GIRONA FC

El cambio de Pablo Torre entre el "aguanta" de Míchel, rumores infundados y su otro 'padre'

El mediapunta, brillante en los últimos partidos, le ha dado la vuelta a su situación en el Girona.

Pablo Torre conduce la pelota durante la victoria contra el Atlético. /GETTY
Pablo Torre conduce la pelota durante la victoria contra el Atlético. GETTY
Manuel Amor

Manuel Amor

"Todos conocemos el nivel de Pablo, girándose es uno de los mejores futbolistas del mundo. Tiene una capacidad increíble para combinar rápido, superar rivales y buscar pases. Queremos que vaya cogiendo galones". Míchel, poco amigo de los elogios, regaló los oídos de Pablo Torre después de la alocada victoria del Girona ante el Atleti (4-3) que mantiene a los catalanes en el coliderato de LaLiga. El cántabro se mantuvo en el once por segunda semana consecutiva y cuajó, posiblemente, su actuación más completa desde que llegó a Montilivi.

Algo ha hecho clic en Pablo, un talento precoz que la temporada pasada apenas gozó de minutos en el Barça y que vio en Girona un oasis ideal para relanzarse. La competencia, sin embargo, le cerró las puertas… hasta que las ha reventado, aprovechando el trampolín de la Copa y la lesión de Yangel Herrera. En el último mes ha jugado el doble (239') que en los tres anteriores (120') y empieza a evidenciar las cualidades que llevaron a Xavi y Mateu Alemany a arrebatárselo al Real Madrid cuando despuntaba en el Racing.

Los que le conocen puntualizan que no ha habido "ningún cambio" en Pablo, una joya que transforma su timidez en maldad cuando pisa el césped ("ahí es un jeta") y con una confianza en sí mismo "fuera de lo normal". "Sale contra el Atleti como si jugase en juveniles", detallan con gracia. Su exhibición ante los colchoneros le ha devuelto al foco: dio una asistencia, creó más ocasiones que nadie (tres) y fue letal en sus intervenciones (10) en el último tercio.

Pablo, como todos los jóvenes que no disfrutan de continuidad, ha tenido "sus días", frustrado cuando no intervenía (entre las jornadas 11 y 13 no disputó ni un minuto) y alejado de los rumores infundados que, hace poco menos de un mes, dieron prácticamente por hecha su salida del Girona hacia algún equipo de Segunda. Nunca hubo dudas de que Montilivi era el sitio perfecto... principalmente por un factor decisivo en todo este proceso: Míchel.

El peso de sus entrenadores

El técnico vallecano ha sido clave para mantener vivo al centrocampista. Avaló su contratación en verano y le dio un rol importante en pretemporada, en la que sufrió una inoportuna lesión ante el Blackburn (a sólo dos semanas de debutar en Liga) que lastró su acople al equipo. Sus molestias y el buen funcionamiento del colectivo, convertido en una auténtica apisonadora desde el primer día, lastraron sus opciones de volver al once.

Míchel ha estado siempre cerca de él, con un mensaje que ha calado hondo en Pablo: "Tranquilo, aguanta, no bajes los brazos, que llegará tu momento". La confianza y proximidad del míster han funcionado para que el rendimiento del '18' en los entrenamientos no haya bajado ni un ápice y se sienta cada vez más suelto. Eric García, con el que ya coincidió en el Barça, ha sido otra de las figuras que le han arropado en los momentos malos, como unos Aleix García e Iván Martín con los que ha hecho buenas migas.

Además de Míchel, Torre se ha apoyado en otro de sus "padres" durante esta primera parte del curso: Santi Denia. Pese a sus pocos minutos en Girona, el seleccionador sub-21 nunca ha dejado de contar con él y le otorgó un papel importante en los parones de septiembre, octubre y noviembre. Ahí Pablo jugó de todo (de mediapunta, interior y hasta de pivote) y recobró el ritmo que le faltaba en su club. En cinco partidos marcó dos goles y repartió dos asistencias y acaparó las alabanzas del manchego: "Nos gusta mucho. Tener presencia en el líder de Primera cuesta, como a Fermín en el Barça, pero le animo a que siga, porque a Míchel también le gusta y le va a dar minutos. Se gira en espacios reducidos, tiene último pase, entendimiento del juego, buena finalización… Es espectacular".

Santi Denia, con Pablo Torre.  RFEF
Santi Denia, con Pablo Torre. RFEF

Demostrado su nivel técnico y táctico, Torre pule ahora su asignatura pendiente: el físico. Ante el Atleti, en un partido de máxima exigencia, tuvo que ser sustituido en el minuto 67 por unas molestias en el isquio que no le impedirán ser de la partida este sábado en Elche. La regularidad será clave para alcanzar, también, su mejor versión en el plano condicional. Contra el Atlético recorrió nueve kilómetros y volvió a brillar en la presión tras pérdida.

El aprendizaje en Barcelona y las ganas de volver

Pese a su escasa participación a las órdenes de Xavi, el cántabro (dio el salto directamente desde Primera Federación a un gigante como el culé) valora como de enorme aprendizaje la temporada pasada en Can Barça. "Aprendió a jugar preciso a un toque, mejoró muchísimo en la velocidad sin balón", dicen. Su préstamo caduca el 30 de junio y su objetivo, como él mismo reconoció en una entrevista con Relevo, es volver a Barcelona para triunfar: "Quiero estar en el Barça; cinco minutos ahí son como 90 en otro lado".

Antes, eso sí, al canterano del Racing todavía le quedan muchos retos por cumplir en Girona y con la Selección, con los Juegos Olímpicos de París en el horizonte y la ilusión por ganarse un hueco en la nómina de convocados. Su estatus en la plantilla rojiblanca ya ha cambiado y ahora, después de un breve reset navideño en Santander, tiene clara la ruta a seguir. Míchel fue el primero en marcársela: "Sigue, aguanta, que todo llegará…".