Las cinco fotos de la gira: el regalo de Laporta, dos balones firmados o la cadera de Thiago
Diez días por los Estados Unidos han dejado varias anécdotas que han quedado fuera de cámaras.
La gira del Barcelona por los Estados Unidos ha sido algo anómala. En primer lugar, porque se acudió sin nuevos fichajes -más allá de haber sellado la continuidad de Pau Víctor- y no se pudo presentar a nadie, como sí sucedió con Robert Lewandowski en Miami hace un par de veranos. Además, a diferencia de doce meses atrás en Los Angeles, la afición no ha acompañado tanto. El hecho de afincarse en Annapolis no lo facilitó.
Aun así, la pretemporada blaugrana, los primeros pasos de Flick como nuevo entrenador, dejó algunas fotografías interesantes. El entrenador, que siempre dedicaba algunos minutos de su día a salir del hotel para firmar autógrafos, habló después de los partidos y siempre con un tono comedido. La primera fotografía es para su staff.
Thiago y sus pases hipnotizantes
El cuerpo técnico siempre salta al terreno de juego varios minutos antes de que llegue el equipo. Algunos de ellos incluso se desplazaban al campo de entrenamiento en otro autobús para dejar listo el material. Mientras el staff esperaba a los jugadores, Thiago solía pelotear con compañeros o los primeros futbolistas que aparecían. Cuando uno ve los pases en largo que traza o sus toques al balón, se pregunta si no estaría todavía para jugar un par de ratitos.
Último entreno antes de viajar a Nueva York para disputar el Clásico. Primero sin Oriol Romeu, volando a Barcelona.
— Jordi Cardero (@jordicardero) August 2, 2024
Y una pregunta: ¿No estamos a tiempo de repescar a Thiago? pic.twitter.com/ENDxvmdDMP
Pero la edad también aprieta. "No me la tires larga que se me va la cadera", le dijo a Lewandowski mientras se daban unos pases. Costará acostumbrarse a ver a Thiago al otro lado. Es uno más: está para dar pases pero también para poner conos o mover porterías.
Dos balones para Pau Víctor
Es indiscutiblemente el nombre de la gira. Después del debut goleador contra el Manchester City, Pau Víctor apareció en la zona mixta con una sonrisa de oreja a oreja. "Lo pondré en algún lugar donde pueda verlo cada día para recordar este momento", explicaba.
El delantero volvió a entrar al vestuario para que se lo firmaran todos los compañeros. Unos días después, en Nueva Jersey, doblete al Real Madrid. Aquella noche ya salió con la pelota firmada por todo el vestuario. Mientras hablaba, los compañeros que pasaban tras él para ir al bus le hacían gestos de cariño. "¡MVP!", le gritó Guille Fernández. En el vestuario bromean diciéndole que ahora los hat-tricks son dos goles. Se ha ganado un puesto en el primer equipo.
El doble regalo de Laporta
El restaurante de confianza del Barça en Annapolis fue un italiano, el Carpaccio, que se encontraba cruzando la calle del Westin donde se alojaba el Barcelona. Fue lugar habitual para comer de directiva y también trabajadores del club. Los camareros solían preguntar cuándo entrenaba el Barça y también por los jugadores. Al público medio estadounidense apenas le llegan coletazos informativos de lo que llaman soccer. Joan Laporta tuvo un buen gesto con dos de los camareros. Después de servir una mesa con más de 60 personas, se acercó y regaló un par de entradas para el Barça-Milan. Cuentan la anécdota sabiendo que cumplieron un sueño.
Una afición poco conectada
El Barça, como todos los clubes que 'veranean' lejos de su casa, se toman las giras como una oportunidad a nivel de marca. Como ya avanzamos, el Barça hizo un par de actos con cantantes, promovidos por Spotify. Pero no encontró ni en Orlando, ni en Annapolis ni en Nueva York una respuesta contundente de la afición. La gente que esperó al equipo en los hoteles antes de partidos y entrenamientos no fue nunca más de un centenar. Aunque el club sí que aprovechó para promocionar su nueva camiseta en Times Square.
El plan del club choca con dos de los rivales de la gira. Mientras el Barça entrenaba en la University of Central Florida ante un par de decenas de aficionados, el Manchester City abrió el suyo. Acudieron, según los organizadores, 8.000 espectadores. Por otro lado, el Milan presentó su segunda equipación en el puente de Brooklyn, llevó a un par de jugadores a una peña del club en la ciudad e hizo un Meet and Greet con Franco Baresi.
Los analistas lo graban todo
En Orlando, una grúa detrás de una de las porterías que colocaron los organizadores sirvió a los analistas del club para poder grabar los entrenamientos. Todo queda registrado.
En la Naval Academy de Annapolis, desde el techo de unas cabinas de la gradería del campo, otro analista registraba todo el entrenamiento para luego repasar con el staff todo tipo de detalles. Otros tres, resguardados del calor, lo analizaban bajo el techo.