Las lágrimas de la madre del 'cadete' Casadó en el Bernabéu: "Ha empezado a darse cuenta ahora"
En una entrevista con la 'COPE', el mediocentro blaugrana explica cómo han sido sus últimos dos años hasta asentarse en el Barça.
Marc Casadó vive estos días su primera experiencia como internacional absoluto. En categorías inferiores pasó de puntillas. En La Masia siempre destacaron su compromiso, nació con el brazalete puesto. Durante los últimos años, se erigió como líder absoluto del Barça Atlètic de Rafa Márquez, pero las oportunidades en el primer equipo se le resistían. Desde el club contaban que la del mediocentro era una posición muy sensible, incluso para alguien que creció desde infantiles en Can Barça. El caso de Marc no era como el de Cubarsí o Lamine, dos talentos generacionales.
"En los últimos dos años estuve unos 45 partidos convocados y jugué cuatro", contó en la COPE. Era habitual que Xavi le llamara para completar las listas del primer equipo, y aunque la baja de Sergio Busquets le alteró los planes, no pensaron en Casadó como una opción real para tener minutos. "Muchas veces no calentaba. Al principio de la temporada pasada lo pasé peor. Si no podía jugar con el primer equipo, quería jugar con el filial para seguir aprendiendo. Son aprendizajes y creo que me están ayudando ahora", explicó.
En verano de 2023, equipos como el Granada o el Valencia preguntaron por su situación. Hace unos meses, otros equipos de Primera Divisón consultaron al Barça si habría la posibilidad de hacerse con la cesión del pivote de Sant Antoni de Vilamajor. Hansi Flick tomó la palabra y pidió al club esperar. Lo que había visto en vídeos le había gustado y quería probarle en los entrenamientos. En la gira, junto a Marc Bernal, encandiló al alemán. Y aunque en la comisión deportiva se pusieron las manos a la cabeza cuando el pequeño de los 'Marcs' se lesionó, Flick se mantuvo tranquilo.
La goleada en el Bernabéu, su día más feliz
"He ido quemando etapas poco a poco y ahora ha sido el boom", reconoce Casadó. Sus mejores actuaciones este curso han coincidido con los mejores del colectivo. Ahí están los partidos contra el Bayern de Múnich, donde desesperó a Leon Goretzka, durante tantos años usado para marcar las distancias entre el Barça y la aristocracia europea, y el Real Madrid. Casadó reveló que el 0-4 fue el día "más feliz en un campo de fútbol".
"Me sentía cómodo, que es lo que más me gusta jugando. Lo que quería era ganar el partido. Al acabar es cuando lo empiezas a asimilar. No pensaba que estaba en el Bernabéu o que le había dado un pase a Lewandowski y lo había metido. Pensaba en qué tenía que hacer para ganar", explicó a Juanma Castaño. En la Penya Vilamajor se juntaron más de un centenar de personas para ver el primer Clásico oficial de su vecino. No había en el pueblo nadie más feliz que sus padres.
"Cuando llegué a Barcelona me abracé a mis padres. Me llamaron y me dijeron que habían estado llorando todo el partido. Mi padre me dijo que lloró, mi madre siempre llora. Me puso contento que me dijeran eso", relató Casadó. "Mi madre me dijo que el día del Bernabéu empezó a ver lo que es realmente. Siempre lo vio por la tele y el niño estaba ahí. Ha empezado a darse cuenta ahora, pero siempre lo hemos llevado muy normal, como si estuviera jugando en el cadete", añadió.
Para Casadó, estos dos años en dinámica de primer equipo le han ayudado "a verlo todo más normal ahora". Pocos meses atrás, después de perder la final del playoff de ascenso a Segunda División, que aquel hubiera sido su último partido como blaugrana era una posibilidad. Este mes de noviembre lo recuerda con el chándal de la selección española. De la Fuente le ha hecho un vídeo para contarle qué quiere de él y Marc espera jugar alguno de los dos partidos que disputará La Roja.