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El brazalete de capitán de Francia consuela a Agoumé tras el error que costó un partido al Sevilla: "Nadie lo regala"

Agoumé se recompone mentalmente con la sub-21 de su país, mientras que en el vestuario del Sevilla lo apoyan. El francés se marchó de Butarque muy tocado y sin levantar la cabeza.

Agoumé se da cuenta de su imperdonable error en Butarque./EP
Agoumé se da cuenta de su imperdonable error en Butarque. EP
José Manuel Rodríguez

José Manuel Rodríguez

El fútbol son momentos. Estados de ánimo y detalles que pueden marcar partidos, dinámicas e, incluso, carreras. El caso más claro en las últimas semanas por Nervión es el de Lucien Agoumé. El centrocampista francés cometió un doble error fatídico en el último encuentro liguero, en Butarque, que acabó costándole la derrota al Sevilla. Se equivocó en la entrega a Álvaro Fernández de un balón aparentemente sencillo... y remató su jugada con un penalti que dinamitó el encuentro: expulsión y gol en contra desde los once metros.

Desde ese justo momento, Agoumé no supo recomponerse. Se vino abajo inmediatamente. Metió la cabeza entre sus brazos y únicamente miraba hacia el suelo, tanto en el vestuario como en el viaje de vuelta. No fueron pocos los compañeros que intentaron animarle y restarle hierro al asunto, pero al francés no le importaba: era totalmente consciente de lo que había costado su doble error. Imperdonable para él. También para García Pimienta, aunque aprovechó para, de nuevo, hacer una labor psicológica que ya ha puesto en práctica en demasiadas ocasiones esta temporada. Intentar apretar a un grupo... pero midiendo el tono de sus mensajes, debido a que su equipo tiene una especial debilidad con los altibajos. Sobre todo con los bajos.

Sin embargo, el marcharse con la sub-21 de Francia le ha venido bien a Agoumé. Con el paso de los días su ánimo ha ido mejorando, hasta el punto de ser capitán de su selección durante este parón. Los galos empataron ante Italia y Alemania (2-2 en ambos) y el centrocampista volvió a ser importante para los suyos. Una situación que contrasta directamente con las críticas sobre su rendimiento en Nervión.

Y es que en el Sevilla no ha logrado encadenar más de dos partidos con una nota alta... y el coste de su traspaso -cuatro millones de euros por el 50%- no juega precisamente a su favor. La presión sobre él es importante, aunque, de nuevo, el vestuario nervionense ha vuelto a dar la cara por un compañero. Tanguy Nianzou ha hablado en rueda de prensa sobre su compatriota, defendiendo su fútbol: "Agoumé está ahora con la selección, de capitán. Creo que nadie regala un brazalete", afirmó tajantemente.

"Es un jugador joven e importante para la selección y el Sevilla. Tuvo un error, vale, pero el equipo ya ha olvidado eso. Yo creo que Lucien va a volver al Sevilla con ganas de hacer las cosas bien", finalizó. Unas palabras que han sentado bien en la cúpula del club, donde desde el inicio de la temporada han insistido en lo mismo: el ambiente del vestuario ha vuelto a ser un punto a favor para ellos. Un claro descenso de nivel en varias parcelas del campo, pero con un refuerzo en lo emocional.

Recuperar a Lucien Agoumé es clave para García Pimienta. Con las bajas en el centro del campo y el paso atrás de jugadores como Sow, el técnico barcelonés necesita mantener enchufados a los máximos jugadores posibles. Y el francés, que demostró en Butarque ser capaz de lo peor -su doble error- y de lo mejor -ser consciente y sentirse dolido por ello-, debe ser uno de ellos. Por muy complicado que parezca.