Así fue el estreno de Mbappé en el Bernabéu: errores en la definición y cambio por Endrick, un estadio 'caído' desde el calentamiento...

Kylian Mbappé llevaba 25 años esperando este momento; el madridismo, casi una década que pareció un mundo. El astro francés se estrenó con victoria en el Nuevo Bernabéu ante el Real Valladolid (2-0) y la expectación no pudo ser mayor. Los aledaños del estadio y el centro de la capital fueron una buena muestra durante todo el día: más camisetas con el '9' que con cualquier otro dorsal y bufandas con su cara que se vendieron como churros en los puestos ambulantes. Sólo el '5' de Bellingham le hizo competencia. María González, una socia abulense que superó sus dudas con el calor para viajar y ver al galo, se congratuló después de su decisión: "Es casi como celebrar un título. Estuve en el debut de Cristiano y Benzema y este tampoco me lo podía perder".

Más allá de la respuesta del Bernabéu, que rozó el lleno pese al precio de las entradas (empezaban en 95 euros), la jornada también ganó en emoción para Kylian con el paso de las horas. Los nervios se los sacudió en el entrenamiento a puerta cerrada de ayer y hoy, a eso de las 15:30, llegó en el autobús con el objetivo de "disfrutar". Le flanquearon en el clásico primer paseo sobre el campo Vinicius y Tchouameni, como si se lo enseñasen; y en el vestuario Valverde y el capitán Modric, entre los que se cambia por sus dorsales.

En el acceso al estadio no atendió a carantoñas: AirPods en los oídos, mano al bolsillo y concentración aparente para mejorar la imagen de Son Moix e intentar marcar su primer gol en LaLiga. Las sonrisas se las había guardado para cuando saltase a calentar. Ahí, 35 minutos antes de que arrancase el espectáculo, el Bernabéu se cayó: familias en pie, emoción en los jóvenes y una ovación que Mbappé devolvió con aplausos y saludos a las cuatro gradas. El "Kylian, Kylian..." no tardó en atronar. Eso sí, el club respetó las jerarquías cuando se cantaron las alineaciones por megafonía: el último en ser presentado, espacio reservado para la estrella, fue Vinicius y no Mbappé.

El asfixiante calor de Madrid también respetó la fiesta... gracias a la modernidad de la obra faraónica erigida en La Castellana. El Bernabéu cerró el techo para la disputa del encuentro y con eso consiguió un 'efecto frigorífico' con el que prácticamente nadie contaba: ¡hubo cinco grados menos que en la calle! Con la remodelación del templo merengue, el estadio ofrece una temperatura diferente a la del exterior que permite la celebración de partidos y eventos en condiciones meteorológicas adversas. En verano alivia al público del sofoco y en invierno 'abriga' para calmar los rigores de la climatología.

En lo puramente deportivo, el '9', que jugó acompañado por Rodrygo y Vinicius en el frente de ataque, no ha sido protagonista en la primera mitad. El Pucela incomoda las circulaciones y ha impedido que los de Ancelotti generen peligro. Eso sí, la mejor ocasión del choque hasta el 1-0 de Valverde llevó la firma de Mbappé: recibió un pase en largo de Rüdiger y conectó un remate de primeras con la izquierda que despejó Karl Hein. Después, pese a caer constantemente a las bandas, bajar metros para recibir y combinar con la sorpresa Arda Güler, apenas logró inquietar.

La tendencia no mejoró demasiado en la segunda, vigilado muy de cerca por Cömert y Boyomo y desacertado en varias combinaciones en la frontal. Al menos, el zapatazo del uruguayo para abrir el marcador suavizó el enrarecido ambiente del Bernabéu (se escucharon pitos en el primer tiempo por la falta de fluidez) y acercó al Madrid al triunfo. En el tramo final, Kylian se topó con otra notable parada de Hein para sacarle un remate con la izquierda a asistencia de Vinicius y mandó fuera un punterazo con la derecha.

En el minuto 86, Ancelotti -que ya había cambiado antes a Rodrygo y Vinicius- decidió que el partido de Mbappé se había acabado y le sustituyó por Endrick, también de estreno en el Bernabéu. El público se puso en pie para despedir al francés y para recibir al joven brasileño. Hasta ahora, el ex de Palmeiras ni siquiera había debutado oficialmente de blanco. En la Supercopa de Europa no jugó y en Mallorca tampoco entró. Brahim sentenció el duelo apenas 120 segundos después.