El fiasco con Dani Olmo muestra el engaño como 'modus operandi' de Laporta en el Barça: "No estamos en el 1:1 porque no quisimos"
El presidente dijo esa frase en septiembre, luego que "no se sufriría por inscribirlo" y al final no se llegó a tiempo.
Antes de jugar la pasada Supercopa de España en Riad (Arabia Saudí), en diciembre de 2023, cuando el FC Barcelona seguía con sus problemas financieros, el dinero de Barça Studios no llegaba y no podían acometer operaciones, un exdirectivo de la época de Josep Maria Bartomeu vaticinó en Relevo un escenario que empieza a producirse, y que se ha acentuado en las últimas semanas. Después de asumir el huracán de desgracias (la COVID) y de malas decisiones de la junta anterior (las renovaciones al alza de la plantilla son altos salarios y los fichajes de Dembélé, Coutinho y Griezmann), pintó la siguiente reflexión: "Laporta tenía dos opciones cuando fue escogido presidente. La razonable era explicarle a la gente la situación, ser austero y dedicarse dos o tres años a equilibrar las cuentas a cambio de una merma competitiva. La segunda era la patada a seguir. Es como jugárselo todo al rojo en el Casino. Y esto puede acabar mal...".
Esa es la sensación -y la realidad- de la entidad presidida a golpe de timón por Laporta, que se puede explicar de manera exacta en la improvisación que reinó la temporada anterior con Xavi Hernández: el técnico dimitió; el club después aceptó que siguiera en una famosa reunión del sushi, que se ejemplificó en una conferencia de prensa; y posteriormente lo despidió por decir públicamente que el Barça no podía ir al mercado con todas las garantías por su débil situación económica. Por decir, como se ha comprobado con la inscripción fallida de Dani Olmo y Pau Víctor, la realidad en una entidad que no acaba de superar sus problemas y avanzar.
El caso de Dani Olmo ha acrecentado el cómo las palabras no corresponden con los hechos en el Barcelona de Joan Laporta. El futbolista del Leipzig, que desde hacía dos años se había puesto como objetivo volver al Barça, escuchó del presidente que su inscripción estaba bajo control y que, aunque no le podía garantizar que lo dieran de alta para la totalidad del contrato, podrían hacerlo para lo mínimo que exige LaLiga. Finalmente, la lesión de Andreas Christensen le abrió las puertas al menos hasta el 31 de diciembre. Ya en septiembre, el presidente dijo lo siguiente: "No estamos en la norma del 1:1 porque no hemos querido, estamos a 60 millones". Un comentario que con el tiempo no ha cobrado sentido, porque el Barça no ha podido alcanzar esa norma o no ha encontrado las vías para ello.
En aquel momento lo achacó al acuerdo con Nike, que finalmente se confirmó en noviembre y se firmó el 21 de diciembre, pero fue insuficiente para alcanzar ese fair play que activara la inscripción de Olmo. El presidente ha ido insistiendo a sus círculos más próximos y en encuentros con periodistas que no habría problemas para inscribir al de Terrassa y a Pau Víctor, incluso deslizó la llegada de un inversor catarí que compraría una parte de los palcos VIP -otra palanca-, aunque finalmente, y aunque la operación se ha intentado, no ha llegado el dinero en los tiempos requeridos. Entre medio, Laporta siempre se mostró optimista -así es por naturaleza- sobre una inscripción imposible y en la comida con la prensa del día 18 de diciembre sorprendió con vía judicial como alternativa. Algo que falló a la espera del último intento con la RFEF.
Messi, Barça Studios, Camp Nou, Olmo... Y los 50M de Darren Dein
El engaño, ya sea por inconsciencia o por vicio, se ha convertido en el modus operandi de Laporta en el Barcelona. La primera muestra fue la marcha de Leo Messi. Fue una de sus armas electorales -"estoy convencido de que si gana otro candidato, Messi no se quedará en el Barça" y "le hará una oferta que no podrá rechazar", dijo en su día-, y finalmente esa oferta no llegó y el futbolista puso fin en su etapa en Barcelona ya con Laporta de presidente. "No me esperaba el cambio, yo quería continuar en Barcelona, no estaba preparado. Fue todo rápido, de un día para otro", añadió en su momento Leo Messi, que tuvo que hacer las maletas e irse al PSG en 2021.
Después del caso Messi, llegó la famosa palanca de Barça Studios, que se ha convertido en un gran lastre -después de ser una salvación ficticia- que incluso en el último ejercicio económico, el auditor hizo una salvedad en las cuentas y le añadió pérdidas de 91 millones. El club valoró el negocio digital, a través de una consultora, en 408 millones de euros, lo que le ayudó a asignarse el 51% de esa cantidad en el pasivo y los 200 millones, que vendió a Orpheus Media, de Jaume Roures, y Socios.com, en la cuenta de ingresos. Pero solamente recibió 40. Y los otros 160 los ha ido arrastrando hasta hoy: por medio, Aramark puso 20 millones. Mientras el club ha ido filtrando que la solución estaba al caer, en ningún momento ha habido propuestas en firme. Hasta que no se resuelva esta operación, el Barcelona no podrá estar en una normalidad económica y vivirá pendiente de palancas o soluciones milagro.
El tercer punto, que dará que hablar en este 2025, será el Camp Nou. Pese al elevado coste del Espai Barça y del leonino crédito de Goldman Sachs, cuando esté finalizado será la fuente principal de ingresos del club y ayudará a costear todo lo que ahora se está perdiendo en Montjuïc -el club calcula unos 100M al año-. Pero tampoco la entidad es transparente en los plazos. En septiembre, la vicepresidenta Elena Fort insistió en que la idea del club era que estuviera para diciembre, cuando ya muchas fuentes próximas a la obra hablaban de que no estaría al menos hasta abril. El vicepresidente Antonio Escudero se refirió a marzo días después en 'Catalunya Ràdio', lo mismo que dijo Hansi Flick, mientras que el Barça le presentó a Limak un plan imposible para intentar regresar el 15 de febrero.
Lo cierto es que las obras del Camp Nou van lentas -como suele ocurrir-, todavía no se ha instalado el césped y hay muchas voces que aconsejan al presidente que reconozca que esta temporada va a ser casi imposible jugar partidos, al margen que supondría un caos logístico. De nuevo, el Barça le pidió incluso a LaLiga jugar los tres primeros partidos de la próxima campaña fuera de casa. El precio de no ir al Camp Nou como estaba previsto, al menos a finales de enero, le supone al Barça una merma en el presupuesto de 28 millones.
La "falta de transparencia" que pone al presidente en el disparadero
Si la marcha de Leo Messi, las palancas fallidas de Barça Studios y sus compradores fantasma y la vuelta al Camp Nou han sido considerados engaños con respecto a lo que se dijo o prometió, ahora se les añade el caso de Dani Olmo entre medio de la firma del acuerdo con Nike en la que también hay otro matiz -de suma importancia- que viró en el último momento. Desde la entidad habían desmentido que se hubiera necesitado un intermediario para cerrar la operación, pero Laporta confirmó en la Asamblea Extraordinaria que Darren Dein hizo de mediador y cobró alrededor de 50 millones de euros por toda la operación que le debía dar al Barcelona el mejor contrato de la historia.
Las voces críticas de Joan Laporta no dudaron en acusar al presidente de "falta de transparencia" y de no explicarle la verdad a los socios. Todo se añade al iceberg en el que ahora Olmo es la punta. Un momento crítico para Laporta, a poco más de un año de las elecciones, y que además le daña la imagen internacional del club. Basta solo con echar un ojo a las noticias de los medios. La bola del Casino no apunta ahora al rojo en un escenario que algunos ya pintaban hace un año y que, por el momento, la realidad no les quita la razón.