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Bryan Gil, el canterano que volvió para tocar plata... y 'nunca' terminó de irse del Sevilla

Se reencontrará con el equipo de su vida, esta vez como rivales. Una lesión le 'separó' de continuar en Nervión una temporada más... y ahora el Girona valora positivamente quedárselo en propiedad.

Bryan Gil con la Europa League de Budapest./SFC
Bryan Gil con la Europa League de Budapest. SFC
José Manuel Rodríguez

José Manuel Rodríguez

La vida da muchas vueltas y el fútbol también, pero los inicios no se suelen olvidar nunca. Menos en las carreras de jugadores que, más allá del terreno de juego, llevan una vida ordenada y están agradecidos al fútbol por todo lo que les ha dado. Es el caso de Bryan Gil, un chico de familia muy trabajadora que encontró en el Sevilla un hogar donde siempre tendrá la puerta abierta.

Bryan Gil en sus inicios en el Sevilla.
Bryan Gil en sus inicios en el Sevilla.

Natural de Barbate, Cádiz, recaló en la carretera de Utrera a los once años. Ya desde sus primeros entrenamientos, a las órdenes del mítico entrenador de cantera Ernesto Chao, dejó alucinados a todos. Rápidamente el club se movilizó y le dio todas las facilidades posibles para que su familia también se adaptara a este nuevo entorno, algo que marcó bastante a un Bryan que no gozaba de una buena situación económica en casa.

Y es que el canterano nervionense siempre fue seguido por los grandes clubes europeos, pero no miró más allá del Sevilla. Su personalidad y desborde sobre el terreno de juego lo hacían único ya desde sus inicios. Jugaba exactamente igual que ahora en los campos profesionales, pero siendo más menudito. Eso sí, la melena rubia siempre se mantuvo intacta.

Dio pasos agigantados en los escalafones inferiores, hasta que Pablo Machín le hizo debutar a sus 17 años, convirtiéndose en el primer futbolista nacido en el siglo XXI en jugar con el Sevilla. Tiempo atrás, con Joaquín Caparrós en el banquillo y tras la lesión de Nolito, el karma le devolvió todo lo sufrido a Bryan. Lara, en ese momento en el primer filial, también estaba de baja, al igual que Luismi Cruz, contemporáneo y compatriota del gaditano, por lo que el técnico utrerano decidió darle la oportunidad. Un joven de Barbate ilusionó al Sánchez-Pizjuán... y se ganó un hueco en la élite del fútbol español.

Aunque poco tardó el fútbol en ponerle a prueba de nuevo. Encadenó dos cesiones casi consecutivas, Leganés y Eibar, y fue en esta última, bajo la tutela de José Luis Mendilibar, donde explotó su mejor fútbol. Tanto fue así que para el Sevilla le fue imposible rechazar una oferta millonaria del Tottenham por él. 25 millones de euros más la llegada de Erik Lamela a Nervión. Ahí fue su primer adiós... aunque estaba condenado a regresar.

Y así fue. De la mano de Jorge Sampaoli regresó a Nervión en enero de 2023. Un último baile con la camiseta del Sevilla. Al poco tiempo, el técnico argentino fue despedido... pero lo mejor para Bryan estaba por llegar. Se reencontró con José Luis Mendilibar y acabó alzando la séptima Europa League del club nervionense al cielo de Budapest. Un sueño logrado. Un momento único para él. Y, como siempre, relacionado con el karma, el mismo que hizo que Lamela y él, los mismos involucrados en su traspaso al Tottenham, cocinaran el gol que metió en la final a los hispalenses.

Tras esa bendita noche en Budapest, Bryan tuvo que volver a Londres. El Tottenham le buscaba una nueva cesión y él empujó hasta el final para que fuera el Sevilla, donde Mendilibar le esperaba con los brazos abiertos. Pero una lesión en verano, la cual forzó durante toda esa estancia en Nervión, acabó rompiendo su sueño de seguir jugando en Nervión. Aunque no fueron pocas las veces que visitó al vestuario en el Sánchez-Pizjuán tras separar de nuevo sus caminos. Se pasó una temporada casi en blanco y, ahora, se volverá a encontrar con el equipo de su vida. Pero como rival.

Defendiendo la camiseta del Girona, equipo que valora muy positivamente la opción preferencial que tiene por él. Está cedido, pero el precio fijado para ficharlo en propiedad es de 15 millones de euros. Y se ha convertido en uno de los ojitos derechos de Míchel. Tres goles y tres asistencias. Ha vuelto a ser feliz con el deporte que ama.

El partido de este sábado no será uno más para Bryan. El de Barbate, que quiso acudir al homenaje de su referente Jesús Navas pero que no pudo porque tenía que entrenar con el Girona, se pondrá enfrente del que siempre será su equipo. La vida es muy larga y jamás se sabe en el mundo del fútbol... pero esta le tiene reservada una vuelta al Sevilla. Un regreso a Nervión cuando él quiera. Un último baile. Nadie lo niega en la capital andaluza. Sienten que siempre será su casa. Él también. Tiempo al tiempo.