REAL MADRID

La lesión de Camavinga pone a prueba los peores augurios de la planta noble del Real Madrid

Ante la plaga de lesiones en la medular, Kroos y Modric se postulan como titulares ante el Cádiz, una situación que la directiva no deseaba.

Kroos y Modric durante el Atlético-Real Madrid./AFP
Kroos y Modric durante el Atlético-Real Madrid. AFP
Jorge C. Picón

Jorge C. Picón

La lesión de Eduardo Camavinga le provoca a Carlo Ancelotti un dolor de cabeza inesperado… y también al club. En el año en el que la sociedad Kroos-Modric debía romperse por completo, el técnico italiano se queda con pocas alternativas por las lesiones en la medular y ante la tesitura de tener que alinearlos juntos. Él sigue confiando en el dúo. Menos que antes, sí, pero le han demostrado ser capaces de todo a pesar de la edad. Pero en los despachos esa fe hace tiempo que desapareció.

Camavinga se lesionó en la concentración de la selección francesa. AFP

Dos mensajes resuenan en los oídos del técnico desde principios de año. El primero, hay que apostar por los jóvenes. Camavinga, Tchouameni, Valverde… Deben jugar y cuanto más, mejor. El segundo, Kroos y Modric no pueden coincidir. Él ha cumplido a rajatabla: sólo han aparecido juntos en el once en un partido de esta temporada. Fue en el derbi del Metropolitano y el italiano se llevó algún rejonazo por su idea. El equipo perdió 3-1 y mostró una de las peores imágenes del curso, reforzando la idea de la planta noble.

El problema es que las lesiones se reproducen y el cuerpo técnico se queda con pocas alternativas. Camavinga cayó con Francia y se unió a una enfermería en la que Bellingham está cerca de salir (se le espera contra el Cádiz), pero Tchouameni, Ceballos y Arda siguen sin fecha de regreso. Quedan sanos Valverde, Kroos y Modric para un centro del campo de cuatro puestos. Las cuentas salen por los pelos.

En el pivote, Kroos se queda como único ancla del equipo. Sólo el año pasado jugó 16 partidos ahí y se hizo tanto a la posición que no quería cambiar. La explosión de Tchouameni en esta lo ha empujado unos metros más adelante, aunque por el sistema del Madrid actúa en muchas ocasiones en un doble pivote. "Me siento muy cómodo ahí. El pensamiento es un poco diferente. Estás más cerca de tu portería y te obliga a tener un poco más de compromiso en los duelos y piensas más en lo que pasa cuando el equipo pierde el balón", dijo en una rueda de prensa en mayo.

La situación de Kroos es diferente a la de Modric. A los dos se les considera leyendas del club. El día que decidan marcharse lo harán con todos los honores y sin ningún reproche. Pero con el alemán existe una mayor confianza a medio plazo. Se cree que todavía puede dar uno o dos años de buen fútbol. Siempre que él quiera, claro. Ha comentado en varias ocasiones querer retirarse joven. Incluso dijo que lo haría en 2023, pero decidió alargar un año más su carrera. Con Modric, a sus 38 años y jugando menos de lo que le gustaría, la relación tiene más visos de romperse. Aunque con el croata, se puede esperar cualquier cosa. También parecía complicado que siguiese el año pasado y acabó ganándose la renovación.

En caso de no querer alinear a los dos, existe otra opción sobre la mesa. Menos probable, pero tan válida como el resto. Consiste en retrasar la posición de Bellingham para que juegue como interior y mantener a Brahim en el once como mediapunta. Se trata de una posibilidad que se ha valorado en el vestuario. Sin embargo, entre el cuerpo técnico existen pocas dudas de que la posición ideal de Jude es la de '10'. No se le quiere mover a no ser que lo demande la situación. Sus 13 goles lo justifican.

El cuerpo médico y los fisios trabajan para recuperar a los lesionados cuanto antes y darle a Ancelotti alternativas en la medular. Una línea que parecía perfectamente cubierta a principio de temporada con hasta siete nombres de mucho nivel y que, en noviembre, se ha quedado corta de efectivos por las lesiones. Le toca dar la cara a los que menos han aparecido hasta ahora que, curiosamente, son los que siempre lo han hecho.