Lo que se cuece en el Barça: servicio de contravigilancia para Lamine Yamal y el contrato de por vida que rechazó Aitana Bonmatí

Con una cláusula de rescisión de 1.000 millones y contrato hasta 2026, Lamine Yamal fue ayer portada de los periódicos tras declarar en El Hormiguero que no piensa en otros colores que no sean los del Barça y que su sueño es ser leyenda del club. Una declaración de amor incondicional acorde con los incontenibles amores juveniles propios de su edad. No dudamos en absoluto de su sinceridad, todo lo contrario. Recalcamos su vehemencia porque sus intenciones son las mismas que las del club que, en su momento, descartó una propuesta verbal del PSG para llevárselo con una oferta de más de 200 millones. El Barça no quiso ni hablar del asunto, lo mismo que hacía el PSG cuando el Barcelona quiso fichar a varios futbolistas del club francés, como Verratti o Marquinhos, y el asunto se zanjó sin mayores sobresaltos. Y no habrá más ni con el PSG ni con nadie. Luis Campos, director técnico del PSG, lo tuvo claro desde la conversación inicial con su paisano Deco. No hay nada que hacer.

La cuestión es que Deco, más que satisfecho con la mejora del límite salarial del Barcelona (dispondrá 222 millones más que el año pasado), trabaja con la idea de invertir, de seguir invirtiendo, en lo que mejor que tiene la plantilla y, por su eso, su objetivo inmediato no es rebuscar en el mercado para traer a alguien en invierno, sino apostar fuerte sus activos. Lamine Yamal es el máximo exponente, pero hasta que no cumpla 18 años no se le puede hacer un contrato más largo del que ahora disfruta. Otra cosa será a partir del 15 de julio de 2025. Con la mayoría de edad, apuesten doble contra sencillo, seguro que firmará un nuevo y largo contrato. Un contrato que, a diferencia del de ahora, no estará desfasado y se corresponderá con el valor que el mercado le concede a Lamine. Se estima que habría que poner 120 millones para empezar a negociar pero seguramente deberían ser muchos más para llevarse a un jugador de 17 años que hasta el mismísimo Cristiano Ronaldo le ve con condiciones de ganar el Balón de Oro a corto plazo. Y es que estamos hablando de la gran aparición del fútbol mundial.

Mientras llega el día de los reconocimientos internacionales, el Barça ya le da a Lamine trato de estrella. Como muestra un botón. Visto lo visto con el desagradable y muy doloroso incidente que representó el apuñalamiento de su padre y con un crecimiento exponencial en su popularidad, el club le ha puesto un discreto servicio de contravigilancia que vela por su seguridad. Lamine se ha trasladado con su primo a Sant Joan Despí y, vaya donde vaya, siempre hay alguien pendiente de él para evitar cualquier incidente desagradable. Una circunstancia de la que tanto Yamal como toda su familia están al corriente y que aceptan como consecuencia inevitable de un fuera de serie a quien todo el mundo quiere acercarse.

Pero bueno, a lo que íbamos. El Barça, decíamos, quiere invertir en lo suyo y presumir de ello. Lo mismo en el equipo masculino que en el femenino. Ya nos contó aquí Sandra Riquelme que Aitana Bonmatí tiene lista su renovación. La mejor jugadora del mundo rechazó irse al Chelsea, que estaba dispuesto a pagar los tres millones de cláusula, como rechazó el interés del Arsenal y del City. Y antes la muy tentadora propuesta de Michele Kang, propietaria del Olympique de Lyon, que prácticamente le ofrecía un contrato de por vida. Primero para jugar en Francia y luego para dar el salto a la Liga norteamericana. Aitana dijo no a todo y sí al Barcelona, que anunciará oficialmente renovación la próxima semana. Y lo hará con honores hasta ahora sólo dedicados a estrellas del primer equipo. Después de casi un año de negociaciones, desde octubre de 2023, habrá firma oficial con Joan Laporta y un despliegue sin precedentes en los medios del club para anunciar al mundo que el último Balón de Oro, y también el próximo, seguirá jugando aquí hasta que ella quiera… con el mejor contrato jamás visto en el fútbol femenino.

No tan avanzado está lo de otros colegas del equipo masculino que, como dijo Deco en su comparecencia, el Barça ha mantenido pese a tentadoras ofertas. No citó nombres, pero los hay. En enero, por ejemplo, se cerró en banda al traspaso de Ronald Araújo (Chelsea/Bayern/United) a quien también hay intención de renovar aunque, más urgente que lo del uruguayo será, mejor dicho, es lo de Fermín. Otro a quien el club cerró la puerta de salida porque, después de la Eurocopa y de los Juegos Olímpicos, hubo muchos clubes, preferentemente ingleses, con el Tottenham al frente, que preguntaron precio. Les resultaba imposible, como es lógico, pagar la cláusula de rescisión que alcanza los 400 millones hasta 2027, pero era dinero, mucho, para un club necesitado de ingresos solventes. Tanto Deco como el jugador aguantaron el tirón. Y ahora ya se están dando los primeros pasos para adecuar el, por decirlo así, obsoleto salario de Fermín y situarlo al nivel de un campeón de Europa y de un campeón olímpico. Lo que es el onubense. Por cierto, tras la última experiencia va a ser muy, muy difícil que el Barcelona ceda a Fermín a la selección Sub-21. Una fase que el club considera superada y que no se corresponde con el valor futbolístico del joven centrocampista. Va con la absoluta o descansa en casa.

Y en cuanto a Pedri, más de lo mismo. Acaba en 2026 pero el club confirma sin tapujos que ya está hablando de ampliación y mejora. No se ponen fechas pero tampoco pausas. En el Barça consideran que este tiene que ser el gran año de Pedri. Con un entrenamiento específico y una clase descomunal, su presencia en el titular hace de la alineación un equipo distinto. Lo sabe el entrenador, lo sabe el director técnico y lo tiene asumido Laporta. Pedri, cuestionado la pasada campaña hasta el punto de incluirle alegre y temerariamente en la lista de transferibles de Xavi, es pieza angular en la que seguir invirtiendo.

En el mercado, sólo hay un jugador que pudiera compensar la muy improbable salida de Pedri. Hablamos de Florian Wirtz, centrocampista ofensivo del Bayer Leverkusen que tiene 21 años, que es objeto de deseo de toda Europa y que tiene un valor de mercado que ronda los 130 millones. Un cantidad sideral que el Barcelona, por más que el jugador convenza a los técnicos azulgranas (a los que ciertamente tiene enamorados), no puede ni plantearse. El dinero, al menos en la política actual, se invertirá en la gente de casa que es quien, a la hora de la verdad, ha sacado las castañas del fuego. En fin, esto es por hoy. De Frenkie De Jong, si acaso, hablamos otro día pero sepan que, a pesar de las circunstancias actuales que convierten el holandés en el futbolista mejor pagado de Europa, el Barça se plantea renovarle. Por dos razones. Para diferir su salario y para venderle.