ENTREVISTA

Nico Pareja desmonta el falso mito de las lesiones graves más allá de los 30: "Mucha gente me daba por retirado"

El central argentino recuperó su mejor versión tras estar más de un año de baja por una rotura de cruzados.

Nico Pareja con el Sevilla. /SEVILLA FC
Nico Pareja con el Sevilla. SEVILLA FC
Marc Mosull

Marc Mosull

El paso de Nico Pareja (Buenos Aires, 1984) por Sevilla le marcó irremediablemente la carrera deportiva y, también, su vida personal. Fueron cinco años de pasión, alegrías, muchos títulos y lágrimas, pues el central argentino sufrió una gravísima lesión que le apartó de los terrenos de juego durante más de 12 meses: una rotura del ligamento cruzado anterior y un esguince de grado 2 del ligamento lateral externo de la rodilla derecha.

En aquel momento, a sus 31 años, Pareja era el mariscal de Unai Emery y venía de levantar el primero de los tres títulos de Europa League que ganó como sevillista. Estaba en su mejor momento y más de uno se atrevió a 'retirarle', pero él se encargó de demostrarles que estaban equivocados. Y con Sampaoli, tras un ejercicio de resiliencia, volvió a mostrar su mejor versión y dio la razón al Sevilla, que en verano de 2016 decidió renovarle por dos temporadas.

Tanto le marcó el club y la ciudad a Pareja, que todavía hoy, vive felizmente en la capital de Andalucía. Y se considera un sevillista más; en parte, porque en la ciudad el fútbol se vive de un modo parecido a su Buenos Aires natal. Desde Nervión, entre partidos de la Kings League y retransmisiones con DAZN, descuelga el teléfono para charlar con Relevo sobre su amor por el club hispalense, el falso mito de las lesiones de larga duración en futbolistas veteranos y el secreto del éxito de aquel equipo que dirigía Unai Emery y que tocó el cielo con tres entorchados europeos de forma consecutiva.

¿Hasta qué punto te marcó el Sevilla?

Es muy difícil explicar-lo con palabras. Sevilla es mi casa, es la ciudad donde vivo. Fueron muchos años y muchas vivencias; mis hijas se criaron acá. Es un club donde el fútbol se vive muy parecido a como lo vivo yo, con una identidad muy similar a lo que tenemos en Argentina. Y encima, en cinco años vivimos diez finales y tres títulos. Son cosas que te marcan. Cuando en un club como el Sevilla tienes la posibilidad de ganar títulos, de jugar finales y de formar parte de equipos que estuvieron a un nivel tan alto, es difícil no quedarse enamorado del club, de la ciudad, del estadio…

Está claro que te enamoró.

Sevilla te atrapa. Y con un equipo así, viviendo las cosas que me tocó vivir, es muy difícil no enamorarse. Soy un aficionado más y cada vez que voy al campo, la sensación es inexplicable. Todavía hoy es una relación de cariño, fidelidad y agradecimiento.

"El Sevilla es un club donde vive el fútbol muy parecido a como lo vivo yo, con una identidad muy argentina. Sevilla te atrapa"

¿Cómo os lo hicisteis para ganar tantos títulos de Europa League?

(Ríe) Siempre decimos que parece fácil, pero que no lo es. Se asocia mucho el Sevilla a la Europa League, pero uff… no fue nada fácil. Nos tocó ganar tres seguidas, que es un hito que será bastante difícil de superar. Ganarlas como las ganamos, contra los rivales que las ganamos y de la manera que jugamos tiene mucho mérito. La clave siempre estuvo en ser un grupo homogéneo y fuerte. Y en poner el equipo por encima de las individualidades y tener jugadores de jerarquía y de mucho compromiso en el cual en los momentos duros daban un pase adelante. Nos entendíamos dentro y fuera del campo, nos llevábamos muy bien. Y más o menos la mayoría hablábamos el mismo idioma futbolístico, teníamos los mismos pensamientos de cómo llevar adelante un equipo. Eran muchas piezas y encajaban.

De las tres, ¿te quedas con la primera?

Sí, sí, con la primera. La segunda la jugué prácticamente toda, pero desgraciadamente me perdí la semifinal y la final por una lesión en San Petersburgo, en la vuelta de cuartos de Europa League. Y la tercera, estuve en el banquillo, cuando me recuperé de los cruzados; no llegué a jugar. Me quedo con la primera, pero, pese a que la segunda no pude terminarla, también fue muy especial porque, además de en lo colectivo, a nivel individual me tocó hacer una Europa League brutal. Estaba en el mejor momento de mi carrera y viví la cara triste del fútbol por culpa de una lesión importante.

Fue un duro golpe.

Sí, pero después de ese año volví muy bien e hice uno de los mejores cursos de mi carrera. Me costó porque tuve dos operaciones en el proceso y fue largo el tiempo de recuperación. Pero una vez me recuperé, volví a sentirme muy fuerte y pude demostrar mi nivel cuando mucha gente me daba ya por retirado. Es algo que pasa mucho en el fútbol actual. Parece que si eres un jugador veterano y sufres una lesión grave, ya no puedes jugar más. Y es todo lo contrario. Me tocó volver y de qué manera. Ya te digo, fue uno de los años más fuertes en los que estuve. Además, Sampaoli tenía una manera de jugar que era criminal para los centrales: jugábamos mano a mano en todos los partidos, en cualquier campo, y el despliegue físico era brutal. Y, con todo, a nivel individual fue uno de los mejores años de mi carrera. También a nivel grupal, porque hicimos un torneo de la hostia. En la parte final las lesiones de algunos de nosotros, fueron importantes para el equipo, que ya estaba cansado por el desgaste tan fuerte en cada partido. Y la eliminación de Champions nos jugó una mala pasada y los últimos dos o tres meses fueron bastante duros.

"Mucha gente me daba por retirado. Es algo que pasa mucho en el fútbol actual. Parece que si eres un jugador veterano y sufres una lesión grave, ya no puedes jugar más"

¿Cómo eran los derbis contra el derbi en aquella época?

Muy especiales. Acá se viven los derbis muchísimo. Me atrevo a decir que no hay ningún derbi igual en el fútbol español. Estuve en muchos derbis, pude ganar todos los que me tocó jugar y lo disfruté mucho… porque acá cuando se gana un derbi la ciudad se vuelve loca y es una experiencia única, difícil de explicar con palabras.

¿Cómo estás viendo al Sevilla este curso?

Está en una etapa de transición con jugadores y técnico nuevo. Es un cambio importante para intentar rearmarse y buscando esa identidad que caracterizó al club a lo largo de los años.