REAL MADRID

Expediente Tchouameni: el chico culto del vestuario del Real Madrid que es alabado por el club y discutido por la grada

El inicio de curso del francés no ha convencido a la afición merengue, aunque le respalda el staff técnico.

Tchouameni, contra el Valladolid./EP
Tchouameni, contra el Valladolid. EP
Rodra P

Rodra P

Cuarenta y cinco minutos después de que los futbolistas del Real Madrid le mostrasen el último título europeo a su afición, la Supercopa ganada en Varsovia, la parroquia merengue silbó a los suyos por su primera mitad ante el Valladolid. Y algunos pitos se concentraron en una figura controvertida en la plantilla blanca: Aurelien Tchouameni.

Entre la grada hubo tramos de runrún con el desempeño del francés, anclado en el centro del campo de Ancelotti. Tchouameni no termina de conectar con el público del Santiago Bernabéu. Por su labor sobre el verde, su lenguaje corporal, a veces tan sobrado por su exuberancia física, que parece que no se esfuerza tanto como los demás.

"¿Qué le quieres pedir a Tchouameni? Hace lo que le pide esa posición. Es un trabajo menos vistoso", comentaba también algún aficionado que estuvo presente el pasado domingo en el estadio del Real Madrid. La realidad es que su nombre genera división de opiniones.

Dentro del club se hablan maravillas de Tchoaumeni. En el staff técnico de Carlo Ancelotti es un futbolista valorado y respetado, y más aún este curso. El entrenador italiano cree que Tchouameni será el hombre clave en su búsqueda del equilibrio. Un centrocampista que guarda la posición, con un físico imponente, detrás de la masiva línea ofensiva de los blancos.

Además, con Tchouameni como titular en Liga, el Real Madrid acumula 35 partidos sin conocer la derrota. Considerado un especialista defensivo, ya un recurso de garantías como defensa central y un jugador muy aplicado, obsesionado con la mejora diaria y el trabajo extra después de los entrenamientos.

Tchouameni, hablando sobre política con Francia.EFE

Dentro de la caseta también señalan el lado culto de Aurelien. Su padre Fernand, dueño de una de las empresas más exitosas de Francia, le brindó una educación espléndida, y es conocido el talento de Tchouameni para tocar el piano. Un tipo curioso y que siempre busca seguir aprendiendo.

Entre los ejemplos de su dedicación, su trabajo con gafas de realidad virtual para simular situaciones de juego, y también el estudio pormenorizado en vídeo de los rivales a los que se tiene que enfrentar, ya desde su etapa en Mónaco.