Bordalás acaba con un Pucela roto y tiene permiso para hablar de Europa

La depresión se ha apoderado del José Zorrilla y de todo lo que rodea a un Real Valladolid, que hace meses que vive en punto muerto. El ambiente del inicio hacía presagiar que la historia podía tener un desarrollo diferente. La afición arrancó entregada, con un alarde de orgullo y sentimiento de pertenencia, que en ocasiones es la primera piedra del milagro, pero Bordalás no suele ser una víctima propicia para resucitar rivales. Hoy lo ha vuelto a demostrar.

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El ímpetu de la grada duró lo que duran dos cabezazos azulones en el área rival. No se había cumplido el primer minuto y Uche ya prologaba un saque de banda hacia la zona en la que dudan los porteros. André Ferreira, que debutaba hoy en Liga, dudó y Arambarri, se volvió a disfrazar de killer para anotar su noveno tanto. En menos de un minuto, los de Bordalás habían derrumbado el ambiente pucelano.

El Valladolid se agarró a la calidad individual de Iván Sánchez, muy activo partiendo desde la derecha. El extremo blanquivioleta nunca encontró rematador y los centros eran regalos para Alderete y Duarte, que están curtidos en mil batallas como las que presentaba esta tarde el Pucela. La precipitación de quien se ve al borde del abismo suele ser mal acompañante y era cuestión de tiempo que el Getafe volviera a golpear.

Ramón Terrats apareció a la espalda en el momento exacto para rematar a la red un pase al hueco de Uche, que volvía a asistir. No falló el '11' azulón ante André Ferreira, convirtiendo el 0-2 y profundizando aún más en la herida del Valladolid. Tampoco tuvo piedad pasada la media hora de juego. Terrats firmó el tercero del Getafe y su doblete tras aprovechar un balón tenso de Juan Bernat desde la izquierda. El balón besó el larguero y puso a Bordalás con la cabeza en Europa. Los números no mienten.

Cuando parecía que el descanso iba a darle un respiro a Álvaro Rubio, Mario Martín entró con fuerza excesiva sobre Juan Iglesias. Quintero González no tuvo piedad y desenfundó la cartulina roja directa para el centrocampista blanquivioleta. Todo eran malas noticias para un equipo, que vivió un reflejo de su temporada en 45 minutos.

Tras el descanso, Álvaro Rubio sentó a Aznou y Raúl Moro para introducir a Henrique y Chuki y que el tiempo pasara. Latasa tiró de orgullo y gozó de la mejor oportunidad del cuadro local en todo el partido, con un remate que pasó cerca del poste de la portería de David Soria.

La tensión del primer tiempo se traducía en indiferencia en el ambiente, pero se acrecentaba en el banquillo. Cuando Latasa fue sustituido tuvo un encontronazo con Luis Pérez, que no había disputado ningún minuto esta tarde. Fue una discusión que llegó a algo más, pero que deja en evidencia que los malos resultados del Valladolid traspasan lo que sucede en el césped.

Con toda Pucela soñando con el final y con una sangría lo menos dura posible, el Getafe seguía a lo suyo. En superioridad, dominando y disfrutando del partido que puede haber certificado la permanencia y la licencia para soñar con palabras mayores. Domingos Duarte quiso poner su granito de arena y se anticipó de nuevo a André Ferreira, que ha llegado tarde a todo hoy, para firmar el cuarto de los azulones a diez minutos del 90'.

Borja Mayoral anotó el quinto, pero no subió al marcador por estar en fuera de juego claro y el fútbol empezó a agonizar en Zorrilla. Con todo decidido desde casi el primer minuto, el Valladolid ya se resigna a su destino inevitable y el Getafe está empeñado en poner a Bordalás en un compromiso. Ramón Terrats quiere que en el diccionario del Coliseum ya se empiecen a añadir términos europeos para este equipo de autor.