (retendría dinero aunque Mbappé volase gratis) y por eso admitió que el crack se reintegrase a los entrenamientos con el equipo.
El compromiso verbal, sin embargo, nunca llegó a firmarse por escrito y la relación de Kylian con Al-Khelaïfi se deterioró profundamente en febrero, cuando el atacante le comunicó que no prolongaría su contrato. Desde entonces se vivieron una serie de pugnas y disputas que les llevaron a enfrentarse en un puñado de ocasiones. Mbappé apuntó al directivo en su primera rueda de prensa como futbolista del Madrid y denunció prácticas amorales: "He jugado mucho menos este final de temporada y todo el mundo sabe por qué. Luis Enrique y Luis Campos me salvaron, sin ellos no habría puesto un pie en el terreno de juego. Esa es la verdad". Le Parisien, antes, desveló que Mbappé y Al-Khelaïfi hicieron "temblar las paredes" con una sonada bronca antes de su último partido con el PSG: "¡No se puede salir libre y reforzar a nuestro mayor rival! ¡Vas a legitimar la Superliga!".
La tensión dinamitó la amistad y Mbappé ha decidido no perdonar ni un euro al equipo en el que militó los siete últimos cursos. Y, además, expuso a través de un texto remitido en agosto a la Ligue 1 y a la UEFA que no ha percibido sus sueldos de abril, mayo y junio. Fayza Lamari, la madre del astro de Bondy, no descartó entonces que el tema cobrase mayor entidad ("si no tenemos más remedio, llevaremos el caso a juicio. Espero que se respete lo que firmamos hace dos años") y hoy se ha avanzado un poco más hacia ese final: la Comisión propuso a ambas partes aceptar una mediación para no instar el tema a lo judicial y Kylian ha dicho 'no'. Si el caso no da un giro y el club de Al-Khelaïfi no recula, Kylian y su antiguo equipo se verán las caras ante un tribunal.
Reproches en Francia
El delantero tampoco ha disfrutado en calma de esta ventana de selecciones. Antes de recibir a Italia en su antigua casa, y sin saber cómo le recibiría una afición que luego mayoritariamente le aplaudió, Mbappé mostró una cierta insensibilidad preventiva: "No espero gran cosa. No me importa. Estoy en una etapa de mi vida y mi carrera en la que ya no me doy cuenta: vengo, juego e intento dar lo mejor de mí para ayudar al equipo. Lo que piense la gente es la menor de mis preocupaciones". Sus palabras no gustaron en una parte de la afición y la prensa gala y Bixente Lizarazu, campeón del mundo en 1998, de Europa en el 2000 y 97 veces internacional con Francia, arremetió contra él en una columna en L'Équipe.
"Su rueda de prensa me sorprendió y me avergonzó. Sus palabras fueron inapropiadas; no fueron palabras de un líder y menos de un capitán. No puedes ser ajeno a los sentimientos de los partidarios de tu país, a las frustraciones que albergan y a las preguntas que tienen. Tienes que intentar responderlas, es parte del vínculo emocional que tienes con tu audiencia", denunció el exlateral, que aprovechó la coyuntura para endosarle un 'palo' deportivo.
"Ya no es tan explosivo ni decisivo como antes. Sigue siendo un muy buen rematador y un buen jugador, pero no inspira tanto respeto. Está viviendo un año difícil, que empezó en el PSG y continuó en la selección. Para mí, esto es el resultado de la situación conflictiva con su antiguo club, en la que lo extradeportivo tenía prioridad sobre el deportista. Un futbolista de primer nivel también debe cuidar su salud mental. Y creo que por eso le resulta difícil ser un auténtico líder en estos momentos, porque ante todo necesita reencontrarse a sí mismo, redescubrir lo que le convirtió en un jugador único", escribió.
Mbappé tampoco encontró cobijo en lo futbolístico (mal partido en el traspié con Italia) ni en su propio vestuario. L'Équipe reveló que Maignan, portero del Milan y titular en la selección, reprochó vehementemente al propio Kylian y a Griezmann su actitud y su "comportamiento de estrellas" en el choque. Según la misma información, el meta gritó que sólo dos jugadores de la selección de Spalletti serían titulares en Francia y que el rival mostró una determinación que faltó en Les Bleus y estiró su monólogo hasta los dos minutos. Mbappé escuchó en silencio. Luego, contra Bélgica, salió en el 67' y, aunque elevó sus prestaciones y su participación en el juego, perdonó varias ocasiones claras.
Entretanto, el ariete tendrá en Madrid una burbuja en la que aislarse de las críticas. Su doblete al Betis le hizo ganar en tranquilidad y este sábado (21:00) partirá como referencia de los blancos contra la Real Sociedad. Sin Bellingham y la plaga de bajas, el '9' asume el peso de coordinarse con Vinicius para enmendar el irregular inicio de temporada y vencer en el Reale Arena, donde la temporada pasada protagonizó una exhibición en los octavos de final de la Champions. A ese nivel debe volver. Y en la sesión de hoy ya dejó algún highlight que invita a confiar. El próximo parón viene pronto (Francia juega el 10 de octubre en Budapest con Israel) y Kylian quiere llegar con un saco de goles bajo el brazo y un rendimiento que obligue a desdecirse a voces como Lizarazu.