REAL MADRID - VALLADOLID

Ancelotti cumple su promesa con Güler

El técnico avisó de que le iba a dar minutos por su buen rendimiento en la pretemporada tras una primera temporada en la que tuvo pocos minutos. Fue titular contra el Valladolid.

Arda Güler, en el partido contra el Mallorca. /EFE
Arda Güler, en el partido contra el Mallorca. EFE
Gonzalo Cabeza

Gonzalo Cabeza

Arda Güler pasó en Madrid una temporada difícil. Recién llegado de Turquía se lesionó y la primera parte del curso se la pasó entre la enfermería y el banquillo. Ancelotti no le encontraba espacio en un equipo que, además, volaba. Veía desde fuera cómo sus compañeros iban sacando los partidos mientras su aportación era nula. Solo al final, con todo acabado, Ancelotti le recompensó. Fue titular en cuatro de los últimos seis partidos y ahí, por fin, pudo demostrar que en ese chico de cara aniñada hay fútbol para explotar.

Arda Güler es uno de esos jugadores que entran por los ojos. Tiene un golpeo de balón fantástico y se mueve ligero por el frente de ataque. Sus cualidades son obvias, pero el espacio era difícil de encontrar. Juegan once y el turco era el último en llegar. Además, todavía tenía el físico por construir, una debilidad que Ancelotti veía evidente, pues casi todas las veces que le situó en el once titular optó por sustituirle a la hora del partido, cuidándolo como una pequeña joya.

Con el paso de los meses, el turco fue ilusionando y también fue visto con mejores ojos por el entrenador. Los planteamientos sobre si podía salir cedido para ir cogiendo horas de vuelo fueron poco a poco acallándose y, en pretemporada, Ancelotti señaló no solo que contaba con él, sino que tendría más minutos. Le buscaría un lugar.

Güler hizo su parte, fue fortaleciendo su cuerpo y demostró su implicación con una decisión de verano, acudió a la pretemporada por Estados Unidos, a pesar de que los que habían participado en la Eurocopa estaban en principio exentos. Güler prefirió sumarse al grupo y demostrarle a Ancelotti que puede formar parte de una rotación de ataque repleta de estrellas.

De hecho, fue uno de los jugadores más brillantes en la gira. También, porque en ese ritmo desordenado y trotón que tiene el fútbol en la pretemporada algunas de las cualidades de Güler, como su trato al balón, llaman la atención.

Ahora ya no hay balas de fogueo, Ancelotti recurrió a él en una de las primeras opciones que ha tenido de meterle en el once. Fue titular contra el Valladolid y también es un recordatorio por parte del italiano de que tiene espacio para demostrar su fútbol. No solo eso, también puede servir como señal para Endrick de lo que significa jugar en el Real Madrid y la importancia de los tiempos para meterse en la dinámica del club.

Ocupó la posición del lesionado Bellingham, un jugador también joven y que le proporciona a Ancelotti una característica que siempre se agradece en un jugador: versatilidad. Güler, en ese sentido, está en fase de adaptación, para ver si termina rompiendo como un buen atacante o es capaz también de ser mediocampista.

Ese fue el camino de uno de los reservas del Madrid contra el Valladolid, probablemente el más ilustre de todos ellos, Luka Modric. Como Güler, se presentó al mundo jugando detrás del delantero, como un jugador eléctrico de último pase y llegada. Cuando fichó por el Madrid ya vivía entre dos mundos, pero en los blancos siempre se le situó en el medio del campo. Ahora arrancó en el banquillo, también porque la edad no perdona y Ancelotti cree que dosificarlo ahora le puede mantener más vivo cuando lleguen los momentos más importantes.