Kubo y Oyarzabal le recuerdan al Sevilla su cruda realidad

Impotencia. Esa es la palabra que más define la situación en el Ramón Sánchez-Pizjuán. El Sevilla es un equipo con un problema de serie, inculcado por una planificación que no contempló -o no pudo- que el talento es un arma en peligro de extinción en esta plantilla. Los de García Pimienta tienen muy poco fútbol e ingenio para crear. Eso lo volvió a demostrar ante una Real Sociedad que con lo justo le birló el partido.

Un partido que jamás debió comenzar si tenemos en cuenta lo que se está viviendo en Valencia, lo hizo de una forma, ya, extraña para el Sevilla. Algo no iba a ir bien. Se palpaba en el ambiente. La Real Sociedad de Imanol tuvo un par de acercamientos hasta que a la media hora logró adelantarse mediante una jugada maradoniana de Kubo... y una defensa anticompetitiva de los nervionenses. Gran jugada, peor adversidad.

Poco antes del gol ocurrió algo que volvió a recordar los fallos de la planificación: Idumbo, el llamado a reemplazar al que estaba siendo el mejor jugador del Sevilla, Ejuke, cayó lesionado. En su lugar entró un Jesús Navas al que el fútbol no le falla... pero su cadera le prohíbe tirar de un carro demasiado pesado. Lo hizo, en su lugar, José Ángel Carmona, el primer futbolista del Sevilla en realizar un regate medianamente cercano al área rival. Acabó con Isaac errando un disparo que podía haber supuesto el empate. Sin tiempo para más y con pitos para su equipo, el Sánchez-Pizjuán se despidió de una primera parte para olvidar.

Aunque la segunda mitad se encargó de volver a recordarle la realidad de su equipo. Tiene alma, corazón... y cero fútbol. Tampoco atrás, donde sin Badé y Nianzou, Marcao le puso en bandeja la victoria a la Real Sociedad haciendo un penalti que perfectamente podía haberse saldado con una roja. Oyarzabal no falló desde los once metros y mató el partido. Un encuentro que jamá estuvo vivo para los locales.

Los últimos minutos sirvieron para que Iheanacho le pusiera la 'guinda' al partido del Sevilla. El nigeriano erró un gol clarísimo, en una jugada que dejó al descubierto sus carencias físicas en la actualidad. De esta forma, la Real Sociedad se llevó los tres puntos de una visita más que placentera. Sin apenas trabajo. Sin necesidad de meter ni una sola marcha en el partido. Sin rival.