RAYO VALLECANO 2 - BETIS 2

Batalla finge una lesión para denunciar el protocolo de la grada que nadie entiende

El partido entre Rayo y Betis se paró por una emergencia médica y se reanudó cuando todavía el aficionado estaba siendo atendido. El portero se echó al suelo para que no se jugara.

Batalla, durante el partido ante el Betis. /EFE
Batalla, durante el partido ante el Betis. EFE
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Augusto Batalla decidió representar a todo el Estadio de Vallecas en el descuento del partido entre el Rayo Vallecano y el Betis. Tras mucho insistir tanto él como la grada, González Fuertes se dio cuenta que estaba sucediendo una emergencia médica en la grada. Entonces sí, el colegiado decidió parar el partido y, tras varios segundos de tensión, se acercó a la banda, en perfecta aplicación del protocolo, para hablar con los cuerpos de seguridad que estaban presentes en el campo para conocer con detenimiento qué es lo que estaba ocurriendo. La norma marca que es la propia Policía la que debe establecer cómo de grave es lo que está pasando en la grada y cuándo se puede reanudar el encuentro.

Sin embargo, por más que pasen los meses y se actúe del mismo modo, a cualquiera le puede chocar que mientras los médicos atienden a una persona que lo necesita en la grada, se siga jugando como si nada hubiera pasado. El portero, que se implicó muchísimo en la escena, también se acercó a la zona de banquillos para entender qué pasaba y ver cómo podía actuar. Tras algo más de tres minutos de demora, González Fuertes manda reanudar el partido, ante la incredulidad generalizada del estadio, que era plenamente consciente de que la persona de la banda seguía siendo atendida por los doctores.

¿Por qué se reanudó entonces? La seguridad entendió que la emergencia médica de la persona que estaba afectada en la grada no era suficiente como para que todo tuviera que parar. Dicho lo cual, tras cerciorarse de que la situación estaba controlada, el árbitro dijo que se continuara jugando. Pese a que así se ha hecho a lo largo de la temporada, Augusto Batalla no se lo podía creer y no estaba ni muchísimo menos conforme. En el momento del despegue de nuevo, se encontraba muy próximo a la zona del incidente para comprobar cómo estaba la persona y preocupado por su estado. Por tanto, cuando vio que González Fuertes mandaba seguir, no se lo podía creer.

Dicho lo cual, Batalla se aproximó a la zona del centro del campo, como tantas otras veces hace cuando su equipo goza de un córner a favor y parecía que todo iba a seguir según lo previsto. Pero el portero tenía un plan y se echó al suelo, como si estuviera lesionado. Por supuesto, no lo estaba. Solo estaba fingiendo para que se detuviera el partido y el aficionado pudiera ser atendido hasta el final. González Fuertes le leyó claramente las intenciones y le mandó rápidamente levantarse. Entonces Batalla, enfadado, hizo gestos hacia la zona del incidente, exigiendo que no se siguiera jugando hasta que todo terminara.

No le sirvió de mucho porque González Fuertes le dijo que parara ya y el partido acabó con total normalidad. A priori, la persona afectada está fuera de peligro y se trató tan solo de un susto. Cabe recordar que un partido no se puede reanudar si uno de los dos porteros está en el suelo lesionado, por lo que la estrategia de Batalla era una gran idea. Ya el guardameta argentino, en más de una ocasión, ha tratado de ganar segundos al cronómetro con comportamientos de este estilo. En este caso, había un motivo de mucho más peso: la salud de una persona era lo primordial. No le salió bien, pero dejó una de las imágenes de la jornada en Vallecas. Otra, por cierto, también fue de su cosecha: salió a la segunda mitad con una gorra para protegerse del sol. Poco tardó en quitársela.

Iñigo Pérez alza la voz: «Me molesta muchísimo»

Del mismo modo, Iñigo Pérez no ha comprendido lo que ha ocurrido. Es más, preguntado por su enfado, no oculta que no es tanto por el resultado, sino por este incidente: "Nunca hablo de los árbitros y ojalá lo pueda seguir manteniendo toda mi carrera, pero me sabe fatal que haya urgencias médicas y todos paran. Aquí las dos veces seguimos jugando porque hay gente que se ocupa. Me molesta muchísimo. No tenía por qué decirlo, que igual estoy equivocado".

Iñigo, siempre cauto, habla de un pequeño desconocimiento del protocolo, aunque emplea lo que viene a ser el sentido común: "Es una sensación mía, quizás no me ampara la razón. A mí me dicen que se sigue jugando y que hay gente que se ocupa. Son situaciones que no tienen que ver con el fútbol y es lo que me enfada. No hay que hacer excepciones en ningún campo. No conozco exactamente el protocolo. Aquí no se para e inmediatamente se sigue jugando. Cuando veo partidos por televisión, preguntan, paran… Quizás esté equivocado y hayan aplicado el protocolo de forma impecable. Creo que LaLiga nos cuida bien, hay protocolos… Las dos últimas veces en Vallecas no ha sido así".