La cara de Víctor Valdés que nunca olvidará Rijkaard es una inspiración para Deco y Flick: "Los catalanes lo dan todo por el club..."

El Barcelona de Hansi Flick se explica también a través del director deportivo, Deco, que ha querido recuperar los valores que un día hicieron grande a un FC Barcelona que no acabó de reponerse del cruyffismo hasta que Frank Rijkaard llegó a la entidad siete años después. Deco fue uno de aquellos líderes, infatigable en mediocampo, curtido en el Oporto de Jose Mourinho, socio inseparable de Ronaldinho, al que el propio Rijkaard define como "el jugador que necesitaba el Barça para devolverle la ilusión".

Las palabras del entrenador holandés, que estuvo de 2003 a 2008 como técnico azulgrana y vivió el nacimiento, la consolidación y el ocaso del astro brasileño en su historia azulgrana, se produjeron en la tercera entrega del Nou Clam, el espacio de 3cat que dirige David Carabén en la búsqueda del himno del 125 aniversario de la entidad. Y Rijkaard da las claves de aquellos años exitosos rubricados con la segunda Champions del club, lograda en 2006 en París ante el Arsenal de Thierry Henry.

"Los catalanes fueron importantes, son trabajadores y darán todo para su club, como Puyol, Xavi, Iniesta (llegó a la Masia con 13 años), Víctor Valdés y también Oleguer (sonríe el técnico)... que hizo su trabajo y con una mentalidad adecuada... Ellos transmitieron todo eso a los que llegaron después", explica Rijkaard. Ahora mismo ese rol lo empiezan a desarrollar en el Barça los Lamine Yamal, Pau Cubarsí, Marc Casadó, Gavi (llegó con 12 años a la entidad)... Aquellos jugadores nacidos o formados desde categorías iniciales en la entidad que tienen un sentimiento de pertenencia muy fuerte.

De hecho, y más allá de la Champions que levantó Carles Puyol, hay otra imagen que se le quedó guardada para siempre a Rijkaard: "Me viene la cara de Víctor Valdés, con coraje, mentalidad fuerte, con su cualidad de tener pavor a jugar desde atrás, fue el primero, y ganando la Champions y ver su cara de felicidad una vez acabó el partido, fue algo... Me acuerdo, nunca olvidaré". El portero fue clave en aquella final, especialmente en la primera mitad al detener hasta tres uno contra uno de los londinenses. La imagen es potente, con Valdés cogiendo a Rijkaard con fuerza y zarandeándolo.

"La afición del Barça es así, ellos quieren ver en el campo algo que les ilusione", prosigue el técnico holandés, algo que ahora está sucediendo con Flick, cuando los jugadores jóvenes están portando la bandera de un Barça donde Lewandowski hace de Etoo, Raphinha de Ronaldinho, Lamine es ese Messi prominente, Cubarsí se encarna en Puyol y los Xavi, Iniesta y Deco se reencarnan ahora, con su estilo, en Gavi, Pedri, Casadó o Dani Olmo.

El proceso de aquel Barça de Rijkaard es muy distinto al de Flick, a la espera de saber cómo finalizará y hasta dónde llegar la etapa del técnico alemán. El técnico neerlandés vivió un comienzo complicado y hasta la llegada de Edgar Davids en el mercado de invierno de la 03-04 no enderezó el rumbo. A partir de ahí, el equipo vivió dos temporadas en las que logró dos Ligas y una Champions. En la campaña 2006-07 empezó a torcerse una etapa que supuso dos años después el adiós de Ronaldinho y Deco y la llegada al banquillo de Pep Guardiola.