El Barça utiliza el 'comodín Míchel' para hacer explotar a Pablo Torre

Los Ángeles (Estados Unidos). Pablo Torre eligió Girona como destino para volver a subir marchas en su carrera. Tras un año complicado en Barcelona, el ex del Racing jugará cedido en este curso que ya empieza bajo las órdenes de Míchel. Los gironins ya están en marcha, jugaron el primer amistoso ante el Olot en su ya tradicional stage en La Vall d'en Bas. Próximamente seguirán su preparación en la ciudad deportiva del Manchester City. Allí también estará Pablo Torre.

El centrocampista debutó con el Barça precisamente donde un año después, este miércoles, lo hizo con el Girona: en Olot. Un día después de sumarse a las filas de los gironins, ya disputó sus primeros minutos con su nuevo equipo. Fue titular y compaginó el rol de falso extremo izquierdo y de interior. ¿Qué puede aportar? "Energía, verticalidad... En eso es top. Espero que la temporada sea muy buena para él", comentó Míchel.

La apuesta del Girona por el tipo de atacante es clara. El año del ascenso, en Montilivi floreció un Álex Baena que una temporada después se ha afianzado como titular en todo un Villarreal. Tras la imposibilidad de prolongar su cesión, Quique Cárcel apuntó hacia Rodrigo Riquelme. Ambos futbolistas jugaron este verano el Europeo Sub-21 con La Rojita. La apuesta por Pablo Torre responde a los mismos patrones: buen pie y suma de talento para el último tercio de campo.

Pablo Torre cerró la primera temporada en Can Barça con poco más de 300 minutos disputados. Su primera aparición en Olot pareció una revelación: se presentó como un futbolista capaz de vivir entre líneas -en el cuadrado de Xavi- y dejó más de un destello de calidad. Pero nada más lejos de la realidad, terminó disputando 13 partidos. Fue titular únicamente en cuatro partidos. Uno de ellos fue en el encuentro de Champions en Plzen, donde marcó su único gol como blaugrana y cerró su actuación más completa. La otra cara de la moneda, sus 45 minutos de Copa del Rey en Ceuta en el que Xavi le sustituyó al descanso.

El entrenador remarcó en más de una ocasión que Pablo Torre tiene, posiblemente, el mejor pie de la plantilla. Su golpeo en el balón parado, ya lo demostró en El Sardinero, es uno de los más talentosos de LaLiga. Algo que le pasó factura a Torre fue la negativa a bajar con el filial para seguir disfrutando de minutos. Tampoco lo hizo de cara al playoff de ascenso, en las semifinales ante el Real Madrid Castilla. Mientras el Barça vio cómo los blancos les remontaban, Pablo estaba de vacaciones en Ibiza.

El espejo de Pablo Torre, del Barça y del Girona es claro. El cántabro es un tipo de perfil que ha encajado a la perfección en el sistema de Míchel. Baena y Roro usaron el Girona de trampolín para escalar varios niveles en la élite. Riquelme, sin ir más lejos, recibió una oferta del Manchester City. En la última temporada, compartió el carril izquierdo y el central con Toni Villa, en función de si el Girona jugaba con un lateral largo (Miguel Gutiérrez) o apostaba por uno corto (Javi Hernández). Para suplir al futbolista del Leganés, el club ha invertido en Daley Blind, que como Savinho -que dejó un debut prometedor desde el extremo derecho- debutó también en Olot.

Pablo Torre disfrutó de 45 minutos en su primera aparición con el Girona. La apuesta tanto de Míchel como del Barça es evidente: la idea es que el cántabro sume talento a la zona de creación gironina y siga cultivándose en la élite. Tras la salida de Oriol Romeu y del Taty Castellanos, Quique Cárcel todavía tiene trabajo en los despachos para entregarle nuevas herramientas a Míchel.