Un doblete de Ansu Fati corona la fiesta del adiós del Camp Nou

Si uno puede elegir una despedida para la que ha sido su casa durante tantísimos años, se me ocurren pocos escenarios mejores que el que han escogido Sergio Busquets y Jordi Alba para decirle adiós al Spotify Camp Nou. Han elegido el día en el que su casa también se despedía, aunque este adiós sea distinto. El Barça jugó un partido como tributo y regalo a dos leyendas que se marchan, como homenaje a un campo que cambiará de piel para siempre, y como broche de oro a una Liga fantástica.

 

Además de las despedidas, que todo el mundo tenía anotadas, también fue encuentro para ver el primer doblete de la temporada de Ansu Fati, que volvió a sonreir tras un curso complicadísimo. El de Lewandowski más playmaker, algo que no se veía desde antes del Mundial y el de una mala noticia, como si el Barça no pudiese despedirse dejando solo felicidad: la lesión de Alejandro Balde tras una entrada muy fuerte de Ndiaye, que le tendrá dos meses de baja.

Jordi Alba y el aficionado del Barça han tenido una relación complicada, de mucho desgaste. Pero ante una ruptura definitiva no hubo reproches ni malas caras, sino solo lo que realmente hay detrás de todo: agradecimiento. Las lágrimas del lateral tras ser sustituido en su último encuentro en el Camp Nou dejaron tocado incluso al más crítico con Alba, humedeciendo los recuerdos.

Ansu Fati se reencontró con el gol, que es el camino más directo hacia el juego. A falta de ver que Fati recobre su agilidad en los controles y ese punto de chispa en los cambios de ritmo, los goles son abono para la confianza maltrecha de Ansu, que volvió a sonreir. Su doblete en el primer tiempo pareció unirse con la despedida del Camp Nou, como si el estadio quisiese regalarle una tarde a la altura de su irrupción.

Le devolvió a Xavi la confianza con un doblete en su tercera titularidad desde el 10 de abril. Es su primer doblete de la temporada y en su segundo tanto, tras una gran asistencia de Lewandowski, se vieron destellos del mejor Fati en el 1x1 ante el portero, algo que hace no tanto era sinónimo de gol o gol y que este curso se ha ido diluyendo.

En una tarde festiva repleta de celebraciones y momentos bonitos, Alejandro Balde fue el protagonista más triste de la jornada: lesionado por una fuerte entrada de Ndiaye, que fue expulsado tras revisión del VAR. El canterano se retiró sin poder apoyar su tobillo, que le se torció con fuerza tras la patada a la altura de la tibia.

Tras las lesiones de Pedri y Araujo, que llevan tres jornadas descansando, el Barça no puede cerrar la temporada con alegría. Las primeras exploraciones apuntan a una lesión de unos dos meses de duración, y con esta se habrán lesionado todos los defensas titulares del Barça en algún momento del curso durante, al menos, un mes.

Ousmane Dembélé es el jugador más extraño que ha pasado por el FC Barcelona en mucho tiempo. Regatea tanto y con tanta compulsión que se termina desorientando en su propio movimiento, y a ratos parece que piensa una cosa y sus piernas ejecutan otra. Si a uno le dicen que Dembélé tiene 19 años y acaba de aterrizar, su partido ante el Mallorca sería una prueba feliz del talento del francés: desborde, dominio de ambas piernas y mucha velocidad. Pero cumplirá 26 años y en esencia sigue siendo el mismo jugador que cuando llegó en 2017.

Tras cada regate, un "¡Oh!" del público. Hay en la afición una ilusión intacta en que, esta vez sí, tras el desborde llegará el gol. El fútbol mantiene siempre la esperanza como si nada de lo que hubiese pasado el último partido importase lo más mínimo, y el culer se agarra a cada regate de Dembélé confiando en un final feliz, que tras tantos años parece ser como la lotería: nunca sabes cuándo te tocará.

 Tras unos muy buenos 60 minutos de fútbol de Pablo Torre en Valladolid (en su primera titularidad de la temporada), el ex del Racing de Santander se volvió a quedar sin minutos pese a que Pedri está de baja y que el Barça se encontró con un partido comodísimo. Xavi ya ha contado varias veces que Torre es el mejor jugador del equipo a balón parado, faceta en la que el Barça no va sobrado, pero parece no ser suficiente.

Desde fuera y sin saber qué pasa dentro lo tengo claro: Xavi, el culer quiere más minutos de Pablo Torre para ver si tiene o no nivel para ser jugador de la primera plantilla, que parece que sí. Algo nos estamos perdiendo.