El giro de guion de Christensen en su recuperación le hace pasar por el quirófano y estará un par de meses de baja
El central danés apostó por un tratamiento conservador para olvidar las molestias en el aquiles, pero finalmente ha optado por la operación.
Andreas Christensen siempre ha querido mantenerse en un segundo plano. Ni siquiera su primera temporada en Can Barça, donde fue clave para ganar LaLiga, representó un cambio para él a nivel de exposición mediática. Desde el vestuario lo describen como un futbolista trabajador y metódico. Nunca ha alzado la voz y esta temporada empezaba de cero con Hansi Flick, como el resto de sus compañeros. Sin embargo, solo pudo jugar algo menos de media hora en el debut en Mestalla.
El Barça informó que el central danés, también mediocentro en situaciones de emergencia, sufría una tendinopatía en el tendón de Aquiles izquierdo. Christensen optó por un tratamiento conservador en primera instancia, pero al ver que las sensaciones no mejoraban, tal y como informó Catalunya Ràdio decidió pasar por el quirófano estos últimos días. Estará de baja sobre un par de meses, lo que no altera radicalmente los tiempos marcados en agosto.
En un primer momento, la baja de Christensen ya se preveía por un periodo de unos cuatro meses, hasta finales de año. Así se lo comunicó el Barcelona a LaLiga, lo que al ser una lesión de larga duración le permitió al club poder inscribir a Dani Olmo, ya con el torneo empezado. Según la emisora catalana, la operación ha sido en Suecia y ha consistido en una terapia de regeneración celular en los tendones de los dos pies.
La vuelta de Christensen se alargará unas semanas más, podría volver a los terrenos de juego el mes de febrero. Su lesión, junto a la de Ronald Araujo, ha obligado a Hansi Flick a formar pareja de centrales con Iñigo Martínez y Pau Cubarsí. Sobre ellos se asienta una de las defensas más en forma de Europa, con una estrategia, la de provocar fueras de juego, superinteriorizada.
Con Xavi, Christensen fue un comodín de emergencia en la sala de máquinas. La salida de Sergio Busquets obligó al Barça a salir al mercado a por un mediocentro y sin la posibilidad de ir a por Zubimendi o Kimmich, los blaugrana acabaron repescando a Oriol Romeu. Christensen acabó jugando de pivote, aunque desde el cuerpo técnico de Xavi siempre reconocieron sus limitaciones. Cuando regrese lo hará como central y dejando la puerta abierta al mediocentro, donde ahora impera Marc Casadó.