Cómo el Athletic se trajo a Pavarotti y a Brasil al Centenario: "Los Rolling Stones suspendieron a última hora por una indisposición de Mick Jagger en Donosti. Me voy a callar…"
José María Arrate recuerda una celebración inolvidable en Bilbao en la que hubo que regatear el temporal y 'tirar' de Ángel Villar.
El Athletic Club celebró recientemente su 125 aniversario por todo lo alto durante todo el año, con diferentes actos que tuvieron su punto y final en una inolvidable noche en el nuevo San Mamés, donde los de Ernesto Valverde golearon al Atlético de Madrid con una exhibición de Nico Williams, las leyendas ya retiradas se midieron al Oporto y los aficionados recibieron un emotivo homenaje. La fiesta fue redonda. Pero si miramos más atrás, allá por el año 1998, se vivió otra gran celebración que deja en nada cualquier otra. La del centenario, que además coincidió con una excelente temporada a nivel deportiva que terminó con un subcampeonato celebrado como un título y una clasificación a la Champions League.
El club lo tuvo claro. Era momento de dispendios económicos en busca del éxito. "Pusimos toda la carne en el asador", reconoce José María Arrate, el presidente rojiblanco por entonces, sobre el verano de 1997 en el que ya se pensaba en éxitos de cara a los 100 años de vida de la entidad. "No tuvimos la suerte de conseguir ningún título, pero el segundo puesto fue un remedio", destaca el histórico mandatario bilbaíno, que atendió a Relevo en su caserío de Orozco, donde repasó sus años de mandato y, sobre todo, el fichaje de Joseba Etxeberria.
Merece la pena hablar de aquella celebración. Brasil, Luciano Pavarotti o incluso los Rolling Stones. "Intentamos ir a lo mejor", dice, en una declaración muy bilbaína. "Vamos a intentar lo mejor y si no se consigue lo mejor, que se consiga al menos quedar bien. Creo que hicimos un gran centenario", inicia en sus recuerdos. En su primera respuesta ya se acuerda de lo que no se consiguió, algo que le define: "Hubiera sido el acabose si hubieran venido los Rollings, que estaban ya contratados. Estaban en Donosti y suspendieron a última hora. Les estábamos ya esperando, incluso tiramos una parte del campo para meter el escenario que nos habían impuesto y que fue un cataclismo".
¿Qué les dijeron para no venir?
Una indisposición de Mick Jagger... Me voy a callar.
(...)
Estuvieron en Donosti y yo creo que allí cogería una gripe y no pudo venir aquí. Hubiera sido el colofón.
Aquello fue un golpe duro, aunque pudo ser incluso peor. "Nosotros queríamos poner un poco de música clásica y apostamos por Joaquín Achúcarro, Ainhoa Arteta y también Pavarotti". Lo cuenta con naturalidad, aunque el concierto del tenor italiano estuvo también a punto de suspenderse. El concierto estaba previsto para el 22 de abril de 1998, aunque un temporal complicó la situación e incluso el viaje del italiano. "Un poco con el miedo en el cuerpo", respondió a los periodistas tras bajarse del avión en el aeropuerto vizcaíno.
Eran días de mucha lluvia en Bilbao y los representantes del cantante no tenían nada claro actuar. Hasta el último momento no dieron el sí definitivo. Se les convenció para seguir adelante gracias a un parte meteorológico conseguido sobre la hora que terminó por impulsar a Pavarotti hacia el escenario, colocado en el césped con unas 22.000 personas sentadas en el terreno de juego. Fue inolvidable.
Un partido inolvidable para una generación
Si en el apartado artístico fue una apuesta en grande, en lo deportivo no se quedaron atrás. "El top era Brasil", dice Arrate como presentación, refiriéndose a una selección canarinha que venía de ser campeona en 1994 y se preparaba para el Mundial de Francia 1998, en el que acabarían subcampeones tras perder la final ante los anfitriones. "Hasta entonces era la primera vez que una selección jugaba contra un equipo. Quedamos 1-1 y metió el gol…". "Carlos García", le ayudo. Imposible olvidar lo que sucedió sobre el césped de la Catedral en la que se dieron cita Taffarel, Cafú, Roberto Carlos, Rivaldo, Bebeto, Ronaldo, Denilson...
Para conseguirlo, Arrate tuvo que rebuscar en su agenda y trabajar en una estrategia que desvela en esta entrevista. "Costó mucho. Tuvimos también bastante suerte, aunque hay que buscarla. Estaba João Havelange, que entonces era el presidente de la FIFA, y tenía una gran relación con Ángel Villar, a la sazón presidente de la Federación Española. Le di una matraca a Ángel tremenda, tiene que tener dolor de cabeza todavía. 'Que si era el año nuestro, que tenía el centenario, que tenía no sé qué, y que teníamos previsto que viniese Brasil…'".
El plan surtió efecto: "Ángel le trajo a Havelange a Bilbao, le recibimos en Ibaigane y le convencimos de que era para nosotros una efeméride inigualable y lo conseguimos". El amistoso fue televisado por Canal+ como si fuese un duelo de Champions con la narración de Carlos Martínez y los comentarios de Michael Robinson. Hubo también ofrenda foral a Pitxitxi y, por supuesto, un lleno absoluto en las gradas. De hecho, Mário Zagallo, seleccionador brasileño, exigió que no hubiese carruseles de cambios y que fuese lo más parecido a un encuentro oficial.
Ellos se jugaban su preparación mundialista y no querían que se convirtiese en una 'pachanga', aunque es cierto que Luis Fernández también les dejó una premisa muy clara desde el vestuario. Los jugadores brasileños se jugaban el Mundial y no querían entradas fuera de lugar o sustos con las lesiones. "Fue todo. Habíamos quedado segundos, se celebró la clasificación a la Champions en el Ayuntamiento y dos semanas después viene a Bilbao la selección de Brasil para celebrar el centenario... La gente estaba eufórica, totalmente feliz. Puff, es que yo creo que la temporada 1997-98 fue el mejor año de mi carrera", recordaba Txomin Nagore en un reportaje de este medio.